Artículos . Revista de las artes, 2014, Volumen 74, Número 1, págs. 91 -104 ISSN 1409-2522 91 Pigmento azul a partir de productos de la naturaleza Elizabeth Thompson Vicente Universidad de Costa Rica etho4@yahoo.es Resumen En este artículo se analiza la importancia que ha tenido el color azul a través de la historia en diferentes pueblos y los aspectos simbólicos y mágicos de su uso. La búsqueda del pigmento azul en productos extraídos de la tierra, y en plantas de diferentes latitudes. Se detalla la forma de extraer el tinte de la planta Azul de Mata y su aplicación a productos artesanales y artísticos. Finalmente se pretende enfati- zar en la protección al medio ambiente y la incorporación de procesos artesanales para la obtención de sustancias tintóreas. Palabras clave: color azul, historia del color, plantas tintóreas, patrimonio natural, formulación de tintes. Abstract This article discusses the importance the blue color has had through history in different people and the magical aspects of its use. As well as the search for blue pigment products extracted from the earth, and plants from different latitudes. It explains how to remove the blue dye from the justicia tinctoria plant and its artistic application to crafts and arts products. Finally it is intended to emphasize the protection of the environment and the incorporation of handmade processes to obtain natural dyes. Keywords: Blue color, color history, dye plants, natural heritage, making dyes, traction. Pythagoras. Golden section. Artículos 92 . Revista de las artes, 2014, Volumen 74, Número 1, págs. 91 -104 ISSN 1409-2522 Introducción La investigación realizada desde hace más de diez años en la Escuela de Artes Plásticas de la Universidad de Costa Rica sobre tintes na- turales aplicados a materiales textiles como la lana, el algodón, la cabuya, entre otras, que contempla la tinción de papeles hechos a mano con procesos artesanales, despertó mi interés personal por conocer nuevas fuentes de pigmentos relacionadas con la naturaleza, utilizadas por diferentes pueblos a través de la historia. He enfocado mi búsqueda en el pigmento azul, ya que el simbolismo del color siempre ha llamado mi atención y lo he utilizado en mi obra artística con abundancia. El color azul tiene una presencia constante en nues- tras vidas: es el color del cielo, se encuentra en el reflejo cambiante del mar, ríos y lagos. Desde el espacio nuestro planeta parece azul, Kandinsky (1989) lo describe como el “típico color celestial”(p. 69). El color azul está rela- cionado con la espiritualidad, los tonos más claros transmiten sensaciones de serenidad y cuando los tonos se aproximan al negro, se acercan al misterio, y también puede ha- cernos sentir melancólicos y tristes, de ahí el término musical blues. Este color tiene una larga historia en el mundo occidental, los griegos lo despreciaron ya que lo veían feo y barbárico y no poseían un término genérico en su vocabulario para referirse a este, sino que definían cada azul como kuanos, del que proviene la palabra cyan. Contrario a esto, en la actualidad, se dice que es el color prefe- rido por la mayoría de los pueblos america- nos y europeos. Una de las seis sensaciones cromáticas bá- sicas de la visión normal de un ser humano, es el color azul y según la Teoría del Color, el naranja está opuesto al azul, por lo que se conocen como colores complementarios, cualquier color azul resaltará con más fuerza sobre un fondo de color naranja y viceversa. En el antiguo Egipto este color tenía poderes mágicos y se le daba mucho énfasis en las pin- turas de ríos y objetos de importancia, para ellos el azul representaba el universo y el cielo. En Mesoamérica, hay evidencia del pigmen- to azul en vasijas, textiles y rituales de las culturas Olmeca, Maya y Azteca. Después de la llegada de los españoles, a las plantas tintóreas se les asociaba con productos de lujo. Entre los nobles fue un color que adqui- rió mucha relevancia, cuanto más brillan- te el azul en la ropa, más alto era el rango del dueño. En las coronaciones de los reyes franceses a partir del siglo XIII, los mantos tenían un azul luminoso que llegó a ser co- nocido como “azul real”. También este color tiene su lado oscuro y para algunas culturas de la antigüedad era Artículos . Revista de las artes, 2014, Volumen 74, Número 1, págs. 91 -104 ISSN 1409-2522 93 Figura 1 Elizabeth Thompson. Marina, Collage, 2006 Fuente: Coleción de Elizabeth Thompson Vicente. Artículos 94 . Revista de las artes, 2014, Volumen 74, Número 1, págs. 91 -104 ISSN 1409-2522 el color del mal, del fuego infernal, una lla- ma azulada indicaba la presencia de malos espíritus, según dice la superstición. Las cenizas de paños azules eran usadas como fuerzas anti-demoníacas. En Suiza y Ale- mania, cuando moría un niño era enterra- do en un ataúd azul, con una cruz y una túnica del mismo tono, que el sepulturero usaba para evitar los demonios. Infinidad de artistas le han dado preferencia a este color en sus cuadros, uno de los ejem- plos más conocidos es Picasso en su etapa azul, quien lo vio como el color de la distan- cia y la melancolía. En el “período azul” sus cuadros se caracterizan por temas en torno a la pobreza y la soledad. En la década de1950, el artista francés Yves Klein pintó cuadros en un solo tono de azul, con el deseo de hacer homenaje a este pigmen- to, incluso desarrolló un nuevo azul ultramar que patentó con el nombre de “Klein Blue”, un azul extraordinariamente vibrante gracias a la suspensión de pigmento puro en resina. El Jinete Azul, movimiento artístico conoci- do en alemán como Der Blaue Reiter, agru- paba artistas como Kandinsky (1866-1944) y Franz Marc (1880-1916), quienes eligieron este nombre debido a su preferencia por el color azul, y su interés por los caballos y sus jinetes. Jennings (2005) dice que Kandinsky se refería a este color de la siguiente mane- ra: “En música, el azul claro es como una flauta y el azul oscuro como un violonche- lo. El azul todavía más oscuro es como un estruendoso contrabajo y el más oscuro de todos un órgano”(p. 50). Fuente: Wikimedia Commons http://en.wikipedia. org/wiki/File:IKB_191.jpg (disponible bajo una licen- cia Creative Commons) Figura 2 Yves Klein. IKB 191, pintura sobre tela, 1962 Artículos . Revista de las artes, 2014, Volumen 74, Número 1, págs. 91 -104 ISSN 1409-2522 95 Búsqueda del pigmento azul en produc- tos naturales En la Prehistoria los pigmentos utilizados para pintar en las cavernas se extraían básica- mente de la tierra y eran mezclados con grasas animales. Entre estos encontramos el blanco procedente de la arcilla calcárea llamada creta y el negro del hollín de las hogueras; muestras de estas pinturas rupestres se ubican en cue- vas de España y Francia, particularmente en la región franco-cantábrica. En la época de los egipcios y griegos, es- tos habían agregado a los pigmentos tierra, colores más brillantes como la malaquita Fuente: Wikimedia Commons http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Franz_Marc_005.jpg (disponible bajo una licencia Creative Commons) Figura 3 Franz Marc. Caballos azules, óleo sobre tela, 1911 Fuente: Flickr https://www.flickr.com/photos/clairi- ty/2971585302/sizes/o/in/photostream/ (disponible bajo una licencia Creative Commons) Figura 4 Vasili Kandinsky. Improvisación 26, óleo sobre tela, 1926 Artículos 96 . Revista de las artes, 2014, Volumen 74, Número 1, págs. 91 -104 ISSN 1409-2522 (verde) y azurita (azul), que se obtenían me- diante el lavado y decantado de estos mine- rales. También del cinabrio, una roca espa- ñola, se extraía un rojo brillante, y a partir del arsénico, el amarillo oropimente. Estos pueblos también experimentaron con tintes naturales mezclados con sustancias minera- les, así incorporaron a su paleta dos colores nuevos: el azul Alejandría y el azul calcinado. Los griegos agrega- ron el blanco y el rojo, producto del plomo y del cobre expuesto a la fermentación de las uvas y así lograron el verde cardenillo. To- dos estos pigmentos eran muy venenosos. La gran cantidad de colores de que dis- ponemos en el me- dio hoy día, nos po- dría hacer creer que siempre han existido, pero es un hecho que la elaboración de los colores ha sido un largo proceso a través de los siglos. En este momento muy pocos pintores cono- cen de qué sustancias químicas están he- chos los pigmentos. Sin embargo, el cono- cimiento de la historia nos puede ayudar a encontrar algunas respuestas. Color azul mineral. El lapislázuli Este azul natural fue usado por primera vez como pigmento en la sexta centuria a. C., prácticamente todo el mineral de lapislázu- li usado en la antigüedad era extraído de las minas situadas en las montañas de Afganis- tán. En la actualidad, el proceso de extrac- ción se realiza con métodos similares a los utilizados hace miles de años. También lo encontramos en Amé- rica, los Incas y otras culturas precolombinas lo utilizaban en diferen- tes tipos de ornamentos, y era extraído de yaci- mientos localizados en Perú y Chile. En la pintura mural este mineral en polvo propor- cionaba un pigmento azul utilizado por los egipcios y por los grandes pintores en la Europa del Renaci- miento, lo mismo que en América por los pin- tores de la escuela cuzqueña, era un color azul que brindaba gran estabilidad y permanencia. El auge del azul fue en aumento gracias al des- cubrimiento en la Edad Media que permitió producir el azul ultramar, a partir del lapis- lázuli. Hasta este momento, el azul no era co- nocido como un color esencial. Fuente: Wikimedia Commons http://commons.wiki- media.org/wiki/File:Lapis-lazuli_hg.jpg (disponible bajo una licencia Creative Commons) Figura 5 Lapislázuli Artículos . Revista de las artes, 2014, Volumen 74, Número 1, págs. 91 -104 ISSN 1409-2522 97 Al respecto, menciona Jennings (2005) que “el término ultramar significa de más allá del mar, proporciona ciertas pistas sobre la exóti- ca procedencia del color”(p. 50). El precio de este pigmento en la Edad Media y el Renaci- miento era cuatro veces más costoso que el oro, los artistas Leonardo y Durero lo ponían en sus pinturas y lo denominaban el “oro azul.” Los maestros pintores utilizaban este color para exaltar el estatus y riquezas de su patrón, también con este destacaban las partes más importantes de la pintura, como el manto de la Virgen María. Con la aparición de la pintu- ra al óleo otros componentes se agregaron a la composición del color azul, de esta forma el ultramar fue perdiendo su relevancia. Color azul a partir de productos vegetales. El glasto Esta planta es conocida comúnmente como yerba pastel, Isatide o Glastum, pertenece a la especie fanerógama Isatis tinctoria. Se puede encontrar en las zonas desérticas del Cáucaso, en el oeste de Asia y todo el centro de Europa. El glasto fue usado en Europa y Asia desde la antigüedad, los bretones lo empleaban para pintarse la cara de azul y asustar a los invaso- res. En el Mediterráneo existía la costumbre de utilizar el glasto para pintar las puertas y ventanas, ya que el color azul de esta planta ahuyentaba a los insectos. En su artículo, Nolasco (2009) apunta que para referirse a los británicos, Julio César de- cía: “En verdad todos los británicos se tiñen con la hierba pastel, que les produce un color azulado y con ello tienen un aspecto más ho- rrible en la guerra” (p. 4)También se refiere a Plinio el Viejo, quien por su parte señalaba: Se llama glasto en La Galia, es semejante al llantén con la que se embadurnan las esposas y las nueras de los británicos por todo el cuerpo y así marchan desnudas a los sacrificios, imitando el color de los etíopes (citado en Nolasco, 2009, p. 5). Paralelamente con el descubrimiento de las rutas marítimas a la India, los europeos empezaron a importar grandes cantidades de índigo. El intercambio del índigo signi- ficó una amenaza comercial para el glasto. En 1577 en Alemania, se prohíbe su uso denunciándolo como mortal y corrosivo, se le llama el tinte del diablo. A comienzos del siglo XX, con los avances de la quími- ca, se sintetiza el pigmento azul y esto aca- ba con ambas industrias. En su libro, Dean (1998) nos describe la for- ma de extraer el tinte del glasto: “En la receta se usan las hojas frescas de la planta en su primer año de crecimiento y la intensidad del color puede graduarse dependiendo de la cantidad de hojas empleadas” (p.47). El proceso de preparación del tinte se realiza Artículos 98 . Revista de las artes, 2014, Volumen 74, Número 1, págs. 91 -104 ISSN 1409-2522 hirviendo las hojas de glasto entre 20 y 30 minutos, luego se filtra el líquido, escurrien- do las hojas para sacar todo el tinte, se aña- den los mordentes que pueden ser amoniaco o soda cáustica y queda listo para aplicarlo al material que se va a teñir. En la actualidad, en Alemania, se hacen in- tentos de teñir lana con glasto para proteger- la de los químicos y así lograr un producto más ecológico. También en Rusia se produ- cen tintas para impresoras con este produc- to. La Isatis tinctoria es vista como una es- pecie invasora en algunas partes de Europa, ya que por la abundante dispersión de sus semillas invade los campos de cultivo difi- cultando su erradicación. La planta de índigo o añil El tinte conocido como índigo es extraído de la indigofera, una planta leguminosa. Es un arbusto originario de regiones tropicales de África, la India y América. El índigo o añil, co- nocido como el “rey de los colorantes”, es una de las plantas tintóreas más antiguas que se conocen y su historia esta íntimamente ligada a la del teñido. Empleado en todo el Orien- te desde la antigüedad, fue uno de los tintes naturales de mayor importancia, hay escritos en sánscrito sobre su utilización y cultivo, y se han encontrado algunas momias egipcias envueltas en telas azules teñidas con índigo. Van de Vrande hace alusión a que el histo- riador romano Cecilio Cayo Segundo Plinio (23-79 d.C.), describió el índigo “como un co- lorante azul que pasa a violeta y se obtiene en estado puro por sublimación del que venden en el comercio” (citado en Van de Vrande, 1988, p. 111). En el siglo XIII hay referencias de este cuando Marco Polo lo cita como en- dego en su crónica de viaje. En un principio, en Europa se utiliza como refuerzo del color azul del glasto para evitar la desaparición de este, como se mencionó anteriormente. Hay muchas especies de índigo, entre las más conocidas se encuentran la Indigofera anil y la Indigofera tinctoria, esta última es la que encontramos en América. En Centroaméri- ca, especialmente en Guatemala y El Salva- dor, se cultivó en grandes extensiones el añil o jiquilite, xihuitl, azul y quilitl, hierba con nombre proveniente de la lengua náhuatl. Jaramillo-Cisneros (1988) habla de la impor- tancia que tuvo la exportación del añil ame- ricano: “Para el siglo XVI, el añil americano tuvo una gran difusión en Europa, entrando en competencia con los procedentes de otros lugares como Asia y África que abastecían a este continente” (p. 114). Fue en El Salvador donde se intensificó más su cultivo y de donde se obtuvo el tinte de mejor calidad, sin embargo su producción y Artículos . Revista de las artes, 2014, Volumen 74, Número 1, págs. 91 -104 ISSN 1409-2522 99 extracción provocó condiciones de trabajo duras impuestas a indígenas y negros, que muchas veces trajo enfermedad y muerte en las plantas de producción del colorante. También es importante destacar en Me- soamérica, desde la época prehispánica, la evidencia de su uso que sobrevive en las pinturas rupestres, las vasijas, figurillas y textiles de culturas como la Olmeca, la Maya y la Azteca. Hay evidencia de su uso como pintura corporal en los rituales, y como repelente para insectos. En los murales mayas de Bonampak se puede apreciar una amplia gama de colores, donde destacan el verde y el azul, dos colores de dif ícil extracción y fijación, su fabricación representa un aporte técnico sobresaliente de los Mayas. La autora Magaloni (2001) en su texto nos describe la forma empleada para la prepara- ción del llamado “azul maya”: Figura 6 Mural de Bonampak (detalle), fresco, 790. Chia- pas, México Fuente: Oaxaca Cultural Navigator http://oaxacaculture.com/wp-content/ uploads/2012/02/DSC_0199.jpg (disponi- ble bajo una licencia Creative Commons) Figura 7 Máscara maya de Xiuhtecuhtli, 1400-1521. Museo Britá- nico, Londres Fuente: Wikimedia Commons http://upload. wikimedia.org/wikipedia/commons/2/24/Xiuh- tecuhtli_%28mask%29.jpg (disponible bajo una licencia Creative Commons) Artículos 100 . Revista de las artes, 2014, Volumen 74, Número 1, págs. 91 -104 ISSN 1409-2522 Una de las características de estas tona- lidades es que son pigmentos artificiales, es decir hechos por el hombre al transfor- mar los elementos naturales. Los mayas aprovecharon las características absor- bentes de la arcilla blanca, llamada en maya yucateco sak tu’lum, y cuyo nombre mineral es atapulgita saponita, para fijar en ellas el tinte azul que produce la planta del índigo llamada en maya ch’oh (p. 178). En el sitio arqueológico de Bonampak se puede apreciar en los vestuarios de los per- sonajes, representaciones textiles donde sus diferentes tipos de fibras, están teñidos con el pigmento de la planta del añil. En la actualidad, se ha reiniciado en El Salva- dor la producción, exportación y aprovecha- miento en producto terminado del colorante añil. Para ello se cuenta con la cooperación japonesa que ha colaborado en la formación de centros de investigación. Azul de mata Su nombre científico es justicia tinctoria, una especie que no se encuentra muy frecuente- mente en las áreas silvestres de nuestro país. Aún es usada en el Valle Central como parte de las cercas vivas, lo cual puede deberse a que en el pasado se utilizó como agente blan- queador cuando se remojaban sus hojas en agua caliente y se aplicaban a la ropa blanca. También se empleaba el tinte azul extraído de sus hojas mezclado con cal para pintar la guarda de este color, típica de nuestras casas de campo. Este procedimiento, además de desinfectar la casa y mantener alejados los in- sectos, tenía un aspecto mágico: protegía a los habitantes de la propiedad de las brujas. El tinte de Azul de Mata era conoci- do en Centroamérica por los pueblos Figura 8 Indigofera Suffruticosa (ilustración) Fuente: Wikimedia Commons http://commons. wikimedia.org/wiki/File:Indigofera_suffruticosa_-_K%- C3%B6hler%E2%80%93s_Medizinal-Pflanzen-076.jpg (disponible bajo una licencia Creative Commons) Artículos . Revista de las artes, 2014, Volumen 74, Número 1, págs. 91 -104 ISSN 1409-2522 101 precolombinos, quienes lo utilizaban como colorante textil, planta medicinal y como repelente de insectos. De la forma de extracción de este tinte hay pocas investigaciones, Sahagún (1956) men- ciona la forma en que los indígenas mejica- nos lo preparaban: Hay una hierba en tierra caliente que se llama xiuhquilith, majan esta hierba y exprímenle el zumo y échanla en unos vasos, allí se seca o se cuaja. Con este color se tiñe de azul oscuro y resplande- ciente y es un color preciado (p. 342). En la actualidad, de los grupos indígenas que se encuentran en Costa Rica, solamente los Boru- cas mantienen las tradiciones de la manufactu- ra de textiles, los materiales tradicionales y las técnicas de teñido. En una observación reali- zada en la comunidad Boruca, pude constatar que las mujeres de esta comunidad han recu- perado los tintes tradicionales, experimentan con nuevas plantas y mejoran los procesos de teñido y fijado de los colores. Entre las plantas más utilizadas por los Bo- rucas para extraer colorantes tenemos la Cúrcuma para el amarillo, barro y cáscara de Carbonero para el negro, el Achiote para el naranja, el caracol del Múrice para el púr- pura, hojas de Añil y Azul de Mata para la gama de azules y verdes, con los cuales se pueden lograr diferentes intensidades, de- pendiendo de la concentración de tinte y sus mezclas. Esto lo apreciamos vivamente en sus hermosos tejidos, caracterizados por diseños de franjas combinados con figuras Figura 9 Planta de Azul de Mata Fuente: Fotografía de la autora. Artículos 102 . Revista de las artes, 2014, Volumen 74, Número 1, págs. 91 -104 ISSN 1409-2522 geométricas, en los que destacan los innu- merables tonos de azul. Tinte de azul de mata aplicado al papel Como parte del proyecto de investigación a mi cargo, llamado “Investigación y exten- sión docente en el uso de plantas comunes al medio nacional y reciclaje de materiales de post-consumo en la elaboración de pulpas y tintes para papeles artesanales y de uso artís- tico”, realizado en el taller de papel hecho a mano de la Escuela de Artes Plásticas, se bus- caron referencias que ayudaran a conocer la forma utilizada para extraer el tinte de la plan- ta Azul de Mata. Al respecto, el libro Plantas Tintóreas y otros colorantes de Costa Rica, de los autores L. Acuña y G. Rivera (1990), fue de gran utilidad. El procedimiento consistía en recolectar las hojas de la planta durante las horas de la mañana por su alta concen- tración de savia, hacer una cocción durante media hora y luego dejar fermentar con agua de ceniza por tres días o más. Al término de este proceso se pasan las hojas por un colador muy fino y se reserva el líquido resultante. Con este líquido se tiñeron pulpas de tres plantas diferentes: Cabuya, Algodón y Mo- rera, de la siguiente forma: se hirvieron en el concentrado de tinte con bicarbonato de so- dio como mordiente y estabilizador de aci- dez. Los tonos de azul fueron diferentes en cada pulpa debido a la coloración y estructu- ra de la fibra de cada una de ellas. La estudiante de la especialidad de Diseño Escultórico, Laura Guzmán (2011), basó su proyecto de graduación en los resultados de la investigación que he venido realizando. Su trabajo se componía de esculturas hechas en papel de fibras naturales, para una de ellas escogió la fibra de Morera teñida con Azul de Mata. Como lectora del proyecto consi- dero que Guzmán logró un color azul que le dio a la pieza misterio y dramatismo, inte- grándose al mito de Penélope, el tema trata- do en su proyecto. En la naturaleza encontramos tintes y pig- mentos rojos, amarillos y tierras, pero nues- tro entorno nos aporta menos materiales de los que podamos obtener tonalidades azules. Como conclusión, tenemos que el azul ex- traído de productos naturales es el rey de los colores, ya sea el resultado del Índigo, Glas- to o Azul de Mata. Para su obtención se han desarrollado infinidad de recetas y métodos para su aplicación a los textiles y otros obje- tos de la industria. En un contexto como el actual, donde bus- camos métodos de producción sostenibles, amigables con la naturaleza, cultivar nuestras propias plantas tintóreas y producir nuestros tintes, puede ser una experiencia enriquece- dora especialmente para artistas y artesanos, que además de brindar métodos de fabrica- ción alternativos, nos ayuda a rescatar y con- servar nuestras tradiciones ancestrales. Artículos . Revista de las artes, 2014, Volumen 74, Número 1, págs. 91 -104 ISSN 1409-2522 103 Figura 10 Laura Guzmán. Duele aqui mi vida vacía, papeles de fibras naturales, 2011 Fuente: Laura Guzmán Artículos 104 . Revista de las artes, 2014, Volumen 74, Número 1, págs. 91 -104 ISSN 1409-2522 Bibliograf ía Acuña, L. & G., Rivera. (1990). Plantas Tintóreas y otros colorantes de Costa. Car- tago: Editorial Tecnológica de Costa Rica. Añil o índigo. (s.f.) http://www.ecotintes. com/content/anilo-o-indigo. consultado el 5 de julio de 2013. Chiazzari, S. (1999). Color. Barcelona: Editorial Blume. 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