Rev. Reflexiones 95 (1): 87-100, ISSN: 1021-1209 / 2016 PERCEPCIÓN Y MIEDO AL CRIMEN: REVISIÓN DE ARTÍCULOS EN ESPAÑOL 2004-20141 PERCEPTION AND FEAR OF CRIME: A REVIEW OF ARTICLES IN SPANISH 2004-2014 Juan Diego García-Castro2 juandiego.garcia@ucr.ac.cr Beatriz Barrantes Umaña3 beatriz.barrantesumana@ucr.ac.cr Fecha de recepción: 23 de junio de 2015 - Fecha de aceptación: 12 de mayo de 2016 Resumen Se realiza una revisión bibliográfica de artículos científicos en español de psicología social sobre percepción y miedo a la criminalidad, publicados durante la década del 2004 al 2014 en las bases de datos Redalyc, Dialnet, Scielo y Google Académico. Se encontraron 52 artículos. A partir de un análisis de contenido se agruparon los estudios en cinco categorías: perspectivas críticas, miedo al crimen, medición de la criminalidad, percepción de la criminalidad y medios de comunicación. Los resultados señalan que la investigación se ha caracterizado por una visión crítica y descriptiva del tema. Se discute la necesidad de prestar mayor atención a las mediciones y el impacto del miedo al crimen, diferenciar conceptualmente y metodológicamente la percepción del miedo, y estudiar modelos cuasi-experimenta- les que prueben intervenciones de reducción del miedo y beneficien la salud mental. Palabras claves: Criminalidad, Percepción, Miedo, Psicología Social y Revisión Bibliográfica Abstract This is a literature review of social psychology scientific articles, in Spanish, on perception and fear of crime that were published from 2004 to 2014 on Redalyc, Dialnet, Scielo and Google Scholar databases. Fifty-two articles were found and they were grouped by content analysis into five categories: critical perspectives, fear of crime, measurement of crime, perceptions of crime, and mass media. Results indicated that research has been characterized by critical and descriptive perspectives. The discussion section highlights the need to pay greater attention to the measurements and the impact of fear of crime as well as differentiating, conceptually and methodologically, the perception of fear. In addition, studying quasi-experimental designs that test interventions to reduce fear and benefit the mental health of inhabitants is needed. Key words: Criminality, Perception, Fear, Social Psychology and Literature Review 1 El artículo es producto de la investigación 540-B3-320 ‘‘Criminalidad en Costa Rica: clases sociales, ideología y victimi- zación. Un análisis psicosocial’’, financiada por la Sede de Occidente y la Vicerrectoría de Investigación de la Universidad de Costa Rica. 2 Sede de Occidente, Universidad de Costa Rica. 3 Sede de Occidente, Universidad de Costa Rica. 88 Rev. Reflexiones 95 (1): 87-100, ISSN: 1021-1209 / 2016 Juan Diego García-Castro y Beatriz Barrantes Umaña Introducción La criminalidad es uno de los principales problemas de América Latina. Se cuenta con regiones establecidas como las más peligrosas del mundo, al año se producen alrededor de 450 000 asesinatos y muchos de los crímenes quedan impunes (PNUD, 2013). De tal forma, el presente trabajo busca hacer una revisión bibliográfica de artículos científicos en español de psicología social, sobre percepción y miedo a la criminalidad publicados durante la década del 2004 al 2014 en las bases de datos Redalyc, Dialnet, Scielo y Google Académico. Ahora bien, se debe notar que a pesar de ser de unas de las principales preocupaciones de los habitantes latinoamericanos, la producción científica regional sobre el tema se ha caracterizado por la dispersión (Gómez, 2013). Por ello, este artículo busca recopilar, describir y analizar esta infor- mación para contribuir en la profundización del estudio psicosocial de la criminalidad en contextos hispanoparlantes. En América Latina la inseguridad ha ocupado el vacío que han dejado las políticas de bienestar social. La inseguridad se intenta cubrir con seguridad policial, que coloca a la criminalidad como una de las principales claves para interpretar la realidad (Fonseca y Sandoval, 2005). Sin embargo, la sensa- ción de inseguridad no proviene del aumento de hechos criminales sino del aumento en la oferta de los medios de comunicación sobre este tipo de noticias. El discurso de la criminalidad es parte de un discurso ideológico que no corresponde necesa- riamente con la experiencia real. El cambio en el modelo de desarrollo ha producido un cambio en el discurso. El neoliberalismo necesita una mayor criminalización para justificar sus políticas de control social (Muñoz, 2012). En los últimos años el discurso de la criminalidad en Costa Rica ha aumentado sin precedentes y ha justificado mayor inversión económica en la fuerza pública, permisos para que barcos militares estadounidenses patrullen los mares y que haya mayor presencia policial en la vía pública y en los lugares que habitan las clases populares (Huhn, 2008). La psicología social se centra en el estudio de estos temas, enfocándose en el estudio científico de la acción en cuanto ideológica. Se entiende la ideología como un conjunto de representaciones y creencias sociales compartidas por un grupo de personas. Son procesos básicos de la cognición social de los individuos, su objetivo es ordenar las representaciones mentales, controlar las creencias personales y sociales, incidir sobre el comportamiento, justificar el orden social y legitimarlo como válido para todos (as) (Martín-Baro, 1983/2004). La percepción es un proceso psicológico básico a través del cual la persona recibe a través de todos los sentidos imágenes, impresiones o sensaciones para conocer el mundo. Con relación a la per- cepción de criminalidad es entendida como el grado de sospecha personal hacia supuestos asaltantes o delincuentes (Cruz, 2012), esto surge a partir de actos criminales que se han cometido hacia personas conocidas o desconocidas, casas o negocios. Por otro lado, el miedo ha sido parte del ser humano desde su constitución biológica, es un elemento subjetivo que no se observa a simple vista pero que se manifiesta bajo ciertas condiciones, como una expresión que altera, perturba y trastorna a la persona (Méndez, et al, 2009); también este sentimiento se puede incrementar o reducir en cada uno de los sujetos al ser una condición socialmente creada. El miedo, como una parte natural del ser humano, se encuentra siempre presente en los distintos ámbitos en los que se desenvuelve la persona y nunca la abandona Se ha definido el miedo al crimen como un sentimiento de ansiedad y peligro ante las posibi- lidades que se tiene de ser víctima de un delito o acto criminal (Ruíz, 2007). Esta definición permite identificar dos elementos del miedo al delito, de un lado se encuentra la emoción de miedo, y del otro, la posibilidad percibida de victimización o de sufrir un delito. La clase social hegemónica instrumentaliza el miedo a la criminalidad provocado por los medios de comunicación para favorecer sus intereses (Chomsky, 2002). El estudio comprometido con la Percepción y miedo al crimen... Rev. Reflexiones 95 (1): 87-100, ISSN: 1021-1209 / 2016 89 cotidianidad de las sociedades que habitamos, tiene entre sus tareas básicas conocer con amplitud cómo las personas en nuestro contexto perciben, evalúan y sienten estos fenómenos. Para ello, se revisa la literatura sobre el tema producida en la región durante la última década. A partir de esta revisión se crean categorías que agrupan los principales hallazgos obtenidos hasta el momento. Finalmente, se hace un balance del conocimiento adquirido y se señalan cuáles son los prin- cipales desafíos con los que contamos en la actualidad. Método Diseño La revisión bibliográfica incluye artículos en español de revistas indexadas, los cuales se encon- traron en las bases de datos Redalyc, Scielo, Dialnet y Google Académico. Se utilizaron dichas bases de datos por ser de las principales fuentes de consulta de acceso abierto en Iberoamérica (Guédon, 2011). Búsqueda de artículos Se restringió la búsqueda de artículos científicos publicados durante el período 2004-2014 y de acceso abierto. Se realizaron ocho combinaciones de búsquedas con las palabras claves: percepción y criminalidad, percepción y crimen, percepción y delincuencia; y percepción y (e) inseguridad. Además, miedo y criminalidad, miedo y crimen, miedo y delincuencia; y miedo e inseguridad. En la base de datos Redalyc se utilizó la opción de búsqueda avanzada y se buscaron las palabras claves en el título y dentro de las palabras claves de los artículos. Asimismo, en la disciplina y el país se utilizó la opción de cualquiera. En el caso de Scielo, se hicieron las búsquedas de las palabras con el método integrado y por palabra, y con la opción regional. En Dialnet se buscaron las ocho combinaciones de palabras clave sin ninguna otra especificación. Por último, en Google Académico se utilizó la opción de búsqueda avanzada, se hicieron las búsquedas de las palabras en los títulos de los artículos y no se utilizó el conector ‘‘y’’ entre las palabras. Con el resultado de dichas búsquedas, se escogieron los artículos con base en los siguientes criterios. Criterios de inclusión: artículos científicos con recolección de datos empíricos (cualitativos y cuantitativos) o revisiones bibliográficas de producción académica, de América Latina o de España, de revistas indexadas y que trataran un tema de psicología social. Los criterios de exclusión fueron: que sean ensayos, reseñas de libros o libros, que no fueran de América Latina o de España, ni de revistas indexadas y que no trataran un tema de psicología social. Por ejemplo, no se incluyeron artículos de páginas de internet, trabajos de cursos universitarios o trabajos sin publicar. Procedimientos En primera instancia, se recolectaron los artículos. Una vez reunidos, se procedió a resumirlos y clasificarlos según temas en común y estos dieron paso a cada categoría. Análisis Se usaron técnicas de análisis de contenido para identificar los artículos a incluir, y para construir sus categorías de clasificación. El análisis de contenido consistió en revisar el tema de cada artículo, su importancia, los temas en común y los temas diferentes. Así mismo, se utilizó análisis de frecuencias para cuantificar los artículos según categoría, país de publicación y revista. 90 Rev. Reflexiones 95 (1): 87-100, ISSN: 1021-1209 / 2016 Juan Diego García-Castro y Beatriz Barrantes Umaña Resultados En la tabla 1 se describe la cantidad de artículos que se recolectaron según la categoría de análisis a la que pertenecen. Tabla 1 Artículos de percepción y miedo a la criminalidad por área temática Área temática N (52) % Perspectivas críticas 13 25 Miedo al crimen 12 23 Medición de la criminalidad 10 19,2 Percepción de criminalidad 9 17,3 Medios de comunicación 8 15,4 Elaboración propia. En total se utilizaron 52 artículos, de los cuales ‘‘perspectivas críticas’’ (N=13, 25%) y “miedo al crimen” (N=12, 23%) alcanzaron una mayor concentración en los trabajos, seguidos de “medición de la criminalidad” (N=10, 19,2%) y “percepción de criminalidad” (N=9, 17,3%), por último ‘‘medios de comunicación’’ (N=8, 15,3%). Dentro de las revistas más utilizadas destacan el “Boletín de Psico- logía” de la que se extrajeron 4 artículos, del “Acta Colombiana de Psicología” y la “Revista Española de Investigación Criminológica” se utilizaron 3 artículos, mientras que de las revistas “International E-Journal of Criminal Sciences”, “Quórum Académico”, “Eure”, “Revista electrónica de Ciencia Penal y Criminología”, “Revista de Ciencias Sociales” y “Cuadernos de información” se utilizaron 2 artículos. En la tabla 2 una síntesis de los resultados: Percepción y miedo al crimen... Rev. Reflexiones 95 (1): 87-100, ISSN: 1021-1209 / 2016 91 Tabla 2 Síntesis de los resultados Perspectivas Miedo Medición Percepción Medios críticas al crimen de la criminalidad de criminalidad de comunicación La criminalidad: Producto de: Preponderantemente Explicación: Teorías: - No es una prioridad en -Victimización directa o encuestas. -Construcción social del -Cultivo nuestra subjetividad indirecta Dos problemas: discurso -‘‘Agenda-setting’’ - Es utilizada por las -Control social -Definiciones y opera- -Lazo cultural clases dominantes -Entorno Urbano cionaliza-ciones diversas La televisión incide más -Provoca una búsqueda Consecuencias -Medidas poco precisas Consecuencias: en la percepción y miedo sin fin de protección -Personales: empobre- Recomendaciones: -Deterioro social -Mayores consecuencias cimiento de la salud -Medir pocos delitos -Aumento del miedo Impacto: para las mujeres mental, restricción de a la vez -Protección y contra -Cantidad de horas -Influencia el sistema movilidad y conserva- -Incluir variables ataque consumo político durismo ambientales, sociales y -Indirecto o mediado -Sociales: cambios en el físicas entorno, fractura social Amaya, Espinoza y Ayala y Chapa, 2012; Guerrero, Gutiérrez García, 2012; Browne y Visnja, 2007; Vozmediano, 2011; Liebnitzky y Montero, Martínez, Fandiño- Gómez, 2012; D Ádamo y García, Becerra y Trujado, 2011; 2013; Losada, Cardona, 2012; Gómez, 2013; 2007; Carrión y Núñez, 2008; Mansilla, 2011; Martínez y Labatut, Huhn, 2008; Espinar y Ruíz, 2010; Coronado, 2006; Méndez, Villar y 2005; Huhn, Oettler y Peetz Fonseca y Sandoval, García-Castro, 2012; Becerril, 2009; Muratori Ruíz, 2007; 2007; 2006; Molina, 2005; y Zubieta, 2013; Ruíz, 2010; Pérez, 2012; Restrepo y Moreno Salazar, 2008; Pyszczek, 2012; San Juan, Vergara y Pérez y Milán, 2005; 2007; Salazar 2009; Reguillo, 2008; Germán, 2005; Rottenbache, Amaya, Sherman y Etchegaray, San Martín, 2013; Restrepo y Moreno, Sillano, Greene Genna y Pulache, 2009; 2012; Valdez y Paniagua, 2011; 2007; y Ortúzar, 2006; Ruíz y Turcios, 2009. Soto, 2005(a); Varela, 2008; Ruíz, 2007(a); Vozmediano, 2008; Soto, 2005(b). Vilalta, 2010; Ruíz, 2007(b) Vozmediano, 2010; Vuanello, 2005. Varela, 2005; Vozmediano y San Juan, Vozmediano, Vergara y 2006; San Juan, 2010. Vuanello, 2006. Fuente: elaboración propia R e s u l t a d o s A u t o r e s y c o n c e p t o s 92 Rev. Reflexiones 95 (1): 87-100, ISSN: 1021-1209 / 2016 Juan Diego García-Castro y Beatriz Barrantes Umaña Perspectivas críticas. Se encontraron cinco corrientes críticas. La primera es que el tema de la criminalidad no ocupa las meditaciones diarias de las personas en América Latina, a menos que ocurra un hecho cuya importancia sea de gran magnitud para que los medios de comunicación le presten aten- ción (Molina, 2005). La violación de la ley y el uso de la cárcel, como recurso sancionador, no son las prioridades en las campañas electorales. Tampoco lo es el mejoramiento de las condiciones de vida de la población penal o de los sistemas de justicia penal Otra corriente crítica es que la criminalidad ha sido utilizada por las clases dominantes para mantener el control sobre las grandes minorías. El discurso de la criminalidad es un discurso ideológico que no corresponde con lo que sucede en la realidad (Huhn, 2008). Las clases dominantes controlan el discurso público y generan un sentimiento de inseguridad común (García-Castro, 2012). El miedo al crimen y la inseguridad ciudadana se ha convertido en una de las principales herramientas de control social, (Amaya, Espinoza y Vozmediano, 2011), ya que tiene como consecuencia la proliferación de sentimientos de sometimiento y conservadurismo. El nivel de miedo al delito es mayor en comparación con las cifras reales de criminalidad. Sin embargo, el discurso de que el crimen aumenta día con día sigue siendo utilizado a conveniencia de unos (as) pocos (as) (Varela, 2005). Por otro lado, una crítica que la inseguridad no se da por la falta de protección sino más bien, que la inseguridad ha provocado que las personas busquen una forma de protegerse y sentirse seguras(os). Por lo tanto, la búsqueda de protección paradójicamente estaría provocando el sentimiento de inseguri- dad en los individuos (San Martín, 2013). Una cuarta perspectiva explica las diferentes consecuencias que experimentan las mujeres en comparación con los hombres a raíz del nivel de temor al crimen. Los artículos encontrados respaldan que las mujeres experimentan mayor inseguridad en comparación con los hombres. Esta mayor sensa- ción de inseguridad de las mujeres, generalmente, se deriva de su sensibilidad a la violación. Las mujeres temen a delitos como homicidios y asaltos armados en la vía pública o en el hogar; a pesar de que los datos muestran que su posibilidad de ser víctimas de asaltos es más baja en comparación a los hombres (Varela, 2008). Sin embargo, el nivel de temor existe porque las mujeres temen que estos crímenes pue- den traer como consecuencia una violación. La quinta corriente del análisis crítico de la criminalidad se basa en analizar su influencia en el sistema político. Se explica cómo el miedo y la violencia han sido utilizados por los gobiernos como estrategias para manipular a la ciudadanía. Se hace referencia a la relación que hay entre la ideología política y el miedo al crimen. La inseguridad genera la movilización de dos emociones básicas: miedo y malestar. El miedo se da por la posibilidad de ser víctima de actos delictivos y el malestar porque se percibe al Estado como responsable de proporcionar seguridad (Valdez y Paniagua, 2011). Por último, las personas aceptan el uso de la violencia para combatir el crimen por dos razones. La primera menciona que las personas basadas en el temor de ser victimizadas aceptan este tipo de medidas a pesar de sacrificar algunos de sus derechos. La segunda explica que se acepta el uso de la violencia sólo contra los grupos que son construidos como enemigos (Becerra y Trujano, 2011). Miedo al crimen Según Restrepo y Moreno (2007), existen tres tesis sobre el miedo al delito. En la primera se establece que es producto de la victimización. El miedo al crimen es producto de la experiencia directa o de forma indirecta por medio de allegados (-as). La segunda es la tesis del control social y postula que el miedo se genera por la inhabilidad de un individuo de controlar su propia vida y los comportamientos y actividades de los y las demás. La gente tiene miedo por su incapacidad de prevenir o poder manejar las consecuencias de la victimización. Finalmente, se habla de la tesis del entorno urbano, que atribuye el miedo al crimen a la manera en que la gente experimenta e interpreta el entorno urbano que lo rodea, “el entorno urbano le da a un individuo la experiencia visual (cuando el conocimiento real es limitado) sobre la probabilidad del Percepción y miedo al crimen... Rev. Reflexiones 95 (1): 87-100, ISSN: 1021-1209 / 2016 93 riesgo al crimen y la posibilidad de que otros intervengan para ayudarlo” (Restrepo y Moreno, p.169). Las investigaciones señalan que el miedo al crimen es un fenómeno urbano en su origen (Vozmediano, Vergara y San Juan, 2010), debido a que es en las ciudades donde este miedo es más frecuente, y donde se manifiestan en mayor medida sus repercusiones. Se ha mostrado también que el miedo al delito está asociado con una serie de consecuencias tanto a nivel individual como sociales. Las individuales son el empobrecimiento de la salud mental, por fallas de la empatía y el aumento de la desconfianza hacia las otras personas, desarrollo de cuadros patológicos como depresión y ansiedad; reducciones en el funcionamiento físico debido a limitaciones en actividades físicas y recreativas; cambios en la conducta que afectan el estilo y la calidad de vida como adoptar mayores medidas de autoprotección; fractura del sentido de comunidad, abandono de espacios públicos y apoyo a medidas represivas (Muratori y Zubieta, 2013). El miedo ha provocado grandes cambios en los espacios físicos. Hay una mayor proliferación de los espacios cerrados, las familias han cambiado los espacios que tradicionalmente habían sido enten- didos como públicos por espacios privados. Algunos ejemplos de estos cambios son la creación de los centros comerciales, conjuntos habitacionales y otros que prestan algún servicio en espacios cerrados o amurallados, esta situación los hace aparecer como lugares que ofrecen más protección o seguridad ante el entorno incierto o amenazante (Méndez, Villar y Becerril, 2009). Es cada vez más común ver dispositivos de seguridad, rejas, puertas blindadas, letreros de prevención, anuncios de peligro, alambres electrificados, establecimiento de límites, que van desde las barras móviles en la entrada del conjunto habitacional hasta la vigilancia con equipo sofisticado de seguridad. Medición de la criminalidad El instrumento que se ha usado con mayor frecuencia ha sido la encuesta. A pesar de que tam- bién se han llevado a cabo estudios cualitativos, que tienen como objeto profundizar en uno u otro(s) aspecto(s) del fenómeno (Vozmediano, 2010). El uso de cuestionarios aplicables a un número signifi- cativo de participantes ofrece ventajas como la posibilidad de diagnosticar el alcance del fenómeno y construir modelos explicativos generalizables a la población. Sin embargo, los trabajos que se realizan con una metodología de encuesta han afrontado dos pro- blemas significativos. El primero se refiere a una falta de acuerdo en la definición y ‘operacionalización’ del miedo al delito. El segundo problema radica en el uso de medidas poco precisas, lo cual constituye una amenaza a la validez (Sillano, Greene y Ortúzar, 2006; Vozmediano, 2010). Aun así se han construido diversas medidas para el miedo al crimen que intentan superar estas limitaciones. Por ejemplo, el Cuestionario de Inseguridad Urbana (CIU) el cual recoge respuestas o reacciones pertenecientes a los sistemas afectivo, cognitivo, fisiológico y conductual (Vuanello, 2006). Otro instrumento que se ha utilizado ha sido la tecnología SIG (Sistemas de Información Geo- gráfica), la cual se emplea para la recopilación, representación y análisis de todo tipo de información referenciada geográficamente. Bases de datos de este tipo se emplean para la elaboración de “mapas del delito”, que muestran cómo se distribuyen distintos tipos de delitos por la ciudad, y permiten relacionar ese patrón con otras variables (Vozmediano y San Juan, 2006). Ruiz (2007) menciona que para que las encuestas sobre el crimen sean válidas y confiables estas se deben concentrar en pocos delitos. Las encuestas en las que se toman en cuenta todos los crímenes arrojan resultados en los cuales se ven grandes disminuciones en la incidencia del crimen. Sin embargo, lo que disminuye son los delitos poco comunes, alterando los datos, por lo que los resultados no repre- sentan la realidad tal y como es. Otra recomendación es retomar las vertientes ambientales, sociales y físicas, con el fin de que la medición sea más completa y precisa. Además, las ‘operacionalizaciones’ del miedo al delito deben referirse al constructo del miedo, en lugar de preguntar por una sensación de preocupación ambigua, y deben hacer referencia al crimen o delito, para que la definición sea clara y correspondiente al constructo (Ruíz, 2010). 94 Rev. Reflexiones 95 (1): 87-100, ISSN: 1021-1209 / 2016 Juan Diego García-Castro y Beatriz Barrantes Umaña Percepción de criminalidad Existen varias teorías que buscan explicar la percepción de criminalidad. Una de ellas es la teoría de la construcción social de la realidad, la cual fue propuesta inicialmente por Berger y Luck- mann (1969, como se citó en Huhn, 2008). Según esta, la violencia, en el nivel individual, es uno de los fenómenos físicos más inmediatos y más reales. Pero al mismo tiempo, la violencia y la percepción del crimen son construcciones sociales. Puede que una persona reaccione frente a un acto físico y real de violencia, pero una sociedad, en cambio, define y construye más bien un fenómeno social, en la medida en que le atribuye a este una determinada importancia. La segunda teoría es la del discurso según Foucault (1997, 2003, 2005, como se citó en Huhn, 2008) o también Bourdieu (1990, 1992, como se citó en Huhn, 2008). Para estos autores, la percepción social de los problemas es transmitida mediante el discurso. Los discursos son actos de habla estructu- rados que producen una realidad. Un discurso se genera en numerosos espacios discursivos en los que diferentes actores compiten por la definición e interpretación de varios fenómenos particulares. La tercera teórica explica que la percepción de la criminalidad se debe al lazo cultural de con- fianza y violencia. Esta fue propuesta por Reemtsma (2008, como se citó en Huhn, 2008), quien señala que el lazo cultural de confianza y violencia es una constelación específica de la modernidad. La con- fianza es una de las calidades más importantes en las sociedades modernas, que une a la sociedad y reduce la criminalidad. Por ejemplo, cuando una persona sale de la casa y no lleva un arma es porque cree que la otra gente tampoco sale a mano armada, aunque siempre hay una posibilidad de que alguien robe o mate, la gente tiene la percepción de que el acuerdo cultural de no estar armado (a) todavía vale como consenso en la sociedad. Sumándose a las variables ya mencionadas, que explican la percepción de criminalidad, también influyen algunas señales físicas del entorno (presencia de basura en la calle, grafitis o mobiliario urbano en mal estado) y ciertos comportamientos sociales considerados perturbadores de la convivencia (p. ej., beber en el espacio público, prostitución, la presencia de personas ‘alborotadoras’, los grupos de jóvenes y los(as) indigentes). Los lugares considerados peligrosos también inciden en la percepción de insegu- ridad (Pérez, 2012). Estos están caracterizados por una falta de iluminación, la existencia de sombras y elementos ambientales o arquitectónicos que disminuyen el dominio visual del espacio o la ausencia de rutas de escape. La percepción de criminalidad e inseguridad trae consigo diversas consecuencias que afectan la sociedad en general. La primera de ellas es que este fenómeno se ha convertido en un problema en sí mismo no solo por la probabilidad de ser un fuerte obstáculo para la solidaridad y la convivencia, sino también por su capacidad de generar una ola de violencia, ya que el miedo hace que la ciudadanía pida mayor represión, justifique los excesos y omita la importancia del respeto a los derechos humanos y la democracia (Pérez y Milán, 2005). Una segunda consecuencia es que en la sociedad existe una imagen de deterioro social desde la percepción del delito, y este es otro de los factores que fortalecen el autoritarismo e impulsan reformas y excesos en la punibilidad. La agresividad que adquieren los cuerpos policiacos ante las demandas de una percepción social desfavorable del estado del delito y de la delincuencia ampliamente publicitada por los medios de comunicación, genera una falsa imagen de efectividad que se traduce en legitimidad y apoyo de las grandes masas, deseosas de tranquilidad ciudadana (Pérez y Milán, 2005). Una tercera consecuencia es que la percepción de criminalidad también tiene una relación clara con el miedo al crimen que experimentan las personas, entre mayor criminalidad se perciba en el ambiente, mayores niveles de temor se van a manifestar. Además, esta va a influir en la percepción sobre la policía y en las actitudes de castigo hacia los y las delincuentes, entre más se confíe en la policía la percepción del crimen va a ser menor, y entre mayor sea la percepción de la criminalidad, mayor va a ser el apoyo que se manifiesta a favor de acciones de castigo más severas contra las personas que cometen actos delictivos (Ruíz y Turcios, 2009). Percepción y miedo al crimen... Rev. Reflexiones 95 (1): 87-100, ISSN: 1021-1209 / 2016 95 Otra consecuencia de la percepción de la criminalidad son las medidas individuales y colectivas de protección y de contraataque que la sociedad asume (Huhn, Oettler y Peetz, 2007). El miedo a la criminalidad y la percepción de la inseguridad lleva a muchos (-as) ciudadanos (-as) a vivir en lugares cerrados, condominios vigilados o casas fortificadas; otros (-as) evitan frecuentar lugares identificados como peligrosos, sean mercados, determinadas calles o ciudades enteras. Aparte de las reacciones defensivas, crece la cantidad de personas que se arman o se organizan en comités de vigilancia. Medios de comunicación Los medios de comunicación ejercen influencia sobre los pensamientos y acciones de las per- sonas. La mayoría de los conocimientos que las personas poseen acerca de las cuestiones públicas y la mayor parte de las preocupaciones que captan su interés, no proviene de la experiencia personal sino de los medios de comunicación que actúan como la principal fuente de información. (D Ádamo y García, 2007). Una de las teorías que explica la influencia de los medios es la teoría de cultivo, la cual propone que la estar expuesto(a) cotidianamente a la televisión y otros medios de comunicación influye en las creencias generales que las personas tienen sobre la naturaleza del mundo (García-Castro, 2012). Los medios son un sistema de mensajes que proveen patrones de imágenes e ideologías repetitivas, estables y prácticamente ineludibles que afectan con el tiempo de exposición a la audiencia que las consume. La otra teoría es la de ‘‘agenda-setting’’ (teoría del establecimiento periodístico de temas de discusión), que pretende explicar la influencia principal de los medios de comunicación en la formación de la opinión pública. Consiste en canalizar la atención del público hacia unos repertorios de temas de preocupación general, en detrimento de otros que no se mencionan o destacan, viéndose así delimitadas las fronteras de conocimientos y juicios. (Soto, 2005). La consecuencia del proceso selectivo que tiene lugar en los medios cuando eligen sus temarios es que la opinión pública considera a dichos problemas como los más relevantes, mucho más que otros que han sido menos tratados (D Ádamo y García, 2007). Las noticias en los periódicos, la televisión e Internet hacen más que señalar la existencia de eventos y problemas. Mediante su selección diaria y el despliegue noticioso influyen las percepciones sobre cuáles son los asuntos más importantes del día. Es importante mencionar también, que los medios generalmente responden a intereses particu- lares de un sector específico de la sociedad. En la mayoría de los casos, los canales de televisión son empresas privadas con intereses particulares que buscan construir una opinión pública que los favorezca (Serrano, 2010, como se citó en García, 2012). Sin embargo, el problema no son los medios de comuni- cación en sí, sino el uso que se les da en la sociedad moderna. Las noticias sobre delincuencia, garantizan siempre la atención del público lector. A ello se aña- den campañas mediáticas particularmente intensas en períodos electorales, (Soto, 2005). Por lo tanto, se observa que los medios pueden ser manipulados por canales específicos o sectores políticos que inten- tan influenciar el pensamiento y accionar de las personas con el fin de que estas apoyen sus intenciones. A partir de estas intenciones solapadas, los medios muestran datos que no siempre concuerdan con las cifras reales de inseguridad y delincuencia. Restrepo y Moreno (2007) establecen que la proporción de historias de crimen es una función de los medios, el mercado y la época. Domina en los medios de comunicación masiva una tendencia a sobre representar crímenes vio- lentos (Espinar y Ruíz, 2010), especialmente agresiones físicas contra personas concretas y homicidios o agresiones que presentan contenido sexual, aun cuando, de acuerdo a los datos estadísticos disponibles, la mayor parte de los crímenes cometidos no incluyen violencia personal. Finalmente, cabe destacar que no todos los medios de comunicación masiva ejercen la misma influencia. En un estudio realizado por Sherman y Etchegaray (2012) se encontró que el único medio relacionado positivamente con la percepción de temor es la televisión; todos los demás no muestran tener una incidencia significativa. Este vínculo exclusivo entre las noticias en televisión abierta y el 96 Rev. Reflexiones 95 (1): 87-100, ISSN: 1021-1209 / 2016 Juan Diego García-Castro y Beatriz Barrantes Umaña temor se podría explicar por la profusa cobertura que, a diferencia de los otros, este medio alcanza respecto a la delincuencia. Se suma a lo anterior, la espectacularidad con que son mostrados y narrados este tipo de episodios. Estos mismos autores mencionan que el impacto de la televisión se puede explicar a través de dos vías. La primera es la directa y determina que mientras más horas de noticias en televisión consumen las personas, se incrementa el nivel de miedo a la delincuencia. La segunda forma de incidencia de la televisión es indirecta o mediada, esta explica que en la medida en que las personas sostienen con mayor frecuencia conversaciones originadas en noticias sobre delitos, aumenta su nivel de temor. (Sherman y Etchegaray, 2012). Discusión Los artículos revisados se agrupan en cinco categorías: perspectivas críticas, miedo al crimen, medición de la criminalidad, percepción de la criminalidad y medios de comunicación. La mayor can- tidad de trabajos parten de una visión crítica del uso que hacen los sectores dominantes a la percepción y al miedo al crimen. Se describe cómo la preocupación sobre el crimen no es una característica cotidiana de la sub- jetividad, sino, una construcción social a partir de eventos extraordinarios expuestos por los medios de comunicación (Molina, 2005). El sentimiento de miedo produce una búsqueda incesante de seguridad que crea desconfianza y lejanía en la población (Amaya, et al 2011), además de apoyar políticas con- servadoras y represivas contra la ciudadanía (Varela, 2005). También se hace énfasis en las diferencias de género en la distribución del miedo (Varela, 2008) y en el uso instrumental que hacen los políticos sobre el tema (Becerra y Trujano, 2011; Valdez y Paniagua, 2011). Que la categoría crítica sea la que más trabajos agrupe no es sorprendente. En general, en Améri- ca Latina el miedo a la criminalidad ha sido creado y aprovechado por la clase dominante para dividir, someter y dominar a la población. Además, la criticidad sobre los eventos sociales ha sido una carac- terística de la academia latinoamericana, la cual responde a un contexto marcado por la desigualdad y la injustica. Otra de las categorías que más artículos agrupa es la del miedo al crimen. El estudio de estas problemáticas ha girado en torno a describir mayormente qué es el miedo al crimen (Restrepo y Moreno, 2007), cómo se desarrolla este en la sociedad (Ruiz, 2007), a partir de qué elementos y variables surge (Méndez, et al, 2009), cuáles son sus principales consecuencias tanto a nivel individual como colectivo (Mansilla, 2011), así como también se ha intentado relacionar el fenómeno con otras variables psicoso- ciales con el fin de conocer cuál es su eje central (Muratori y Zubieta, 2013). El miedo al crimen es un campo que se ha venido estudiando desde finales de los años sesenta. Su estudio ha arrojado datos en los que se encuentra que en la mayoría de las ocasiones, las tasas objeti- vas de delitos no concuerdan con la percepción subjetiva de la ciudadanía (Vozmediano, et al, 2010), lo que significa que las personas reproducen mayor temor al crimen en comparación con los datos reales sobre la criminalidad. El énfasis al estudio del miedo se debe a las consecuencias perjudiciales que tiene para la salud mental. La investigación sobre el miedo a la delincuencia también se ha enfocado en describir cómo este fenómeno ha sido utilizado como parte de los procesos políticos de diferentes países. Ha sido una herra- mienta de la que se han valido algunos gobiernos, utilizándolo como estrategia política con el propósito de manipular a los y las ciudadanas, construir ideologías autoritarias y que las personas adopten estas como propias, favoreciendo el uso de la violencia y otros mecanismos represivos. (Valdez y Paniagua, 2011; Villalta, 2010). Hay también una gran parte de la investigación dedicada al estudio de la medición del miedo al crimen y la percepción de inseguridad ciudadana (Ruiz, 2010). Se ha intentado crear y describir ins- trumentos y herramientas que cumplan con criterios de validez y confiabilidad (Vozmediano, 2010). Percepción y miedo al crimen... Rev. Reflexiones 95 (1): 87-100, ISSN: 1021-1209 / 2016 97 Además se busca definir el fenómeno con el fin de que esta ‘operacionalización’ sea la guía para elegir las variables a medir e intentar describir el tema de interés (Vozmediano, 2008). Aun así, el balance sobre la medición de la percepción y el miedo al crimen en América Latina no es favorable. Es necesario contar con instrumentos estandarizados que permitan hacer comparaciones entre los países de la región. La dispersión en la creación de medidas hace que todavía no contemos con suficientes datos que transciendan los ámbitos locales en una problemática que es regional. Además, hay que diversi- ficar la metodología utilizada para compensar las carencias que las encuestas de lápiz y papel presentan. El estudio de estos fenómenos también se ha enfocado en describir qué es la percepción de inse- guridad, donde se busca diferenciarlo del fenómeno del miedo al crimen (García, 2012; Rivera, Toro- Alfonso y Meléndez, 2013). Se ha hecho un esfuerzo por describir a partir de qué elementos se genera la percepción de inseguridad y cómo esta se expande por la sociedad en general. También se busca explicar las repercusiones que la inseguridad ha tenido en el comportamiento de las personas y el uso que se le ha dado como herramienta de manipulación. En la percepción de la criminalidad, la gente se siente insegura no solamente por las tasas reales de criminalidad o por la evaluación racional que hagan del peligro. También se sienten amenazados (-as) a causa de los escenarios de inseguridad creados por los discursos sobre violencia y criminalidad (Huhn, 2008). Dentro de las consecuencias más perniciosas se encuentra el ataque defensivo que hacen las personas al sentirse amenazadas, reproduciendo el círculo de violencia en el que se encuentran las sociedades latinoamericanas (Huhn, et al, 2007). Por último, la investigación sobre la criminalidad también ha dedicado esfuerzos en describir y explicar el papel que juegan los medios de comunicación en mantener y aumentar el miedo al crimen y la percepción de inseguridad ciudadana (Espinar y Ruíz, 2010; Scherman y Etchegaray, 2012). Los medios han utilizado el tema de la delincuencia como una forma de generar temor en la sociedad y que esta esté dispuesta a votar por un candidato (-a) específico (-a), a que apoyen políticas penitenciaras más represivas, adopten discursos autoritarios de derecha y se cree la opinión pública a partir de la informa- ción que se difunde sobre delincuencia que hacen estos, la cual muchas veces está alterada. Los medios de comunicación transmiten mensajes para entretener e impartir visiones de la reali- dad que hacen que las personas se ajusten a las estructuras sociales. El nuevo control social se ejerce a partir de la manipulación mediática que las empresas de comunicación ejercen sobre la población para cegarlas y distraerlas de una realidad angustiosa en nuestro contexto. Esta forma sutil de control social busca la apatía, la anomia psicológica y el individualismo (Chomsky, 2002). Aun así, el problema no es el medio (el mensajero) sino el mensaje. El análisis de las investigaciones realizadas genera un panorama del estado del conocimiento. La mayoría de las investigaciones asumen una perspectiva crítica y describen las problemáticas de su entor- no. Se conocen los efectos de la percepción y el miedo a la criminalidad. Sin embargo, no se encontraron investigaciones que describan qué podemos hacer para enfrentar el problema. Es el momento de buscar y probar intervenciones de reducción del miedo al crimen. Latino- américa está compuesta por países controlados mediáticamente, pero no se han empezado a probar mecanismos y acciones que puedan reducir el sometimiento. Investigaciones con diseños cuasi experi- mentales que prueben qué estrategias funcionan y cuáles no pueden ser la indicadas en una nueva línea de investigación sobre el tema. Entre las principales limitaciones de este trabajo se encuentran que el conocimiento científico no se publica mayoritariamente en español. Además, existe la dificultad de clasificar algunos artículos en una sola categoría cuando podrían catalogarse en varias. En síntesis, la revisión bibliográfica realizada muestra lo que se ha avanzado y los principales desafíos pendientes. Las ciencias sociales comprometidas deben responder a las necesidades de la población en la que se desarrollan. La tarea principal es generar conocimiento científico que permi- ta a las clases populares develar los mecanismos de dominación ideológica en los que se encuentran (Martín-Baró, 1983/2004). Contribuir a quitarse la venda de los ojos. Esa es la principal importancia de este trabajo, labrar ese camino, muchas veces olvidado. 98 Rev. Reflexiones 95 (1): 87-100, ISSN: 1021-1209 / 2016 Juan Diego García-Castro y Beatriz Barrantes Umaña Bibliografía Amaya, Laura., Espinoza, Augustín., & Vozmediano, Laura. (2011). Relaciones entre el Miedo al delito y el Autoritarismo de Derecha en estudiantes universitarios de Lima-Perú. Boletín de Psicología, 103, 7-28. Ayala, Edgardo., & Chapa, Joana. (2012). La inseguridad y la demanda por entretenimiento: evidencia para las áreas metropolitanas de Monterrey, Guadalajara y León. EconoQuantum, 9(1), 135-148. Becerra, Mariana., & Trujano, Patricia. (2011). 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