UNIVERSIDAD DE COSTA RICA SISTEMA DE ESTUDIOS DE POSGRADO DIPLOMACIA CIENTÍFICA EN EL MARCO DE LA COOPERACIÓN PROVISTA POR EL ORGANISMO INTERNACIONAL DE ENERGÍA ATÓMICA (OIEA) PARA LA ATENCIÓN DEL COVID-19 Trabajo final de investigación aplicada sometido a la consideración de la Comisión del programa de estudios de Posgrado en Administración Pública para optar al grado y título de Maestría Profesional en Diplomacia KARLA PAOLA MOLINA DÍAZ Ciudad Universitaria Rodrigo Facio, Costa Rica 2022 ii DEDICATORIA A la niña luz de mi vida. 08.06.2022 Niña gentil que a la vida despertaste alegre ayer, como en oriente despierta la luz al amanecer Niña, que del oro cielo viniste al mundo a caer, como aljofarada gota del nítido rosicler. -- de Antonio-Plaza-Llamas – iii AGRADECIMIENTOS Con especial aprecio al señor Jorge Umaña Vargas y a los lectores, señor Andrés Pérez Sáenz y señora María Fernanda Torres Varela, por su generosa guía profesional. Con estima al Embajador y representante permanente de Costa Rica en Austria, excelentísimo señor Alejandro Solano Ortiz y señora Montserrat Vargas Solorzano, oficial de diplomacia económica para los pilares de diplomacia científica, tecnológica y de innovación y diplomacia académica. Y a todos aquellos que durante este tiempo se han sumado con su apoyo en la concreción de este trabajo de investigación, académicos, funcionarios de la Cancillería, familia y amigos. ¡Muchas gracias! iv “Este trabajo final de investigación aplicada fue aceptado por la Comision del programa de estudios de Posgrado en Administración Pública de la Universidad de Costa Rica, como requisito parcial para optar al grado y título de Maestría profesional en Diplomacia”. ------------------------------------------------------------------ M.Sc. Adonai Arias Sánchez Representante de la Decana Sistema de Estudios de Posgrado ----------------------------------------------------------------- M. Sc. Jorge Umaña Vargas Profesor guía ------------------------------------------------------------------- M.Sc. Andrés Pérez Sáenz Lector AUSENCIA POR ESCUSA ------------------------------------------------------------------ M. Sc. María Fernanda Torres Varela Lectora ------------------------------------------------------------------ Dra. Carmen Claramunt Garro Representante Coordinador del Programa de Posgrado en Diplomacia --------------------------------------------------------------- Karla Paola Molina Díaz Sustentante gauger Stempel gauger Oval v TABLA DE CONTENIDO Página DEDICATORIA ii AGRADECIMIENTOS iii HOJA DE APROBACIÓN iv RESUMEN vii ABSTRACT viii LISTA DE CUADROS ix LISTA DE FIGURAS x LISTA DE SIGLAS Y ABREVIATURAS xii LICENCIA DE PUBLICACIÓN xiv INTRODUCCIÓN 1 CAPÍTULO 1. MARCO TEÓRICO Y CONCEPTUAL DE LA DIPLOMACIA CIENTÍFICA 5 1.1 ¿Qué es la diplomacia científica? 7 1.2 Taxonomía de la diplomacia científica 16 1.2.1 La taxonomía de Royal Society de Londres y American Association for the Advancement of Science 16 1.2.2 El enfoque de propósitos estratégicos 25 1.2.2 El enfoque pragmático 26 1.3 Actores de la diplomacia científica 30 CAPÍTULO 2. ASISTENCIA PROVISTA POR EL ORGANISMO INTERNACIONAL DE ENERGÍA ATÓMICA PARA LA ATENCIÓN DE LA PANDEMIA DEL COVID-19 35 2.1 ¿Qué es el Organismo Internacional de Energía Atómica? 36 2.2 Programa de Cooperación Técnica del OIEA 42 2.3 Asistencia proveída por el OIEA para la atención del COVID-19 49 2.3.1 El RT-PCR: Capacidad nacional de testeo y análisis de las pruebas 54 vi 2.3.2 ¿En qué consiste el proyecto interregional INT0098 del Programa de Cooperación Técnica? 58 2.3.3 La asistencia proveída en números 61 2.4 Contribución de la asistencia a los ODS 66 2.5 Iniciativas de cooperación futuras para controlar brotes y pandemias 69 CAPÍTULO 3. RETOS Y OPORTUNIDADES PARA COSTA RICA EN RELACIÓN CON LA DIPLOMACIA CIENTÍFICA EN EL MARCO DEL OIEA 74 3.1 Retos y oportunidades de la diplomacia científica para Costa Rica y América Latina y el Caribe 75 3.2 Oportunidades, lecciones aprendidas, retos y desafíos de la cooperación con el OIEA para Costa Rica 81 3.2.1 Oportunidades y lecciones aprendidas 81 3.2.2 Retos y desafíos 85 CONSIDERACIONES FINALES 89 RECOMENDACIONES 93 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 101 vii RESUMEN Las relaciones internacionales que pueden enmarcarse como “diplomacia científica” han existido a lo largo de la historia y se han basado en el intercambio de conocimiento. A pesar de ello, el concepto como tal se ha venido acuñando en las últimas décadas y apropiándose cada vez de un mayor espacio en la agenda de política exterior de los Estados, que han encontrado una oportunidad para cooperar de una manera más ordenada, sistemática y continua pero también más estratégica para abordar los desafíos globales. A partir de ahí, el concepto se ha convertido en una nueva área de estudio y en una consideración política de una variada lista temática. En el siglo XXI, las manifestaciones de diplomacia científica se circunscriben unívocamente en la acción cooperativa entre los Ministerios de Relaciones Exteriores y las instituciones (público-privadas) del sector ciencia, tecnología e innovación (CTI). La pandemia del coronavirus ha puesto en evidencia el papel clave de la ciencia para resolver los problemas que aquejan a la sociedad y, por ende, la importancia de la diplomacia científica. Esta investigación es un estudio de tipo descriptivo – analítico que permite comprender el concepto de diplomacia científica a través de un ejemplo concreto de las relaciones diplomáticas costarricense: la cooperación técnica proveída a los Estados para la atención a la emergencia del COVID-19 en el marco del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). Con este propósito, el estudio se ha estructurado en tres capítulos. El primero abarca el marco conceptual de la diplomacia científica. El segundo se centra en la descripción del caso de estudio supracitado. Y el tercero identifica los retos, las oportunidades y las lecciones aprendidas resultantes de esta experiencia. De esta forma, el objetivo de este estudio es posicionar el rol de la diplomacia científica en la agenda política nacional y exterior de Costa Rica. Palabras claves: diplomacia científica, cooperación técnica, ciencia y tecnología nuclear, enfermedades transfronterizas y zoonóticas. viii ABSTRACT International relations wan be described as "science diplomacy" have existed throughout history and have been based on the exchange of knowledge. In spite of this, the concept as such has been coined in recent decades and has been appropriating more and more space in the foreign policy agenda of States, which have found an opportunity to cooperate in a more orderly, systematic and continuous but also more strategic way to address global challenges. From there, the concept has become a new area of study and a political consideration in a varied thematic list. In the 21st century, the manifestations of science diplomacy are univocally circumscribed in the cooperative action between Ministries of Foreign Affairs and institutions (public-private) in the science, technology, and innovation (STI) sector. The coronavirus pandemic has highlighted the key role of science in solving the problems that afflict society and, therefore, the importance of science diplomacy. This research is a descriptive-analytical study that allows the understanding of science diplomacy concept through a concrete example of Costa Rican diplomatic relations: the technical cooperation provided to States for the response to the COVID- 19 emergency care within the framework of the International Atomic Energy Agency (IAEA). For this purpose, the study has been structured in three chapters. The first covers the conceptual framework of science diplomacy. The second focuses on the description of the above case study. The third identifies the challenges, opportunities and lessons learned resulting from this experience. Thus, the objective of this study is to position the role of science diplomacy in the national and foreign political agenda of Costa Rica. Key words: science diplomacy, technical cooperation, nuclear science and technology, transboundary and zoonotic diseases. ix LISTA DE CUADROS Núm. Descripción Página Cuadro 1. Conceptos en diplomacia científica 9 Cuadro 2 Comparación entre los conceptos clave de la investigación 15 Cuadro 3. Resumen de las tipologías en diplomacia científica 29 Cuadro 4. Comparación lingüística de los enfoques alternativos en diplomacia científica 30 x LISTA DE FIGURAS Núm. Descripción Página Figura 1. Conceptos varios en diplomacia científica 7 Figura 2. Taxonomía propuesta por Royal Society de Londres y AAAS en el 2010 17 Figura 3. Visita del Dr. Vargas al OIEA en mayo de 2018 19 Figura 4. Tipología de Flink y Schreiterer de 2010 25 Figura 5. Actores que intervienen en la diplomacia científica 31 Figura 6. Equipo de trabajo del PCT con el país participante 48 Figura 7. Distribución de casos de COVID-19 al 30 de enero de 2020 50 Figura 8. Cronología del COVID-19 e inicio de la asistencia provista por el OIEA para la atención de la pandemia 51 Figura 9. ¿Qué es el RT-PCR en tiempo real? 55 Figura 10. Solicitudes de asistencia recibidas para la atención del COVID-19 61 Figura 11. Provisión de equipo especializado para laboratorios designados 62 Figura 12. Foto de los equipos provistos por el OIEA 63 Figura 13. Reforzamiento de las capacidades técnicas del personal de laboratorio 64 Figura 14. Folleto informativo ZODIAC 70 Figura 15. Red de laboratorios de diagnóstico-FAO/IAEA VETLAB Network 72 Figura 16. Estrategias nacionales de diplomacia científica en países desarrollados 75 Figura 17. Recomendaciones de la Unesco en diplomacia científica 79 xi Figura 18. Catálogo sugerido de asignaturas y temas para un curso de introducción a la diplomacia científica 97 Figura 19. Marco para la enseñanza de la diplomacia científica (basada en contenidos y competencias) para científicos y diplomáticos 98 xii LISTA DE SIGLAS Y ABREVIATURAS AAAS American Association for the Advancement of Science ARCAL Acuerdo Regional de Cooperación para la Promoción de la Ciencia y la Tecnología Nucleares en América Latina y el Caribe. ASA Acuerdo de salvaguardias amplias CEA Comisión de Energía Atómica de Costa Rica CEANU Comisión de Energía Atómica de las Naciones Unidas CTI Ciencia, tecnología e innovación FAO Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura FCT Fondo de cooperación técnica FECYT Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología GNP Gastos nacionales de participación ICTV Comité Internacional de Taxonomía de Virus IDH Índice de desarrollo humano I+D+I Investigación, desarrollo e innovación IFRC Consejo Internacional de Investigación sobre la Fusión Nuclear del OIEA INB Ingreso nacional bruto ITER Reactor Termonuclear Experimental Internacional Mideplan Ministerio de Planificación Nacional y Política Económica MREC Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto ODM Objetivos de Desarrollo del Milenio ODS Objetivos de Desarrollo Sostenible OIE Organización Mundial de Sanidad Animal OIEA Organismo Internacional de Energía Atómica ONA Oficial nacional adjunto ONE Oficial nacional de enlace ONU Organización de las Naciones Unidas OMS Organización Mundial de la Salud PCT Programa de cooperación técnica xiii PMD Países menos desarrollados PNCTI Plan Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación 2022-2027 POE Procedimientos operativos estándar OPS Organización Panamericana de la Salud RT-PCR Reacción en cadena de la polimerasa con transcripción inversa en tiempo real SCR-1 Stellarator de Costa Rica 1 SENACYT Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación de Panamá STEAM Science, Technology, Engineering and Mathematics TEC Universidad- Tecnológico de Costa Rica TNP Tratado de No-Proliferación Nuclear Unesco Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura URSS Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas ZODIAC Zoonotic Disease Integrated Action xiv 1 INTRODUCCIÓN En diciembre de 2019, se identificó un nuevo tipo de coronavirus: el SARS-CoV-2, que causa el COVID-19 y que pronto se extendió rápidamente dando lugar a una pandemia mundial sin precedentes. En enero de 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el brote como una emergencia de salud pública de preocupación internacional; para el 9 de marzo de 2020 el director general del OIEA, Mariano Grossi, informó a los Estados miembros de la asistencia que se proporcionaría en respuesta al COVID-19 a los primeros Estados que solicitaron apoyo. El 11 de marzo la OMS caracterizó el brote como una pandemia mundial y el 16 de marzo el secretario general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, en una conferencia de prensa, señaló que “una vez más, nuestro mensaje clave es: prueba, prueba, prueba” (Organización Mundial de la Salud, 2020c, p. 1). Una parte crítica de la gestión gubernamental para contener el brote causado por enfermedades como el COVID-19 es la realización de pruebas de diagnóstico. Sin embargo, la pregunta esencial en ese momento fue ¿cuál de las pruebas existentes es la más confiable para detectar la enfermedad conocida como COVID- 19? y ¿están preparados los Estados para aplicar la prueba masivamente de ser necesario? Este asunto debió resolverse inmediatamente, dada la urgencia de la pandemia. Uno de los métodos más rápidos y precisos para detectar el virus del COVID- 19 es una técnica de base nuclear denominada reacción en cadena de la polimerasa con transcripción inversa en tiempo real, conocida como RT-PCR (OIEA, 2022, p. 1). Por esta razón, la OMS la ha sugerido como prueba principal con el fin de que los resultados sean los más precisos posibles y comparables entre laboratorios del mundo, para que faciliten el estudio y la trazabilidad del virus. El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA)1 se unió a la campaña mundial contra el COVID-19 prestando asistencia a través de un proyecto de cooperación técnica establecido como parte del Programa de Cooperación Técnica para 2020-2021, destinado a responder a las necesidades de los Estados miembros 1 El organismo pertenece a las organizaciones intergubernamentales conexas al sistema de las Naciones Unidas (ONU). El OIEA, centro mundial de cooperación en el ámbito nuclear, promueve la utilización de las tecnologías nucleares con fines pacíficos y en condiciones de seguridad tecnológica y física. about:blank about:blank about:blank 2 en caso de brotes de enfermedades, emergencias y desastres (Organismo Internacional de Energía Atómica, 2022, p. 2). De esta forma, el organismo, en consonancia con su mandato “Átomos para la paz y el desarrollo”, ha dirigido la mayor operación de asistencia técnica desde su existencia ayudando a ciento veinte nueve países y territorios del mundo a fortalecer sus capacidades nacionales de diagnóstico contra el COVID-19, entre ellos, Costa Rica. Justificación Ante la presente coyuntura sanitaria, este estudio es actual, relevante y, además, plantea el ámbito de acción de un organismo internacional poco conocido en Costa Rica y del cual el país es miembro desde 1965. Esta investigación es significativa para los estudiosos de las relaciones internacionales, diplomáticos y personal técnico de salud, interesados en la cooperación internacional y los usos pacíficos de la tecnología nuclear. No obstante, dicho análisis no pretende ser conclusivo, sino que, principalmente, se ofrece como una invitación a todas las partes interesadas para que, en conjunto y sin obviar diversidades o divergencias, se pueda avanzar en el debate público sobre el rol de la diplomacia, la ciencia, la tecnología y la innovación en el presente y el futuro nacional. En resumen, el trabajo expone los retos y las oportunidades de Costa Rica en el marco de la cooperación científica con el OIEA mediante el reconocimiento, el análisis y la evaluación de una experiencia previa que sirve de base para mejorar y maximizar los resultados venideros. Para lograrlo, se conceptualiza la diplomacia científica y las tendencias teóricas y luego se describe la cooperación técnica proveída por el OIEA a sus Estados miembros en atención a la pandemia del COVID-19 con el fin de posicionar un caso aplicado de diplomacia científica. Posteriormente, se identifican las oportunidades y lecciones aprendidas para el país en futuros proyectos e iniciativas nacionales que puedan guiar el accionar de las instituciones públicas competentes y vinculantes. El periodo de estudio básicamente comprende desde la declaratoria de la pandemia de COVID-19 en el 2020 pasando por la pronta puesta en marcha de la asistencia del OIEA hasta la actualidad. 3 Pregunta de investigación ¿Cuáles son las principales tendencias teóricas de la diplomacia científica? ¿En qué consiste el programa de cooperación técnica del OIEA? ¿En qué consistió la asistencia proveída por el OIEA por motivo del COVID-19? ¿Quiénes son los beneficiarios? ¿Cuál fue el rol de las misiones diplomáticas en ello? ¿Logró este momentum posicionar el rol de la diplomacia científica? ¿Qué ganan los países con la diplomacia científica y la oferta de la cooperación técnica? ¿Cuáles son los retos, las oportunidades y las lecciones aprendidas de la diplomacia científica en Costa Rica a la luz de esta experiencia? Dichas interrogantes sustentaron la definición de los objetivos de la investigación y permitieron desarrollar el tema en tres capítulos. Objetivo general Exponer los retos y las oportunidades de la cooperación técnica provista por el OIEA a Costa Rica para la atención de la pandemia del COVID-19 con el fin de posicionar la diplomacia científica en el quehacer gubernamental. Objetivos específicos 1. Enunciar las principales tendencias teóricas de la diplomacia científica para entender su aplicabilidad en la cooperación técnica para el desarrollo. 2. Detallar la asistencia proveída por el OIEA para la atención de la pandemia del COVID-19 con el fin de apoyar las capacidades nacionales de los Estados miembros. 3. Identificar los retos, las oportunidades y las lecciones aprendidas para Costa Rica en el marco de esta asistencia con el propósito de posicionar la diplomacia científica en el quehacer nacional. Diseño metodológico La investigación es disciplinaria y su objeto de estudio se aborda desde la ciencia política. Esta disciplina aporta el instrumental teórico y categorial para la producción de conocimiento. 4 La metodología utilizada es cualitativa, y tiene como objetivo la descripción y el análisis de las cualidades del fenómeno estudiado, asimismo, la búsqueda de un concepto que pueda abarcar la realidad asociada a un caso determinado. En este sentido, el trabajo se centra en comprender la diplomacia científica mediante un caso aplicado: la asistencia técnica proveída para la atención del COVID-19 en el marco del OIEA. Este estudio recopila, sistematiza y analiza la información proveniente de fuentes primarias, secundarias y terciarias, mediante las técnicas de investigación descriptivas conocidas como análisis bibliográfico y documental, entrevistas semi- estructuradas2 a expertos temáticos, visitas a instituciones vinculadas y revisión de páginas web institucionales. 2 Entrevistas realizadas: • Señor Alejandro Solano Ortiz. Embajador y representante permanente de Costa Rica ante los Organismos de Naciones Unidas en Viena, Austria. 05 de julio del 2022. Viena, Austria. • Señora Montserrat Vargas Solorzano. Diplomática de carrera y oficial de Diplomacia Económica para los pilares de diplomacia científica, tecnológica y de innovación y diplomacia académica. 31 de marzo del 2022. Viena, Austria. 5 CAPÍTULO 1. MARCO TEÓRICO Y CONCEPTUAL DE LA DIPLOMACIA CIENTÍFICA Tenemos una oportunidad de oro para involucrar a los científicos en la esfera pública y promover los valores de la ciencia como la apertura, la transparencia y colaboración internacional como nuestra mejor estrategia de inmunidad colectiva. Una masa crítica de líderes capaces de unir ciencia y diplomacia ayudará a derribar nuestras divisiones artificiales y fomentar la cooperación necesaria para "inmunizar" a nuestra sociedad global contra los problemas de hoy y las catástrofes prevenibles del mañana. Gual Soler, M. (2020a, p. 17) Este capítulo ofrece una visión general de la literatura existente sobre el debate de la diplomacia científica desde la perspectiva de diferentes autores e instituciones estudiosas del tema. Con este fin, se ha recopilado y sistematizado variados conceptos sobre diplomacia científica y sus taxonomías que son fundamentales para el desarrollo de esta investigación. Además, este concepto se ha diferenciado de otros términos como cooperación científica internacional y cooperación técnica que en la práctica podrían ser inclusivos, pero no son sinónimos. Además, se ha establecido un consenso respecto del lenguaje y las significaciones utilizadas a lo largo del presente trabajo de investigación. Antes de iniciar con la conceptualización de la diplomacia científica, sus antecedentes y enfoques relacionados, se considera trascendental destacar siete ideas por ser consideradas deducciones en las que concuerdan varios autores, tales como Mauduit y Gual Soler, Ordóñez-Matamoros et al., Gluckman et al., e instituciones como la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), American Association for the Advancement of Science (AAAS) y The Royal Society of Londres. 6 Primero, no hay una sola definición para el concepto de “diplomacia científica”. Los países y las personas (científicos, diplomáticos y actores políticos) entienden y aplican el término de formas diferentes. Por ende, el concepto es multidimensional, y de variable significado, conforme a la propia experiencia y contexto de cada país o institución gestora. Segundo, la diferencia en el uso del concepto entre diferentes países está ligada al énfasis dado por los lineamientos de política exterior y de ciencia del país de acogida. Tercero, la diplomacia científica como práctica no es algo nuevo. Puede decirse que el conocimiento científico ha migrado de una sociedad a otra a lo largo de la civilización humana e incluso se habla del fenómeno de diásporas científicas3. Considérese, además, que ello ha dado pie a la comercialización, el intercambio y la cooperación científica para el establecimiento de relaciones políticas o comerciales; también ha facilitado la construcción de alianzas y la solución de conflictos. Cuarto, a pesar de lo anterior, la diplomacia científica como objeto de estudio es un término nuevo que fue acuñado recientemente por estudiosos y diplomáticos, y que, además, ha ganado una creciente atención e interés tanto en el ámbito académico como en el político. 3 Se trata de concebir nuevas modalidades de cooperación y de colaboración entre los científicos en el extranjero con las comunidades de origen y con los grupos de investigación. Los aportes que pueden hacer las comunidades de diáspora científica a sus países de origen desde sus países de residencia es un enfoque relativamente nuevo. Pues, históricamente el concepto de diáspora científica se le ha vinculado con términos como la “fuga de cerebros”, en donde la migración de científicos se presenta como una pérdida de capital humano altamente calificado que afecta de manera directa el potencial de desarrollo científico y económico interno de un país. Sin embargo, la interdependencia económica y el mundo globalizado, ha llevado a que los gobiernos y empresas busquen conectar con la diáspora altamente calificada para generar proyectos estratégicos de desarrollo de capacidades, transferencia de conocimiento y tecnología y apoyo al ecosistema científico, de innovación y emprendimiento a nivel nacional. Es así como, recientemente, conceptos como la “circulación de cerebros”, “banco de cerebros” o “networking de cerebros” han ganado relevancia. De esta forma, la diáspora ha venido siendo reconocida como un actor clave, pero no tradicional de los esquemas de diplomacia científica de los países. Se recomienda la lectura de Echeverría-King, Luisa F (2021). Diáspora Científica en el Sur Global: ¿Por qué es importante para Colombia? Coordinadas Mundiales- Blog de la Escuela de Relaciones Internacionales de FIGRI. https://coordenadas-mundiales.uexternado.edu.co/diaspora- cientifica-en-el-sur-global-por-que-es-importante-para- colombia/#:~:text=Pues%2C%20hist%C3%B3ricamente%20el%20concepto%20de,econ%C3%B3mic o%20interno%20de%20un%20pa%C3%ADs https://wol.iza.org/uploads/articles/31/pdfs/brain-drain-from-developing-countries.pdf https://raco.cat/index.php/RevistaCIDOB/article/view/347318 https://coordenadas-mundiales.uexternado.edu.co/diaspora-cientifica-en-el-sur-global-por-que-es-importante-para-colombia/#:~:text=Pues%2C%20hist%C3%B3ricamente%20el%20concepto%20de,econ%C3%B3mico%20interno%20de%20un%20pa%C3%ADs https://coordenadas-mundiales.uexternado.edu.co/diaspora-cientifica-en-el-sur-global-por-que-es-importante-para-colombia/#:~:text=Pues%2C%20hist%C3%B3ricamente%20el%20concepto%20de,econ%C3%B3mico%20interno%20de%20un%20pa%C3%ADs https://coordenadas-mundiales.uexternado.edu.co/diaspora-cientifica-en-el-sur-global-por-que-es-importante-para-colombia/#:~:text=Pues%2C%20hist%C3%B3ricamente%20el%20concepto%20de,econ%C3%B3mico%20interno%20de%20un%20pa%C3%ADs https://coordenadas-mundiales.uexternado.edu.co/diaspora-cientifica-en-el-sur-global-por-que-es-importante-para-colombia/#:~:text=Pues%2C%20hist%C3%B3ricamente%20el%20concepto%20de,econ%C3%B3mico%20interno%20de%20un%20pa%C3%ADs 7 Quinto, desde un punto de vista analítico, la diplomacia científica sigue siendo una cuestión abierta a la discusión y estudio, lo cual se denota en cómo se conceptualiza y clasifica, tal cual será discutido más adelante. Sexto, se reconoce que la ciencia y la producción de conocimiento son importantes para el desarrollo sostenible y se constata el valor de la cooperación internacional y de los variados actores en las relaciones internacionales. Sétimo, la mayoría de los fundamentos intelectuales y aplicaciones prácticas de la diplomacia científica han surgido del norte global y en idioma inglés. Vistos los puntos anteriores, se profundizará en la definición de diplomacia científica propiamente. 1.1 ¿Qué es la diplomacia científica? La Unesco recopila distintas definiciones provenientes de literatura reciente,4 tal como se aprecia en la figura 1. Figura 1. Conceptos varios en diplomacia científica 4 El concepto de diplomacia científica y sus aplicaciones comenzaron a ganar fuerza ya entrado el siglo XXI. El término se popularizó después de que la Royal Society de Londres y la AAAS publicaran en el informe “New Frontiers in Science Diplomacy” la primera definición y marco teórico para la diplomacia científica en 2010 (Unesco, 2020, p. 10). 8 Fuente: Tomado de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (2020, p.10). Con el fin de comparar las anteriores definiciones y buscar coincidencias entre ellas, se brindan otros dos conceptos en el cuadro 1. 9 Cuadro 1. Conceptos en diplomacia científica “La diplomacia científica se ha convertido en un término paraguas que abarca una serie de esfuerzos formales e informales de intercambio, educación, política y divulgación” (Basha, 2016, p. 3; resaltado añadido). “La diplomacia científica generalmente no se limita a un aspecto específico (por ejemplo, facilitar la colaboración académica), sino que suele abarcar una serie de actividades diferentes” (Berg, 2010, p. 72; resaltado añadido). Fuente: Construcción propia con base en la literatura supracitada. Como se observa en la figura 1 y el cuadro 1, la diplomacia científica suele definirse como “actividades, acciones, iniciativas, esfuerzos”, que se llevan a cabo para promover la colaboración científica y académica, en respuesta a las exigencias que conllevan los desafíos globales del siglo XXI: La diplomacia científica no es nueva, pero nunca ha sido tan importante. Muchos de los retos que definen el siglo XXI –desde el cambio climático y la seguridad alimentaria hasta la reducción de la pobreza y el desarme nuclear– tienen dimensiones científicas. Ningún país será capaz de resolver estos problemas por sí solo. Los instrumentos, las técnicas y las tácticas de la política exterior deben adaptarse a un mundo de creciente complejidad científica y técnica (The Royal Society, 2010, p. v). El rol del Estado y la agenda pública en diplomacia científica Si bien la diplomacia científica es un concepto emergente, con diversas interpretaciones y conceptualizaciones, la mayoría de las definiciones tienden a coincidir en la necesidad de que el Estado ejerza una acción para encontrar puntos de común acuerdo, sinergias y herramientas para desplegar estrategias que promuevan la colaboración en este ámbito en específico (The Royal Society, 2010, pp. 15-18). 10 El Estado, tanto como actor soberano de un territorio, una población y de una institucionalidad nacional, así como actor (no unívoco) de las relaciones internacionales (sistema internacional globalista), interactúa con actores de diversa naturaleza para aprovechar de los recursos y los medios que la ciencia, la tecnología y la innovación (en adelante CTI) pueden ofrecer para responder a las demandas nacionales y globales. En este sentido, “la diplomacia científica se destaca por su carácter estratégico basado en arreglos institucionales definidos, de modo que no se trata de una práctica espontánea carente de agenda pública” (Ordóñez-Matamoros et al., 2021, p. 9). Estos arreglos definidos son per se de carácter cooperativo y estratégico de parte del Estado e institución que los promueva en función de sus objetivos. Vale la pena subrayar la importancia de que algunos académicos otorgan al afianzamiento de una lógica de Estado que “se impulse y dé respaldo al trabajo científico bajo un mismo hilo conductor también desde la política exterior y, particularmente en lo que se refiere a la cooperación internacional, en una acción orquestada de más largo aliento” (Claramunt Garro, 2019, p. 51). En este contexto, el trabajo realizado por Ordóñez-Matamoros y otros autores, señala al respecto: Bajo este panorama, impulsar el avance de la ciencia como propósito del Estado nación es un menester atribuible principalmente a los ministerios de ciencia, tecnología e innovación, pero también, y crecientemente, a las cancillerías o ministerios de asuntos exteriores. Esto, con el fin de afrontar retos globales cuyo abordaje puede apoyarse en el conocimiento científico-tecnológico en la esfera de la negociación internacional. En ese sentido, la internacionalización de la ciencia y la tecnología necesita que la cooperación internacional sea una responsabilidad compartida por todos los agentes de la administración pública, además de la inclusión de otros actores que también son esenciales para el aprovechamiento de dichas actividades en todos los niveles de gobierno (Ordóñez-Matamoros et al., 2021, p. 13). 11 Desafíos compartidos más allá de las fronteras A este respecto, la globalización ha aumentado y ampliado considerablemente la importancia de la ciencia y la tecnología para y en las relaciones internacionales más allá de sus ámbitos tradicionales (Flink y Schreiterer, 2010, p. 665). Esta evolución, en consecuencia, ha aumentado las interdependencias transnacionales, que ahora requieren una cooperación más estrecha no solo entre los Estados, sino también entre las comunidades diplomáticas y científicas (Rungius, 2018, p. 4). La CTI representa un enfoque innovador para enfrentar los retos globales y un reconocimiento por parte de la Organización de Naciones Unidas (ONU) y sus Estados miembros de que la ciencia y sus aplicaciones son necesarias para resolver un amplio conjunto de retos prioritarios (Gluckman et al., 2017, p. 10). Los Objetivos de Desarrollo Sostenible5 (ODS) parten de la situación mundial para entablar sus objetivos y metas. Para Basha (2016), la diplomacia científica tiene el potencial de ser considerada como un medio para reducir los desequilibrios y como un vehículo para elevar a la humanidad hacia el crecimiento y el desarrollo sostenible (Basha, 2016, p. 2). Por tanto, los ODS constituyen un importante vínculo entre los intereses globales y las prioridades nacionales. En este sentido, se observa cómo las prioridades nacionales pueden ser atendidas por las instituciones mundiales y las normas internacionales pueden adaptarse a las prioridades nacionales (Gluckman et al., 2017, p. 10). Las acciones diseñadas principalmente para satisfacer las necesidades de desarrollo y los desafíos globales son las temáticas más cercanas a la acción de la diplomacia científica y se refieren a temas como el desarrollo sostenible global (los 5 En el año 2015 los Estados miembros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) aprobaron la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, el cual es un plan de acción ambicioso para la promoción del desarrollo sostenible e inclusivo en sus dimensiones social, económica y ambiental y que tiene un gran impacto para la cooperación internacional. Dicha Agenda está compuesta por 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), divididos a su vez en 169 metas, a cumplir en el 2030 por ello su nombre. La Agenda 2030 es una continuación de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (2000-2015) de la ONU, los cuales fueron la primera confluencia internacional para afrontar problemas globales como la erradicación de la pobreza extrema y el hambre o la mejora en el acceso a la educación. Si bien las metas no se cumplieron totalmente, sí favorecieron importantes avances que, en 2015, se extendieron a través de la Agenda 2030 y sus respectivos ODS. Para ahondar en el texto original de la agenda se recomienda Organización de las Naciones Unidas. (2015) Resolución aprobada por la Asamblea General el 25 de setiembre de 2015. 70/1.Transformar nuestro mundo: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. A/RES/70/1. Septuagésimo periodo de sesiones. Autor. https://www.un.org/ga/search/view_doc.asp?symbol=A/RES/70/1&Lang=S https://www.iberdrola.com/sostenibilidad/comprometidos-objetivos-desarrollo-sostenible https://www.un.org/ga/search/view_doc.asp?symbol=A/RES/70/1&Lang=S 12 ODS), la reducción de la pobreza y los espacios no gobernados (Gluckman et al., 2017, p. 9-11). Un concepto multidimensional La Unesco (2020), en su informe “Diplomacia científica para América Latina y el Caribe”, elucida que: Si bien no existe una única definición, la diplomacia científica es un “concepto paraguas” que engloba un amplio abanico de políticas, instrumentos, actividades, espacios y procesos en los que interactúan la ciencia y la política exterior, tanto a nivel bilateral como multilateral. Esto abarca desde la atracción y movilidad internacional de investigadores y empresas de base científico- tecnológica, la provisión de evidencia científica a la política pública, la toma de decisiones o la gobernanza global, hasta las formas en que el idioma universal de la ciencia puede tender puentes entre países con relaciones diplomáticas tensas o inexistentes (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, 2020, p. 9). En este mismo sentido, la Unión Europea financia el “Informe sobre el estado de la cuestión: resumen de la literatura sobre casos y conceptos de diplomacia científica” (2018), donde se indica que el concepto como etiqueta suele definirse, en primer lugar, por referencia a los acontecimientos mundiales y, en segundo lugar, en términos de “propósitos”. Pero, en general, el entendimiento y las definiciones comunes de la diplomacia científica no se basan en categorías analíticas, sino que extraen su significado principalmente de las narrativas e ideas sobre el cambio global (Rungius, 2018, p. 3). En este mismo informe también se señala que la noción de diplomacia científica como tal no se conceptualiza estrictamente en tipos específicos de “prácticas o actividades”, las cuales serían muy diversas (Rungius, 2018, p. 3). Este aporte es clave para comprender por qué en la literatura de principio de siglo XXI se encuentra una variedad de conceptos que, aunque se ejemplifican con tipos de actividades, no caen en absolutismos. 13 Esta amplitud conceptual podría ser un reflejo del cambio paradigmático de inicio de siglo, en el cual el concepto de diplomacia científica surge con carácter amplio e incluyente, en lugar de los determinismos preestablecidos por las circunstancias o condiciones en que se origina en la práctica dicha cooperación o intercambio. Por ejemplo, la diplomacia científica incluye actividades de cooperación internacional 6 –relacionadas con el objeto de estudio– que, en el gremio diplomático, están tipificadas de la siguiente manera: • Tipos de cooperación internacional. Cooperación técnica7, financiera (rembolsable y no reembolsable), para el desarrollo, interinstitucional, horizontal o sur-sur, triangular, científica y tecnológica, multilateral, y académica.8 • Modalidad de cooperación técnica. Envío de expertos, becas, capacitación, asistencia técnica, intercambio técnico, donación de equipo. Las anteriores formas de cooperación y modalidades pueden circunscribirse dentro de la perspectiva de “concepto paraguas” de la diplomacia científica, no obstante, se debe limitar su uso a las políticas y prácticas gubernamentales que 6 La Cooperación Internacional nace en 1945 a partir de la firma de la Carta de San Francisco, o Carta de las Naciones Unidas, cuyo capítulo IX está dedicado a la Cooperación Internacional Económica y Social. 77 Durante las décadas de los sesenta y setenta la Cooperación Técnica entre Países en Desarrollo (CTPD) se constituyó como un esfuerzo asociativo pionero entre los países del Sur en la búsqueda de relaciones internacionales más justas y de un Nuevo Orden Económico Internacional. 8 De acuerdo con el Sistema de Gestión de Proyectos de Cooperación Internacional (SIGECI) del Ministerio de Planificación Nacional y Política Económica (Mideplan) y la Política de Cooperación Internacional Costa Rica 2014-2022 , se entiende por: 1. Tipo de cooperación: distintas formas de implementar la cooperación internacional en función de variables relacionados con el número y rol de los actores, mecanismos de financiamiento, ámbito geográfico o alguna situación especial del entorno, y 2. Modalidad de cooperación: clasificación de la cooperación partiendo de la obligación o no de reembolsar los recursos otorgados. Entre los tipos de cooperación existentes se han seleccionado las siguientes que tiene relación con el objeto de estudio: Cooperación técnica. Es la cooperación destinada a apoyar a países en desarrollo mediante la transferencia de técnicas, tecnologías, conocimiento, habilidades y experiencias en determinadas áreas donde un país tenga mayor nivel de desarrollo. Cooperación técnica entre países en desarrollo. Es un tipo de cooperación técnica y su especificidad radica en que se da entre países de similar o menor nivel de desarrollo. Por eso, se le conoce como cooperación sur-sur o cooperación horizontal. Este tipo de cooperaciones es de doble vía, pues un país recibe y ofrece cooperación en las áreas que tiene mayor desarrollo y hay un país receptor. Cooperación científica y tecnológica. Consiste en la transferencia y el intercambio de tecnologías aplicadas a servicios básicos en educación, salud, y saneamiento o investigaciones compartidas. Para más información consultar, Ministerio de Planificación Nacional y Política Económica (2014). Política de Cooperación Internacional Costa Rica 2014-2022. http://oaice.ucr.ac.cr/archivos/Politica_de_cooperacion_internacional.pdf http://www.un.org/es/documents/charter/ http://www.un.org/es/documents/charter/ http://oaice.ucr.ac.cr/archivos/Politica_de_cooperacion_internacional.pdf 14 involucran tanto la política de ciencia y tecnología como la política exterior de un determinado país. Esta advertencia se debe a que “la diplomacia científica implica la participación de actores e intereses políticos, mientras que la cooperación científica internacional9 no necesariamente involucra a esos actores” (Melchor et al., 2020, p. 2). De hecho, Copeland (2011) nota que a veces esas colaboraciones tienen una orientación comercial que a menudo carece de participación estatal directa (pp. 1-4).10 Esto es clave para entender la diplomacia científica y diferenciarla de otras acciones que existen entre pares académicos o de investigación o bien hoy en día entre empresas privadas del sector de CTI, sin pasar por las cancillerías u otra institución del gobierno central nacional. Por ejemplo, es usual que las universidades tengan sus propias oficinas de cooperación internacional y de acuerdo con su marco jurídico fundacional, el Estado reconoce su personería jurídica y por ende su capacidad para contraer obligaciones como firmar sus propios acuerdos de cooperación o cartas de entendimiento con otras instituciones nacionales, regionales o internacionales de los menesteres que son de su competencia e interés. De esta forma, se faculta a las universidades a promover independientemente la investigación con otros pares (públicos o privados), el intercambio de profesionales, el otorgamiento de becas para estudios y pasantías científicas. No obstante, nótese que la diplomacia científica requiere de participación gubernamental dentro del marco de una política de Estado que lo justifique y promueva. En lo que respecta a esta investigación, se concibe la diplomacia científica, tal cual plantea la SENACYT y la Cancillería de Panamá (2019) cita textual: 9 Esta investigación entiende por cooperación científica internacional la ayuda voluntaria de un donante (técnico-científico y público o privado, nacional o internacional) a una población científica (beneficiaria) de otro Estado. Esta población puede recibir la colaboración directamente a través de su Estado, gobierno local, o bien, mediante una ONG o institución privada. Esta cooperación tiene la finalidad de que el destinatario pueda superar problemas puntuales o potenciar su infraestructura de CTI. Nótese esta cooperación no está intrínsicamente ligada al ejercicio de las instituciones gubernamentales sino también puede establecerse entre pares privados o bien que alguno de ellos tenga otro tipo de naturaleza jurídica que no sea la pública. 10 El aporte de Copeland se relaciona con el ámbito de acción de la cooperación interinstitucional, la cual se da en el ámbito de las instituciones de diversa índole, tanto gubernamentales como privadas, por medio del intercambio técnico, apoyo y de cooperación a nivel internacional con sus “pares” en otros países. Por ejemplo, entre universidades, sin la participación de las cancillerías. https://es.wikipedia.org/wiki/Poblaci%C3%B3n https://es.wikipedia.org/wiki/Poblaci%C3%B3n https://es.wikipedia.org/wiki/Estado https://es.wikipedia.org/wiki/Entidad_subnacional https://es.wikipedia.org/wiki/ONG 15 (…) el uso y la aplicación de la ciencia, la tecnología y la innovación con el propósito de vincular sociedades mediante mecanismos de cooperación tendientes a la solución de problemas globales que impactan las sociedades nacionales. La diplomacia científica es una herramienta al servicio de todos los actores directos e indirectos de las relaciones internacionales que promueven el quehacer científico, el desarrollo tecnológico y la innovación en el ejercicio de la política exterior y las relaciones internacionales tanto por parte del personal científico como del diplomático (Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación y Ministerio de Relaciones Exteriores de Panamá, 2019, p. 5). La distinción por este concepto se basa en que, si bien en el marco conceptual se exponen las tendencias teóricas que facilitan y enriquecen la discusión académica, a fin de cuentas, este estudio plantea proponer un concepto que brinde herramientas para el ejercicio de la diplomacia científica en los Ministerios de Relaciones Exteriores y, por tanto, se recomienda sea un concepto amplio y operativo más que académico y este término logra cumplir con este cometido. A continuación, se presenta un cuadro resumen de los conceptos supracitados en discusión: Cuadro 2. Comparación entre los conceptos clave de la investigación Cooperación científica internacional Cooperación técnica Diplomacia científica Ayuda voluntaria de un donante (técnico- científico y público o privado, nacional o internacional) a una población científica (beneficiaria) de otro Estado. Apoyo/ asistencia a países en desarrollo mediante la transferencia de técnicas, tecnologías, conocimiento, habilidades y experiencias en determinadas áreas donde un país, Herramienta al servicio de todos los actores directos e indirectos de las relaciones internacionales que promueven el quehacer científico, el desarrollo tecnológico y la https://es.wikipedia.org/wiki/Poblaci%C3%B3n 16 organización internacional o institución tenga mayor nivel de desarrollo. innovación en el ejercicio de la política exterior. Fuente: Construcción propia con base en los conceptos referenciados en el marco conceptual. Es importante mencionar, que el caso de estudio de la investigación es un ejemplo de cooperación científica internacional, de cooperación técnica y de diplomacia científica pues cumple con los razonamientos establecidos en cuadro 2. Particularmente, la asistencia de COVID-19 brindada por el OIEA, es una acción de diplomacia científica que adopta tipos y modalidades de cooperación internacional como las referenciadas arriba, entre ellas, la cooperación técnica, y que además cumple con la condición de participación estatal de la siguiente manera: • Solicitante: Estado miembro cuya representación internacional recae sobre el Ministerio de Relaciones Exteriores, y por ende, sus Misiones Permanentes ante el OIEA, quien es el gestor inicial de la acción en el marco del ejercicio de la cooperación internacional y promoción del desarrollo sostenible. • Usuario final del beneficio: institución pública nacional designada de carácter técnico-científico. • Donante: OIEA-organismo intergubernamental de cooperación científica y técnica en la esfera nuclear. 1.2 Taxonomía de la diplomacia científica Las siguientes taxonomías son clasificaciones que permiten a sus proponentes diferenciar el concepto “diplomacia científica” de otros, así como identificar la presencia de atributos comunes para agruparlos. 1.2.1 La taxonomía de Royal Society de Londres y American Association for the Advancement of Science En el 2010, la Royal Society de Londres junto con la American Association for the Advancement of Science (AAAS) presentaron un informe titulado “Nuevas fronteras https://www.aaas.org/ https://royalsociety.org/~/media/Royal_Society_Content/policy/publications/2010/4294969468.pdf 17 en la diplomacia científica” y su resultado más influyente es el establecimiento de la primera taxonomía para la diplomacia científica que ha sido ampliamente utilizada desde entonces. La propuesta del Royal Society de Londres y la AAAS (2010) consiste en tres dimensiones que contribuyen a formar el concepto, a saber: i) la ciencia en la diplomacia, en el que la ciencia informa y apoya la toma de decisiones de política exterior; ii) la diplomacia para la ciencia, que busca facilitar la cooperación científica entre Estados; y iii) la ciencia para la diplomacia, en la que se usa la cooperación científica como mecanismo para estrechar lazos entre Estados (ver figura 2). Figura 2. Taxonomía propuesta por Royal Society de Londres y AAAS en el 2010 Fuente: Construcción propia con base en la taxonomía de AAAS (The Royal Society, 2010, pp. v-vi). Para ahondar en estas dimensiones, se reseñan a continuación cada una de ellas y se brinda un ejemplo en el marco del quehacer del OIEA. A. Ciencia en la diplomacia Consiste en sustentar los objetivos de la política exterior sobre la base de asesoramiento científico. Es decir, como instrumentos para hacer diplomacia para cohesionar ideas y conocimientos que permitan avanzar en las agendas de política CIENCIA EN LA DIPLOMACIA Fortalecer los objetivos de política exterior con asesoramiento científico CIENCIA PARA LA DIPLOMACIA Utilizar la cooperación científica para mejorar los vínculos con otros países DIPLOMACIA PARA LA CIENCIA Facilitar la cooperación internacional científica https://royalsociety.org/~/media/Royal_Society_Content/policy/publications/2010/4294969468.pdf 18 exterior. “Los científicos asesoran a los diplomáticos sobre cuestiones bilaterales o multilaterales en las que la ciencia y la tecnología son relevantes” (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, 2020, pp. 10-11). Por eso, la comunidad científica entrega información actualizada a los responsables de las políticas públicas como resultado de un consenso científico. Por ejemplo, en tiempos de guerra, el asesoramiento científico ha propiciado la movilización de recursos científicos y tecnológicos nacionales para el desarrollo de armas. En tiempos de paz, se utiliza el conocimiento científico para apoyar la toma de decisiones en política exterior (Melchor et al., 2020, p. 4). Los foros internacionales o intergubernamentales son un espacio propicio para que los grupos científicos asesoren a los tomadores de decisión en la negociación de tratados internacionales, la definición de políticas o en la rendición de cuentas de los avances de las obligaciones internacionales. Por ejemplo, el Consejo Internacional de Investigación sobre la Fusión Nuclear (IFRC) del OIEA. El IFRC se fundó en 1971 con el objetivo principal de promover la cooperación internacional en la investigación sobre la fusión controlada y sus aplicaciones. Este consejo actúa como órgano asesor del director general del OIEA en asuntos relacionados con el programa de fusión nuclear del organismo y la cooperación internacional en este campo.11 Además, está formado por representantes de Estados miembros del OIEA y organizaciones internacionales seleccionadas, las cuales se destacan por realizar un esfuerzo importante de investigación en materia de fusión nuclear. En total quince científicos del mundo han sido seleccionados para conformar el IFRC, quienes contribuyen a las revisiones y evaluaciones de forma voluntaria que haga el OIEA en la materia y sus aportes son utilizados para las negociaciones sobre política global. Cabe destacar que, entre este grupo de científicos, se encuentra por primera vez un costarricense, el Dr. Iván Vargas Blanco del Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC) (ver figura 3).12 A nivel nacional, la participación costarricense en dicho foro 11 Se puede consultar más información sobre este consejo en OIEA. (s. f.). IAEA.Fusion portal. Autor. https://nucleus.iaea.org/sites/fusionportal/Pages/IFRC.aspx. 12 En el 2016, el TEC hace la primera descarga de plasma mediante el dispositivo Stellarator de Costa Rica 1 (SCR-1) y el principal objetivo de esta investigación era convertir el plasma en una fuente alternativa de energía eléctrica. Se puede consultar la noticia en el enlace, Instituto Tecnológico de Costa Rica-TEC (2016). TEC hace la primera descarga de plasma en un dispositivo único en Latinoamérica.https://www.tec.ac.cr/hoyeneltec/2016/06/29/tec-hace-primera-descarga-plasma- https://www.tec.ac.cr/hoyeneltec/2016/06/29/tec-hace-primera-descarga-plasma-dispositivo-unico-latinoamerica#:~:text=Tras%20seis%20a%C3%B1os%20de%20investigaciones,dispositivo%20%C3%BAnico%20en%20la%20regi%C3%B3n 19 científico influye en la política pública sectorial en ciencia y tecnología, así como en la participación del país en foros internacionales en los que Costa Rica es parte, tal es el caso del OIEA. Asimismo, contribuye en la definición de acciones futuras de cooperación internacional, por lo que así se fortalecen los objetivos de política exterior.13 Figura 3. Visita del Dr. Vargas al OIEA en mayo del 2018 Fuente: Tomado del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto (2018, p 1). B. Diplomacia para la ciencia dispositivo-unico- latinoamerica#:~:text=Tras%20seis%20a%C3%B1os%20de%20investigaciones,dispositivo%20%C3 %BAnico%20en%20la%20regi%C3%B3n. Posteriormente, el nombramiento del Dr. Vargas, director del Laboratorio de Plasma del TEC, como miembro del IFRC se publicó en junio de 2018. Al respecto, ver las siguientes notas de prensa: El Mundo.cr (2018). Científico del TEC estará en el consejo científico más importante del mundo en fusión nuclear. https://www.elmundo.cr/costa-rica/cientifico- del-tec-estara-en-el-consejo-cientifico-mas-importante-del-mundo-en-fusion-nuclear/ y La Nación. (2019) TEC inaugura primer laboratorio de investigaciones en plasma y fusión nuclear en Centroamérica.https://www.nacion.com/ciencia/aplicaciones-cientificas/tec-inaugura-primer- laboratorio-de-investigaciones/ZJYPQNWUKVEOBPYEKY557KB3CY/story/ 13 Ver las acciones emprendidas por la misión permanente de Costa Rica en Austria, destacada ante Naciones Unidas Viena, con relación a la participación costarricense en el IFRC y otras acciones de cooperación, en las siguientes notas de prensa: Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de Costa Rica (2019). Costa Rica participa en el Consejo Internacional de Investigación de la Fusión (IFRC) en Viena, Austria y promueve apoyo al Laboratorio de Plasma para Energía de Fusión y Aplicaciones del ITCR. https://www.rree.go.cr/?sec=servicios&cat=prensa&cont=593&id=4801 y (2018). Instituto Tecnológico de Costa Rica busca convertirse en el primer centro colaborador de la OIEA en Plasma y Fusión Nuclear. https://www.rree.go.cr/?sec=servicios&cat=prensa&cont=593&id=4007 https://www.tec.ac.cr/hoyeneltec/2016/06/29/tec-hace-primera-descarga-plasma-dispositivo-unico-latinoamerica#:~:text=Tras%20seis%20a%C3%B1os%20de%20investigaciones,dispositivo%20%C3%BAnico%20en%20la%20regi%C3%B3n https://www.tec.ac.cr/hoyeneltec/2016/06/29/tec-hace-primera-descarga-plasma-dispositivo-unico-latinoamerica#:~:text=Tras%20seis%20a%C3%B1os%20de%20investigaciones,dispositivo%20%C3%BAnico%20en%20la%20regi%C3%B3n https://www.tec.ac.cr/hoyeneltec/2016/06/29/tec-hace-primera-descarga-plasma-dispositivo-unico-latinoamerica#:~:text=Tras%20seis%20a%C3%B1os%20de%20investigaciones,dispositivo%20%C3%BAnico%20en%20la%20regi%C3%B3n https://www.elmundo.cr/costa-rica/cientifico-del-tec-estara-en-el-consejo-cientifico-mas-importante-del-mundo-en-fusion-nuclear/ https://www.elmundo.cr/costa-rica/cientifico-del-tec-estara-en-el-consejo-cientifico-mas-importante-del-mundo-en-fusion-nuclear/ https://www.rree.go.cr/?sec=servicios&cat=prensa&cont=593&id=4801 https://www.rree.go.cr/?sec=servicios&cat=prensa&cont=593&id=4007 20 Esta dimensión apunta a facilitar la cooperación científica internacional que permita a las partes interesadas concretar alianzas asociativas mediante las cuales se transfieren bienes y servicios científicos en función del desarrollo de las sociedades. De esta forma, el aparato diplomático favorece la colaboración científica entre países y promueve la movilidad académica y atracción de talento, conocimiento e innovaciones para mejorar la competitividad del país (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, 2020, p. 11). En esta segunda dimensión, las herramientas clásicas de la diplomacia se utilizan para apoyar a la comunidad científica, tecnológica y de innovación mediante la construcción conjunta de programas de investigación. Un ejemplo de ello es el proyecto energético internacional conocido como Reactor Termonuclear Experimental Internacional (ITER) en el que participan treinta y cinco naciones del mundo, quienes colaboran en la construcción de un dispositivo de fusión magnética diseñado para demostrar la viabilidad de la fusión como fuente de energía a gran escala y sin emisiones de carbono, basada en el mismo principio natural que impulsa el sol y las estrellas.14 El OIEA y la organización ITER han mantenido una estrecha relación desde el primer momento, especialmente en las esferas de la investigación, la gestión del conocimiento, el desarrollo de recursos humanos y las actividades de enseñanza y divulgación en el ámbito de la fusión nuclear. Se espera que el ITER demuestre que es científica y tecnológicamente viable producir electricidad a partir de la energía de fusión. Si los resultados son favorables, estos avances supondrán un hito importante y tenderán un puente histórico entre la investigación experimental y las primeras centrales de demostración de la fusión, también conocidas como DEMO (Organización Internacional de Energía Atómica, 2021b, s. p.).15 14 La campaña experimental que se llevará a cabo en el ITER es crucial para el avance de la ciencia de la fusión y para preparar el camino hacia las centrales energéticas de fusión del futuro. Tómese en cuenta que la energía nucleoeléctrica de las centrales nucleares en el mundo se basa en el principio de fusión nuclear (fusión controlada) y no hay ninguna planta operando por “fusión nuclear”. Es decir, está apenas en investigación la producción de energía a partir de la fusión nuclear. El ITER sería el primer dispositivo de fusión que probará las tecnologías integradas, los materiales y los regímenes físicos necesarios para la producción comercial de electricidad basada en la fusión. De acuerdo con su plan de investigación por fases, los primeros experimentos en este sentido comienzan en el 2025. Los experimentos a pleno rendimiento deberían iniciarse en el 2035. 15 Más información sobre ITER en la nota de prensa Organización Internacional de Energía Atómica. (2021b). ITER: el experimento de fusión más grande del mundo. OIEA. https://www.iter.org/technical-reports?id=9 21 Las acciones de diplomacia para la ciencia requieren una gran cantidad de recursos y fondos, que un país no puede proveer por sí solo y, por tanto, la colaboración internacional resulta clave para construir proyectos científicos asociativos. La creación de colaboraciones científicas en regiones específicas o con socios determinados requiere de la asistencia diplomática para construir asociaciones de investigación formalizadas entre gobiernos y otras instituciones. El objetivo general de las acciones es beneficiarse de recursos científicos y tecnológicos internacionales para mejorar la capacidad nacional, así como para construir proyectos de investigación conjunta que un país por sí mismo no podría emprender (Melchor et al., 2020, pp. 5-6). Retomando el ejemplo del ITER, los treinta y cinco países16 que participan en dicho proyecto representan más de la mitad de la población mundial y el 85 % del producto interno bruto (PIB) a nivel mundial. Aunque en el mundo se están llevando a cabo muchos otros experimentos de fusión de menor envergadura, la mayoría de ellos se coordinan, cooperan o colaboran con la organización ITER (Organización Internacional de Energía Atómica, 2021b, s. p.). El establecimiento de ITER demuestra el interés de esos Estados en trabajar asociativamente por un mismo fin, incluyendo a otros pares externos como el OIEA. Además, todo aquel tercer Estado interesado en entablar relaciones de cooperación científica con el ITER puede acceder a este por medio de sus cancillerías, o bien por medio del OIEA y las misiones permanentes delegadas a este como interlocutores. En este tema también está trabajando el Instituto Tecnológico de Costa Rica y el laboratorio que lidera el Dr. Iván Vargas. Sin embargo, actualmente el país no es miembro del ITER, pues la membresía es muy cuantiosa para la universidad y el país. A pesar de lo anterior, el ITER colabora con el OIEA, con el IFRC y, por ende, con sus miembros. https://www.iaea.org/es/energia-de-fusion/iter-el-experimento-de-fusion-mas-grande-del- mundo#:~:text=Se%20espera%20que%20el%20ITER,rendimiento%20deber%C3%ADan%20iniciars e%20en%202035 16 El proyecto ITER es una colaboración de 35 países comprendidos dentro de siete miembros principales: China, la Unión Europea, Japón, Corea del Sur, Rusia y Estados Unidos. 22 C. Ciencia para la diplomacia La tercera dimensión se refiere a la utilización de la cooperación científica y de la evidencia científica para mejorar las relaciones entre países. Al respecto, Melchor y otros autores indican: En contraste la “Ciencia para la diplomacia” se basa principalmente en el “poder blando” de la ciencia para atraer, persuadir e influir como un bien nacional y como una actividad que trasciende los intereses nacionales. Estas actividades se pueden percibir en contextos de relaciones difíciles entre ciertos Estados cuando estos se enfrentan a problemas comunes que no pueden resolver por sí mismos, o cuando se preparan para renovar sus relaciones. (…) El objetivo es, por tanto, apoyar las acciones de política exterior mediante la movilización de redes científicas (Melchor et al., 2020, p. 7). Con respecto a lo anterior, en el “Informe de la UNESCO sobre la Ciencia” (2020), ya se resaltaba la rapidez con la que el mundo está adoptando estrategias de crecimiento económico y de desarrollo sostenible basadas en la ciencia, la tecnología y la innovación. El informe menciona: Cada vez más países se integran a la carrera del desarrollo científico y tecnológico para fortalecer sus sistemas nacionales de investigación, mejorar su competitividad, resaltar el prestigio de su “marca país” en el escenario global, e incidir en las relaciones internacionales usando la ciencia como herramienta de poder blando para coordinar soluciones a problemas de interés común (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, 2020, p. 10). Este es el caso del director del Laboratorio de Plasma del TEC, quien ha sido reconocido como embajador de la marca país “Esencial Costa Rica”. La nominación en este comité (IFRC) ha valido el apoyo a la estrategia nacional para capitalizar la reputación del país en mercados internacionales mediante la designación del Dr. 23 Vargas como su embajador, con el fin de dar a conocer el talento humano nacional para la atracción de inversiones en alta tecnología.17 También, la cooperación científica y tecnológica se puede utilizar como una herramienta para construir y mejorar las relaciones entre los Estados nacionales. “Tradicionalmente, la ciencia ha jugado un papel en el desarrollo de capacidades de poder duro, como las tecnologías militares y la coerción económica” (Melchor et al., 2020, pp. 6-7). Sin embargo, se reconoce ahora el empleo del poder blando para evitar el uso de la fuerza. Este término es entendido como la capacidad de un actor político, por ejemplo, un Estado, para incidir en las acciones y los intereses de otros actores valiéndose de medios diplomáticos y de cooperación para lograr sus fines:18 En relación con esto Nye señala: Cuando los países hacen ver su poder como legítimo ante los ojos de los demás, encuentran menos resistencia en la consecución de sus deseos. Si la cultura y la ideología de un país son atractivas, habrá más países deseando seguirlo. Si un país puede dar forma a reglas internacionales de manera consistente con sus intereses y valores, será más probable que sus acciones parezcan legítimas ante los ojos de los otros. Si un país se apoya en instituciones y sigue reglas que invitan a otros países a canalizar o limitar sus 17 Consultar la siguiente referencia del Dr. Vargas como embajador de la marca país: Esencial Costa Rica. (s. f.). La esencia sos vos: Iván Vargas [video de YouTube]. Esencial Costa Rica-YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=Gu1GAjrwYpc 18 Joseph Nye parte de una definición de diccionario, en la que define el poder como la habilidad de influenciar la conducta de otros para alcanzar resultados deseados (Nye, 2004, p. 2; 2008, p. 27 y 38; 2009). A partir de esta, puntualiza cuatro características cruciales del poder: i) agencial; ii) conductual; iii) relacional; y iv) contextual. De estas, en especial de la característica contextual, se desprende una quinta: el poder no es igual a los recursos que lo producen y, por lo tanto, aquel con más recursos en la relación no siempre obtiene los resultados que desea. Su conceptualización está orientada al diseño y la formulación de política exterior, con especial énfasis en los Estados Unidos. Otorga primacía a los individuos sobre las estructuras (sin ignorarlas estrictamente) y afirma que es el contexto el que dicta quién obtiene qué, cómo, dónde y cuándo (Nye, 2011, pp. 6-7). Específicamente, identifica tres maneras en las que puede afectarse la conducta de otros: coacción vía amenazas (garrotes), inducción vía pagos (zanahorias), o atracción/cooptación (2008, p. 27; 2009). De estas se desprende la distinción entre poder duro y blando y de estos, posteriormente, aparece el poder inteligente. Los tres son formas para alcanzar resultados preferidos y la diferencia entre los dos primeros tiene que ver con la naturaleza de la conducta, la tangibilidad de los recursos y los mecanismos utilizados (Nye, 2004, p. 7). El tercero es una combinación estratégica de los dos primeros. Se recomienda el capítulo 2 de la obra de Masullo, J. (s. f.). Sobre el poder blando y el biopoder: Evaluando el potencial impacto y limitaciones de Foucault en las Relaciones Internacionales. Institut Barcelona d'Estudis Internacionals (IBEI). http://docplayer.es/224617017-La-conceptualizacion-del-poder-de-joseph-nye-el-poder- blando.html. https://www.youtube.com/watch?v=Gu1GAjrwYpc 24 acciones de la manera en que prefiere, no necesitará invertir tanto en garrotes y zanahorias (Nye, 2004, pp. 10-11). El poder blando en las relaciones internacionales puede ser ejemplificado por la política exterior de Estados Unidos posterior a la Segunda Guerra Mundial, cuando dicho país estableció un programa de cooperación nuclear de usos pacíficos en 1953, con el fin de construir confianza en el sistema internacional y controlar las aplicaciones nucleares existentes en otros Estados que desean primariamente beneficiarse del establecimiento de una relación bilateral de transferencia de tecnología e innovación. Otro ejemplo es “los tratados internacionales de desarme nuclear y la cooperación científica entre los Estados Unidos y la Unión Soviética durante la Guerra Fría” (Melchor et al., 2020, p. 1). En ambos casos, los científicos pueden ser agentes “involuntarios” de la diplomacia científica cuando participan en proyectos de cooperación internacional que pueden abrir canales, estimular el diálogo y generar confianza entre países en conflicto; estos proyectos producen beneficios diplomáticos, además de avances en el conocimiento (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, 2020, p. 11). Es decir, se crea un beneficio en doble vía en una relación en la que todos ganan. En resumen, aunque esta taxonomía ha sido útil para los debates académicos y teóricos, cualquier esfuerzo científico internacional concreto suele servir para múltiples propósitos, como el apoyo a la mejora de las relaciones internacionales, así como los objetivos del propio campo científico. Y si bien esta discusión puede parecer una cuestión semántica respecto de la interpretación, el análisis y el correcto funcionamiento del sentido para usar las palabras (ciencia para la diplomacia, diplomacia para la ciencia, ciencia en la diplomacia), lo cierto es que la taxonomía repercute en la forma en que los actores pertinentes perciben la ciencia internacional y la diplomacia científica (Gluckman, et al., 2017, p. 2). En todo caso, la taxonomía propuesta por Royal Society de Londres y AAAS no solo fue la primera tipología ampliamente conocida, sino, además, ha servido de base para promover la discusión intelectual, por lo que ha propiciado la definición de nuevas propuestas como las que se exponen a continuación. 25 1.2.2 El enfoque de propósitos estratégicos En el 2010, los autores Flink y Schreiterer plantearon otra tipología basada en propósitos estratégicos de la diplomacia científica (ver figura 4). Figura 4. Tipología de Flink y Schreiterer de 2010 Fuente: Construcción propia a partir de Flink y Schreiterer (2010, pp. 665-677). Esta tipología basada en propósitos responde a la pregunta ¿para qué emprendo estas acciones de diplomacia científica? Define el objetivo que se pretende alcanzar. De esta forma, los autores brindan tres posibles escenarios como respuesta. A continuación, se describen brevemente cada una de ellas: • Acceso. Consiste en mejorar la capacidad nacional de innovación y competitividad mediante una mejor evaluación comparativa de las tendencias y políticas internacionales de investigación y desarrollo, que observa y aprovecha los mercados del conocimiento y la tecnología en otras partes del mundo, junto con atraer talentos e inversiones desde el exterior. También, las acciones impulsadas por el acceso se pueden utilizar para aliviar tensiones entre Estados, generar confianza, gestionar o prevenir conflictos, o D ip lo m ac ia ci en tí fi ca Acceso Promoción Influencia 26 involucrarse en los proyectos de “gran ciencia” extremadamente costosos y que ningún país puede resolver solo. • Promoción. Se refiere al marketing sobre los logros científicos de un país y el aumento del interés en su ciencia y la tecnología, lo que mejora su reputación. Su objetivo principal es la atracción de estudiantes, investigadores/as y empresas para fortalecer las capacidades, la reputación y el desempeño de un país, mejorar sus capacidades innovadoras, y sentar las bases para asociaciones internacionales exitosas. • Influencia. Busca abordar el aspecto más político y de “poder blando” dentro de la diplomacia científica, al influir en la opinión pública, tomadores/as de decisión y liderazgos políticos o económicos de otros países. El principal desafío es juntar el mundo de la ciencia y de la diplomacia, al unir profesionales y diferentes actores con un conjunto de intereses estratégicos particulares y preocupaciones globales (Melchor et al., 2020, pp. 8-9). 1.2.3 El enfoque pragmático Otra propuesta alternativa es el enfoque pragmático de Gluckman et al. (2017), quienes argumentan que la distinción entre las anteriores dimensiones no es lo suficientemente clara ni mutuamente excluyente. Por lo tanto, sugieren un marco más utilitario basado en las razones por las que un país podría invertir esfuerzos y recursos en la diplomacia científica. Este marco alternativo prevé tres nuevas categorías de la diplomacia científica (Gluckman et al., 2017, pp. 1-13): • Acciones diseñadas para promover directamente las necesidades nacionales de un país. Este grupo comprendería el ejercicio del “poder blando” para aumentar el impacto de un país en el resto del mundo, para ser más estratégico en la identificación de cómo las relaciones científicas promueven el comercio, algunos intereses diplomáticos más amplios, o la asistencia al desarrollo con información científica, además de la creación de asociaciones científicas entre países donantes y países receptores. Esto también incluiría la respuesta de seguridad nacional y emergencias. 27 • Acciones diseñadas para abordar intereses transfronterizos: Estas involucran cuestiones bilaterales o transfronterizas, el uso o acceso a recursos compartidos (gas, pesca, etc.), y la explotación de servicios técnicos compartidos (regulación farmacéutica, evaluación de la seguridad alimentaria, etc.). • Acciones diseñadas para abordar principalmente las necesidades y los desafíos globales. Este grupo incluye a los ODS que comprenden un contexto global para el desarrollo y la asociación, donde los países, desarrollados o en desarrollo, pueden contar con metas medibles para aumentar sus actividades de desarrollo nacional e internacional. Nótese que, a inicios de la tercera década del siglo XXI, la visión estratégica para la diplomacia científica se orienta hacia el ámbito comercial, en la medida en que su alcance se amplía desde los ministerios de relaciones exteriores hacia estrategias transversales de los ministerios responsables del comercio, la educación y la economía. Además, la diplomacia científica no se limita a los actores gubernamentales o los gobiernos nacionales; entidades subnacionales y supranacionales, el sector privado y la sociedad civil se están involucrando cada vez más en sus procesos y actividades (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, 2020, p. 11). Los autores también identifican cuatro áreas de trabajo, en las cuales la ciencia viene jugando un papel decisivo para los Gobiernos (Gluckman et al., 2017, pp. 1-13): • El ejercicio del poder blando. Los países buscan ser más estratégicos al identificar cómo las relaciones científicas pueden promover el comercio y avanzar en intereses diplomáticos más amplios. En este sentido, al igual que los países utilizan la ciencia y la innovación para proyectar sus intereses nacionales, ahora reconocen cada vez más las dimensiones científicas de la ayuda al desarrollo. • Seguridad nacional y respuesta a las emergencias. Las necesidades de seguridad nacional están dominadas por la ciencia, en varios niveles. Por ejemplo, tras una catástrofe natural o provocada por el hombre, el rescate suele venir en forma de ayuda científica transnacional; este es el caso también de la pandemia por el COVID-19. 28 • La dimensión económica. Dado que las tecnologías se desarrollan en paralelo en el mundo, el éxito de la exportación y de la importación depende de unas normas y definiciones técnicas comunes. En algunos casos, el dominio del mercado hace que esas normas sean fáciles de precisar; en otros, los agentes estatales deben desempeñar un papel más activo. Atracción de la inversión extranjera directa en el sector de CTI. • Ciencia, tecnología e innovación a nivel nacional. Al tratar de construir su infraestructura de ciencia, tecnología e innovación (CTI), muchos países recurren a la diplomacia, ya sea para abrir las puertas a los expertos de otros países, para fomentar las relaciones mediante acuerdos de asociación a nivel nacional, universitario o empresarial, o para llegar a los científicos de su diáspora nacional. En todas estas actividades participan los ministerios de asuntos exteriores, a menudo en colaboración con sus agencias de ciencia e innovación. Para muchos países, la asociación en megaproyectos científicos que cruzan las fronteras nacionales tiene como objetivo principal ayudar al desarrollo nacional. Asociado a los cuatro puntos anteriores, la investigación propone identificar una quinta área de manera independiente relacionada con la educación en ciencia. Para el desarrollo de los países de renta baja y media es fundamental la mejora de los conocimientos y la capacidad científica a través de la promoción de la educación en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM en inglés). La educación en áreas de STEM se puede fomentar en edades tempranas, y en grupos vulnerables, de menor acceso a las oportunidades, por ejemplo, mujeres, para reducir la brecha de género en estas áreas.19 En el cuadro 3, se presenta un resumen de las taxonomías anteriormente citadas. 19 Para ahondar ello se recomienda el documento de UNU Mujeres. (2020). Women in Science, Technology Engineering and Mathematics (STEM) in the Latin America and Caribbean region. Tutor. https://lac.unwomen.org/sites/default/files/Field%20Office%20Americas/Documentos/Publicaciones/2020/09 /Women%20in%20STEM%20UN%20Women%20Unesco%20EN32921.pdf https://lac.unwomen.org/sites/default/files/Field%20Office%20Americas/Documentos/Publicaciones/2020/09/Women%20in%20STEM%20UN%20Women%20Unesco%20EN32921.pdf https://lac.unwomen.org/sites/default/files/Field%20Office%20Americas/Documentos/Publicaciones/2020/09/Women%20in%20STEM%20UN%20Women%20Unesco%20EN32921.pdf 29 Cuadro 3. Resumen de las tipologías en diplomacia científica Taxonomía de AAAS y Royal Society de Londres (2010) Enfoque de propósitos estratégicos (2010) Enfoque pragmático (2017) Ciencia en la diplomacia Acceso Acciones diseñadas para promover directamente las necesidades nacionales de un país Diplomacia para la ciencia Promoción Acciones diseñadas para abordar intereses transfronterizos Ciencia para la diplomacia Influencia Acciones diseñadas para abordar principalmente las necesidades y los desafíos globales Fuente: Construcción propia con base en las tipologías de AAAS (AAAS y The Royal Society, 2010), de propósitos (Flink y Schreiterer, 2010) y pragmático (Gluckman et al., 2017). Obsérvese que las propuestas de final de 2010 y el 2017 nacen como alternativas a la taxonomía de la Royal Society de Londres y AAAS, pues se considera que esta no clasifica fácilmente las actividades y sus atributos, por tanto, adolece de limitada aplicación práctica. Puede decirse que se da una coyuntura analítica, en la cual el esfuerzo científico y diplomático tiene que ser reconsiderado para que sea incluyente de las nuevas y contemporáneas direcciones de la diplomacia científica. Advierten Gluckman et al. (2017) que a medida que aumenta la importancia de la diplomacia científica, los ministerios y las agencias internacionales tendrán que considerar sus respectivas funciones y el alcance de las interacciones necesarias entre dos ámbitos muy diferentes: la diplomacia y la ciencia (p. 2). Se propone a continuación una comparación de los enfoques alternativos que se plantean ante una interpelación diferente (cuadro 4). 30 Cuadro 4. Comparación lingüística de los enfoques alternativos en diplomacia científica Enfoque de propósitos estratégicos (2010) Enfoque pragmático (2017) Pregunta fundadora ¿Para qué? Finalidad ¿Por qué? Razones Temporalidad Se centra en el futuro Se centra en el pasado y el futuro Inclusividad No incluye el por qué Incluye el para qué Objeto de estudio Se centra en conductas Se centra en creencias, valores y motivaciones Estructura Superficial Profunda y de mayor análisis Fuente: Construcción propia con base en el enfoque de propósitos (Flink y Schreiterer, 2010) y pragmático (Gluckman et al., 2017). La ventaja de aplicar un enfoque basado en el para qué es dilucidar el fin con el cual se ejecuta algo. En contraste, cuando se quiere saber qué lo motiva, qué es importante para el gestor, las respuestas se obtienen cuando se pregunta el por qué. 1.3 Actores de la diplomacia científica El proyecto S4D4C-diplomacia científica europea financiado por la Unión Europea destaca que la diplomacia científica es la suma de la combinación de política, ciencia, cooperación internacional y sociedad civil (S4D4C-Diplomacia científica europea. (s.f.a).20 Los principales actores de cada sector interactúan entre sí para generar productos de diplomacia científica, como muestra la figura 5. 20 Para profundizar en lo señalado, se recomienda el curso virtual en diplomacia científica de S4D4C- Diplomacia científica europea. (s.f.b). European Science Diplomacy Online Course. S4D4C. https://www.s4d4c.eu/european-science-diplomacy-online-course/. S4D4C- Using Science for/in Diplomacy for Addressing Global Challenges.Este proyecto apoyó la diplomacia científica como medio para fomentar los objetivos de política exterior de la UE y su compromiso con los ODS entre enero de 2018 y abril de 2021. https://www.s4d4c.eu/european-science-diplomacy-online-course/ 31 Acciones en diplomacia científica Diplomáticos Científicos Tomadores de decisión política Figura 5. Actores que intervienen en la diplomacia científica Fuente: Construcción propia con base en aportes de S4D4C-diplomacia científica europea (s. f.b). Como se observa, la interacción y sinergia de los actores (en menor o mayor medida según sea necesario) posibilitan la concreción de productos o resultados hacia un fin en específico. La propuesta radica en que cada uno entiende su entorno y requiere de la influencia del otro para culminar con éxito una meta o acción, o bien para llevar a cabo una iniciativa o un proyecto colaborativo. Si bien el fomento al desarrollo del conocimiento científico, a la creación de nuevas tecnologías y al impulso de las ideas innovadoras se vinculan mayormente con la gestión gubernamental, tanto los organismos internacionales como las organizaciones no gubernamentales y centros de investigación se han sumado también a esta tendencia internacional. Así, actualmente el número y la variedad de actores en ciencia, tecnología e innovación con actividades de dimensión internacional se han incrementado exponencialmente al incorporarse un mayor Intelectuales, activistas, ONG, empresarios, etc. 32 número de empresas, fundaciones y organizaciones civiles (Gutiérrez Nieto, 2018, p. 1). En este contexto, el conocimiento no es exclusivo de los gremios, sino que es compartido para multiplicar los resultados y ponerlos en función de sí mismos, de las necesidades país o la gobernanza global. Al final, cada acción va dirigida a un usuario o unos usuarios finales, a los que se espera que el producto pueda incorporarse como “mejora, paliativo o beneficio”. Los actores aportan dicho conocimiento especializado y suman conjuntamente para que determinada acción pueda materializarse. En este caso, la especialización es concebida como el proceso por el que un individuo, un colectivo o una institución se centra en una actividad concreta o en un ámbito intelectual restringido. Por ello, la especialización y la definición de los roles son primordiales para lograr resultados. La propuesta radica en fortalecer el vínculo de trabajo multidisciplinar y multisectorial entre los interesados, pues difícilmente hay profesionales que dominen todas las áreas. Al mismo tiempo que los actores aportan recursos propios, poseen y representan intereses comunes e individuales. Tanto la ciencia como la diplomacia atraen sus propios stakeholders y alianzas, lo que facilita los intercambios entre distintos ámbitos, el sector público, la academia e incluso el sector privado. Por un lado, la diplomacia ayuda a relacionar a estos actores y facilitar su colaboración. Por el otro, la ciencia aporta un lenguaje universal y permite que científicos y científicas se conviertan en embajadores de agendas relevantes para la humanidad (Fierro et al., 2022, p. 1). Dada la complejidad y velocidad de los desarrollos científicos y tecnológicos, son ya muchos los Gobiernos que reconocen la necesidad de comprender las implicaciones diplomáticas de las innovaciones científicas e incorporar la ciencia, la tecnología y la innovación en sus estructuras de política exterior. La Unesco (2020) reconoce que, en la última década, los ministerios de asuntos exteriores, los servicios diplomáticos, las organizaciones internacionales y las universidades han comenzado a adoptar el concepto de diplomacia científica de forma explícita. Dicha adopción ha conformado un ecosistema de actores que requiere la coordinación de varios sectores para alinear la cooperación internacional en ciencia con los objetivos de la política exterior con el fin de satisfacer los intereses nacionales y globales. Los principales actores de este ecosistema son (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, 2020, pp. 12-13): 33 • Gobiernos. Diseñan y promueven agendas de diplomacia científica y políticas nacionales, coordinan políticas científicas, ambientales y de salud con políticas exteriores, de desarrollo, defensa o comercio. Involucran ministerios, cancillerías, embajadas, agencias públicas de investigación, gobiernos estatales y municipales. Establecen acuerdos bilaterales y multilaterales de cooperación científica con países prioritarios. Articulan redes de científicos en el exterior (diáspora científica). • Organizaciones internacionales. Proponen y elevan temas transnacionales de carácter científico y de interés global en las agendas de los países miembros y generan interfaces ciencia-política para lograr soluciones multilaterales a problemas comunes. Incluyen el sistema de Naciones Unidas y otras organizaciones multilaterales y supranacionales. • Sector académico y de investigación. Universidades, centros de investigación, infraestructuras científico-técnicas, academias nacionales de ciencias, sociedades científicas. Promueven la articulación de proyectos de investigación a intereses nacionales y a la solución de retos globales. Generan redes y espacios de interlocución y acercamiento entre científicos de distintos países y mantienen redes de científicos en el exterior, frecuentemente con el apoyo de las representaciones diplomáticas. • Sector privado. Las empresas buscan acceder al conocimiento, la tecnología y la innovación en el exterior y se articulan a las agendas y los intereses de los países al promover servicios y productos alineados con la estrategia y marca país. Estos actores se están convirtiendo en actores geopolíticos en sí mismos y juegan un papel cada vez más importante en la gobernanza global. • Sociedad civil organizada. Existen organizaciones no gubernamentales (ONGs), redes internacionales, asociaciones científicas y fundaciones privadas especializadas en construir puentes entre ciencia, política y sociedad. Proponen temas para las agendas nacionales e internacionales y apoyan la diplomacia científica mediante programas y proyectos de investigación, cooperación, capacitación y asesoramiento. Ahora bien, la intersección entre ciencia y diplomacia implica el reconocimiento, la promoción y el entrenamiento de nuevos profesionales, capaces de entender las lógicas tanto científicas como diplomáticas, su integración a procesos 34 de negociación internacional con alto contenido científico-tecnológico, agentes de cambio e intermediarios capaces de “traducir” y comunicarse con públicos diversos, activos participantes en comités y comisiones interministeriales de asesoramiento científico y diplomático, entre otros. Con este tipo de profesionales se pueden sortear los retos propios del carácter interdisciplinario, multisectorial, especializado e híbrido de los procesos de diplomacia científica, en los que convergen múltiples actores, políticas, funciones y niveles de decisión. Si bien no existen actualmente programas de formación explícitos para profesionales en diplomacia científica (Mauduit y Gual Soler, 2020, p. 4)21, es posible identificar al menos dos roles con algún grado de institucionalización que se acercan al perfil mencionado: los diplomáticos científicos oficiales y los asesores científicos gubernamentales (Melchor, L., 2020, pp. 409-423). Frente a este panorama, es importante avanzar en el fomento y la formalización de un nuevo profesional capaz de agenciar vías de diálogo entre países en materia con alto contenido científico; un profesional formado en las bases del pensamiento científico y su gobernanza, y entrenado en el análisis y la práctica de la política exterior, las relaciones internacionales y la diplomacia; un profesional con habilidades blandas para intermediar entre múltiples actores y organizaciones con agendas propias, con el fin de crear acuerdos e intercambios que contribuyan a una mejor posición nacional y un mayor bienestar global (Ordóñez-Matamoros et al., 2021, p. 16). Por último, la crisis global causada por el virus SARS-CoV-2 ofrece un estudio de caso sobre la importancia de vincular ciencia y diplomacia: mientras los políticos han cerrado fronteras con base en el asesoramiento de expertos, los científicos del mundo se han embarcado en una colaboración global sin precedentes para avanzar en la búsqueda de pruebas diagnósticas, tratamientos y vacunas (Gual Soler, M., 2020b, p. 6). Las acciones de diplomacia científica para concretar la asistencia en casos de emergencia se abordan en el siguiente capítulo en el marco de la cooperación técnica provista por el OIEA. 21 El artículo de Mauduit y Gual Soler (2020) presenta un programa de estudios de nivel universitario para crear una clase introductoria para la nueva generación de estudiantes interesados en la diplomacia científica. Para ello, por favor referirse a la tabla 1 Un marco para la enseñanza de la diplomacia científica (basada en contenidos y habilidades) para científicos y diplomáticos y tabla 2 Catálogo sugerido de asignaturas y temas para un curso de introducción a la diplomacia científica. 35 CAPÍTULO 2. ASISTENCIA PROVISTA POR EL ORGANISMO INTERNACIONAL DE ENERGÍA ATÓMICA PARA LA ATENCIÓN DE LA PANDEMIA DEL COVID-19 Estamos inmersos en tiempo real en el mayor experimento de comunicación científica de la historia. Los científicos son más visibles y están mejor valorados por los políticos y por el público que nunca. Términos de biología molecular como ADN, ARN o reacción en cadena de la polimerasa (PCR) se han popularizado, conceptos matemáticos de crecimiento lineal, exponencial y logarítmico se explican en televisión en horario de máxima audiencia y conceptos de salud pública y epidemiología como #AplanaLaCurva, #DistanciaSocial, o #LavateLasManos se han convertido en ‘trending topics” de la noche a la mañana. Gual Soler, M (2020a, p. 12) El presente capítulo se centra en la asistencia que brindó el OIEA a los Estados miembros para la atención de la pandemia del COVID-19, con el fin de visibilizar las soluciones que se derivan de la ciencia y la tecnología nuclear en respuesta a los problemas actuales de la sociedad. A continuación, se ahonda en el objetivo fundacional del OIEA como preámbulo del Programa de Cooperación Técnica, sus ámbitos de acción y características. Posteriormente, se detalla la asistencia proveída a los Estados para la atención del COVID-19, así como su relación con la ciencia nuclear y su contribución a los ODS. Por último, se puntualizan las iniciativas de cooperación futuras en el tema en el marco de este organismo. 36 2.1 ¿Qué es el Organismo Internacional de Energía Atómica? El OIEA, en adelante el Organismo, es una institución autónoma intergubernamental22 que posee una relación con Naciones Unidas con base en un acuerdo de entendimiento.23 El organismo se creó en 1957 como respuesta a los temores que infundían en la comunidad internacional los descubrimientos de la tecnología nuclear y los variados usos de esta, especialmente por la destrucción masiva causada por el lanzamiento de las bombas nucleares de Hiroshima y Nagasaki en Japón.24 Si bien este hecho puso fin a la Segunda Guerra Mundial en 1945, también dio pie a la carrera armamentista nuclear que se consolidó en algunos países del orbe en el periodo conocido como Guerra Fría.25 22 Las organizaciones intergubernamentales surgen para lograr objetivos comunes de los Estados o para superar determinados retos, necesidades o preocupaciones que cada Estado aisladamente posee frente a problemas internacionales sustantivos. Con ello, estas organizaciones se convierten en instrumentos de canalización de la colaboración entre los países miembros; también la cooperación puede desarrollarse simultáneamente en el interior de la organización como hacia el exterior de esta, es decir, que la colaboración se lleva a cabo entre los Estados miembros y, además, se extiende a los países que no participan en la organización. De cualquier modo, resulta evidente que los organismos intergubernamentales nacen de los procesos de cooperación entre los Estados y son estos mismos quienes los refuerzan (Calduch, 1991, p. 3). 23 El director general del OIEA reporta a la Asamblea de las Naciones Unidas sobre el trabajo del organismo y al Consejo de Seguridad sobre las obligaciones de las salvaguardias. Sin embargo, el OIEA no es un organismo especializado de las Naciones Unidas, que se caracteriza por crearse por un acuerdo asociativo basado en el artículo 63 de la Carta de las Naciones Unidas. Este artículo ha establecido las condiciones en que los organismos especializados han de vincularse con las Naciones Unidas. Para ahondar en el tema, se recomienda leer el documento de la Organización de Naciones Unidas. (s. f.). Artículo 63. Autor. https://legal.un.org/repertory/art63/spanish/rep_orig_vol3_art63.pdf. 24 En Hiroshima murieron al menos 80 000 personas el día de la detonación. En Nagasaki, las muertes rondaron las 40 000. Como habían previsto los científicos y los militares, la mayoría de las víctimas iniciales sucumbieron a la onda expansiva, la energía térmica generada y la radiación ionizante inicial. Muchos miles más murieron en los días, las semanas y los meses posteriores. En total, unas 214 000 personas murieron por el efecto directo de las bombas. Pero lo que pocos esperaban es que su impacto duraría no unos años sino décadas enteras. Los efectos secundarios persisten 70 años después. Miles de supervivientes son atendidos cada año por enfermedades relacionadas con las dos bombas atómicas que EE. UU. usó contra Japón. Incluso, a medida que envejecen, los conocidos para siempre como hibakusha (los bombardeados, en japonés) desarrollan nuevas enfermedades relacionadas con lo que vivieron aquel agosto de 1945. Para ahondar en el tema, se recomienda leer la nota de prensa de Criado, M. A. (2015). Hiroshima y Nagasaki, 70 años de efectos secundarios. El País. https://elpais.com/elpais/2015/08/08/ciencia/1439021562_402040.html. 25 Respecto de la carrera armamentista, a principios de 2020, nueve países (Estados Unidos, Rusia, Reino Unido, Francia, China, India, Pakistán, Israel y Corea del Norte) poseían aproximadamente 13 400 armas nucleares, de las cuales 3720 se desplegaron con fuerzas operativas, indicó Stockholm International Peace Research Institute (SIPRI) en su Anuario 2020. Sudáfrica es el único país que ha cedido su armamento atómico. Se puede encontrar más información en la nota de prensa de Triviño, M. P. (2020). Las armas atómicas son más poderosas 75 años después de Hiroshima. Agencia Anadolu. https://www.aa.com.tr/es/mundo/las-armas-at%C3%B3micas-son-m%C3%A1s-poderosas- 75-a%C3%B1os-despu%C3%A9s-de-hiroshima/1929842. Actualmente, hay nueve países que han https://www.aa.com.tr/es/mundo/las-armas-at%C3%B3micas-son-m%C3%A1s-poderosas-75-a%C3%B1os-despu%C3%A9s-de-hiroshima/1929842 https://www.aa.com.tr/es/mundo/las-armas-at%C3%B3micas-son-m%C3%A1s-poderosas-75-a%C3%B1os-despu%C3%A9s-de-hiroshima/1929842 37 En la siguiente línea cronológica, se detallan los acontecimientos históricos hasta la ratificación del estatuto de dicho organismo (Organizacional Internacional de Energía Atómica, 1997a, pp. 3-5): • En diciembre de 1942, se logró en Chicago, Estados Unidos, la primera reacción nuclear en cadena controlada del mundo. • Los jefes de Estado firmaron la Carta de las Naciones Unidas el 26 de junio de 1945, en San Francisco, Estados Unidos –lo que oficializó la fundación de la Organización de Naciones Unidas (ONU)–, la cual entró en vigor el 24 de octubre del mismo año. • Estados Unidos probó la primera bomba atómica en Los Álamos, Nuevo México, en julio de 1945.26 • En agosto de 1945 Estados Unidos lanzó dos bombas sobre Japón, una en Hiroshima (arma de uranio) y otra en Nagasaki (arma de plutonio), lo que marcó los inicios destructivos de la energía nuclear. Este hecho condujo al final de la Segunda Guerra Mundial. • En 1946 empieza a desarrollarse la Guerra Fría y la atención internacional comienza a centrarse en el aprovechamiento y control del átomo. • En ese mismo año, las potencias nucleares crean la Comisión de Energía Atómica de las Naciones Unidas (CEANU) para intentar encontrar soluciones a los desafíos que comienzan a perfilarse en materia nuclear. • En 1949 la Unión Soviética realiza su primer ensayo de un arma nuclear. Este hecho inició la carrera armamentista y, además, puso fin a la CEANU. • En 1952 la Asamblea General de las Naciones Unidas disuelve oficialmente la CEANU, que había estado inactiva desde julio de 1949. En octubre de ese mismo año, el Reino Unido realizó ensayos de un arma nuclear y en noviembre, Estados Unidos probó la primera bomba de hidrógeno. detonado satisfactoriamente armas nucleares. Cinco de ellos son considerados “Estados nuclearmente armados”, un estatus reconocido internacionalmente por el Tratado de No Proliferación Nuclear (NPT por Non-Proliferation Treaty, en ing