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dc.contributor.advisorRodríguez Romero, Walter
dc.creatorChacón Murillo, Mariela
dc.date.accessioned2021-08-05T18:23:09Z
dc.date.available2021-08-05T18:23:09Z
dc.date.issued2021
dc.identifier.urihttps://hdl.handle.net/10669/84259
dc.description.abstractLa hemofilia es un desorden genético de herencia recesiva ligado al cromosoma X, la A se da por deficiencia del factor VIII mientras que la B por ausencia de IX. Se clasifican en tres grupos: leve, moderada y severa. Una de las principales complicaciones en el manejo del paciente hemofílico es el desarrollo de anticuerpos neutralizantes del factor, conocidos como inhibidores. El tratamiento de los pacientes se puede dividir en: tratamiento sustitutivo a demanda y profilaxis para evitar sagrados espontáneos y, por ende, la artropatía. La inmunotolerancia es una alternativa para los pacientes con inhibidor en donde las metodologías anteriores tienen poco éxito. En los últimos años se habla de realizar profilaxis personalizada pues no todos los pacientes tienen las mismas características, razón por la cual el tratamiento puede fallar si se generaliza. Los medicamentos que se encuentran disponibles para el manejo de la hemofilia son los concentrados de factores tanto plasmáticos como recombinantes, los mismos tienen como desventaja sus vidas medias cortas, así como inefectividad ante el desarrollo de anticuerpos neutralizantes. Existen estrategias para extender la vida media de los productos entre las que se encuentran la pegilación, la fusión a proteínas como albúmina o inmunoglobulinas permitiendo aumentar la vida media a 4 días en el caso del FVIII y de 7 a 10 días para el IX. El emicizumab es un anticuerpo quimérico de origen humano que tiene la capacidad de mimetizar la función del factor VIII. Dado su mecanismo de acción puede ser utilizado únicamente en la hemofilia de tipo A. Es de aplicación subcutánea además su vida media va de 4 a 5 semanas. El concizumab es un anticuerpo monoclonal humanizado de tipo IgG4, dirigido contra el TFPI, de forma tal que evita la unión del TFPI tanto al Xa como al complejo VIIa/factor tisular. Se puede ser utilizado en ambos tipos de hemofilia, sin embargo, aún se encuentra en fase de estudios clínicos. Al ser de aplicación subcutánea, su uso es más sencillo. Fitusiran es un medicamento que tiene como diana la antitrombina. Su mecanismo de acción se basa en un sistema llamado ARN de interferencia (ARNi), el ARNi se dirige al núcleo de la célula y produce la degradación del ARNm de la proteína diana, en este caso, la antitrombina, cabe destacar que fitusiran se puede utilizar en hemofilia tanto A como B. Por último, la terapia génica ha sido ampliamente estudiada en las hemofilias por ser enfermedades monogénicas. Consiste en introducir el gen de interés en un vector, usualmente se ha utilizado en el caso de hemofilia un virus adenoasociado (VAA). La ingeniería genética permite reemplazar las secuencias codificantes del VAA por las secuencias del gen de interés. En general todos los medicamentos descritos anteriormente han mostrado buenos resultados en cuanto a disminución de las tasas de sangrado en los ensayos clínicos, son escasos los reportes de desarrollo de anticuerpos neutralizantes contra las drogas y en general los efectos adversos que se han documentado no son serios, por lo que se espera muy buenas noticias en los años venideros para los hemofílicos.es_ES
dc.language.isospaes_ES
dc.sourceSan José, Costa Rica: Universidad de Costa Ricaes_ES
dc.subjectHemofiliaes_ES
dc.subjectTratamiento convencionales_ES
dc.subjectTerapia génicaes_ES
dc.subjectTerapia sustitutivaes_ES
dc.subjectTerapia profilácticaes_ES
dc.titleNuevas terapias en hemofiliaes_ES
dc.typetesis
dc.description.procedenceUCR::Vicerrectoría de Investigación::Sistema de Estudios de Posgrado::Salud::Especialidad en Hematologíaes_ES


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