Giovanni Peraldo Huertas - Mauricio M. Mora Fernández Procesos sísmicos y volcánicos en los siglos XVII y XVIII: casos específicos de América Central PROCESOS SÍSMICOS Y VOLCÁNICOS EN LOS SIGLOS XVII Y XVIII: CASOS ESPECÍFICOS DE AMÉRICA CENTRAL Giovanni Peraldo Huertas Mauricio M. Mora Fernández Fecha de entrega: 30 de junio de 2015 Fecha de aceptación: 8 de agosto de 2015 Resumen El objetivo de este trabajo es mostrar cómo el encuentro entre la Historia y la Geología abren conjuntamente una ventana hacia una mejor com- prensión de las implicaciones de las manifestaciones geológicas, tales como el volcanismo y la sismicidad, en la cosmovisión de la sociedad, ya que se involucra al ser humano como actor principal de ese complejo marco geológico y social existente en América Central. Nos enfocaremos, desde la sismología histórica, en la compleja relación que existe entre los procesos sísmicos y eruptivos en el contexto de ambientes volcánicos activos, y para ello se revisarán las erupciones del volcán San Salvador (El Salvador) en 1658, la del volcán de Fuego (Guatemala) en 1717, la del volcán Pacaya (Guatemala) en 1775 y la del volcán Irazú (Costa Rica) en 1723. Palabras clave Volcanismo, Sismicidad, Actividad eruptiva, Geología Seismic and volcanic processes in the seventeenth and eighteenth centuries: specific cases of Central America. Abstract The aim of this paper is to show how the encounter between History and Geology jointly open a window to a better understanding of the im- plications of the geological manifestations such as volcanism and seismicity , in the worldview of society, as it It involves the human being as the main actor in this complex geological and social framework existing 9 in Central America. We will focus , from the historical seismology, on the complex relationship between seismic and eruptive processes in the context of active volcanic environments , and for that the eruptions of the volcano San Salvador ( El Salvador ) will be reviewed in 1658 , the Revista Nuestro Sur Historia, Memoria y Patrimonio ISSN 2244-7091 Giovanni Peraldo Huertas - Mauricio M. Mora Fernández Procesos sísmicos y volcánicos en los siglos XVII y XVIII: casos específicos de América Central volcano Fuego ( Guatemala ) in 1717, the Pacaya ( Guatemala ) volcano in 1775 and Irazu ( Costa Rica ) volcano in 1723 . Keywords Volcanism, Seismicity, Eruptive activity, Geology. Introducción De todos los procesos geológicos, el volcanismo es el que más asombro y temor produce en el ser humano. Con las manifestaciones ígneas surgen los lamentos de las almas condenadas al fuego eterno, según así lo veían los ojos piadosos del siglo XVI, cuando miraban a través de los terroríficos cráteres que no en vano los creían como ver- daderos pasajes al inframundo diabólico. En Nicaragua, los españoles llamaron al volcán Masaya o Popogatepe (que significa en idioma chorotega “montaña que arde”) la “boca del infierno”. Los volcanes desatan, por lo tanto, sentimientos encontrados por la sola vista de su bella, pero al mismo tiempo, peligrosa actividad eruptiva. Los volcanes han sido, por ejemplo, uno de los temas geo- lógicos más utilizados como inspiración en el arte, la numismática, la literatura y el cine de catástrofes. En Costa Rica, particularmente, varios artistas han plasmado la temática de los volcanes en sus obras, como por ejemplo, Lola Fernández, Pedro Arrieta, Roberto Lizano, Rudy Espinoza, Luis Chacón, Emilia Cersósimo y Jacques Quillery. En el mural del Salón Dorado del Museo de Arte Costarricense, el artista francés Louis Feron recrea pasajes importantes en el de- sarrollo histórico costarricense, uno de ellos, en el que Juan Vázquez de Coronado funda la ciudad de Cartago con el paisaje al fondo de un volcán Irazú humeante. Por otro lado, monedas y billetes de Costa Rica por mucho tiempo lucieron alegorías o imágenes de los volcanes. En la literatura universal y centroamericana, la temática ígnea ha inspirado obras tales como El amante del volcán de Susan Sontag, (DE- BOLSILLO, 2013), La estirpe del volcán de Rocío Pazos Baldioceda (EUNED, 2002), Ceniza de Guillermo Castro Echeverría (EDITORIAL BORRASÉ, 1977) y la muy conocida obra Los últimos días de Pompeya del barón E. Bulwer-Litton, la cual ha sido adaptada en numerosas 10 ocasiones para el teatro, cine y televisión. En estas obras, las tramas se tejen en torno al volcán, como telón de fondo necesario para integrar la vida de una sociedad que es de alguna manera impactada en su co- tidianidad por la actividad volcánica. Otras novelas recrean fantasías en torno a hipotéticos volcanes que hacen erupción en un género Revista Nuestro Sur Historia, Memoria y Patrimonio ISSN 2244-7091 Giovanni Peraldo Huertas - Mauricio M. Mora Fernández Procesos sísmicos y volcánicos en los siglos XVII y XVIII: casos específicos de América Central más de aventura, tal como ocurre en Una colonia sobre un volcán, de James Fenimore Cooper (EDICIONES G.P., 1958). El premio Nobel Miguel Ángel Asturias en su libro, Leyendas de Guatemala (ALIANZA EDITORIAL, 2011) dedica una de sus leyendas al tópico ígneo en la Leyenda del volcán. Por otra parte, los volcanes son un tópico casi per- manente en la obra del escritor nicaragüense Sergio Ramírez de quien destaca su ensayo sobre la cultura centroamericana titulada Balcanes y volcanes (EDITORIAL NUEVA AMÉRICA, 1983). La industria cinematográfica, por su parte, ha explotado de manera frecuente el tema volcánico mientras juega con los temores y el morbo del gran público. Películas tales como “Volcano” (1997, el título no tiene traducción al español), “Miami Magma” (2011, el título no tiene tra- ducción al español) y “SuperEruption” (2011, Súper Erupción) recrean erupciones volcánicas desde una óptica totalmente descontextualizada de la realidad geológica. En la primera surge un nuevo volcán bajo la ciudad de Los Ángeles (Estados Unidos), lo cual geológicamente no es lo más probable al estar en un contexto de límite de placa trans- formante, en tanto la segunda desafía todo paradigma geológico actual y ubica un volcán bajo la ciudad de Miami (Estados Unidos), donde geológicamente es improbable que esto ocurra. La tercera película es otro desafío más osado a dichos paradigmas y muestra cómo una gran erupción del volcán Yellowstone es controlada por el ser humano a través de medios tecnológicos. Con este tipo de películas se genera un temor gratuito hacia los volcanes y permite que se desarrolle en el gran público una visión distorsionada y aberrante en torno al tema de los volcanes, su actividad y sus consecuencias. La película “Dante’sPeak” (titulada en Hispanoamérica como “El pico de Dante”, con la excepción de Venezuela donde se tradujo como “La furia de la montaña”, año 1997), contrasta en cierta forma con las tres anteriores ya que tiene, al menos, un sustento un poco más realista aunque igualmente peca por mezclar actividad explosiva ácida y efusiva basáltica, lo cual es geoló- gicamente contradictorio. La película tiene lugar en una localidad ficticia ambientada en la cordillera de las Cascadas y se basa parcialmente en las erupciones reales de los volcanes Saint Helens en 1980 y Pinatubo en 1991. Estos aspectos la hacen interesante por cuanto recrea, como telón de fondo de una típica historia “hollywoodesca” aderezada con miedos, heroísmos y romanticismos inverosímiles, toda la secuencia 11 de una erupción volcánica explosiva, desde los estadios iniciales en los que se manifiestan signos precursores hasta que se desencadena la erupción. Esta película recrea, particularmente, la ocurrencia de un terremoto concomitante con el inicio de la erupción, lo cual sirve Revista Nuestro Sur Historia, Memoria y Patrimonio ISSN 2244-7091 Giovanni Peraldo Huertas - Mauricio M. Mora Fernández Procesos sísmicos y volcánicos en los siglos XVII y XVIII: casos específicos de América Central de condimento para un imaginario colectivo que ve en los procesos sísmicos y volcánicos una estrecha relación y que es, precisamente, el tema que nos ocupa en este artículo desde un enfoque histórico. Ya sea entonces por la tradición, la religión, las creencias, las leyendas, la literatura o el cine, los habitantes que conviven con las ma- nifestaciones candentes de las entrañas terráqueas, han llegado a tejer en su imaginario individual y colectivo gran cantidad de explicaciones no formales y saberes populares en torno a estos ardientes colosos y sus procesos. En Costa Rica, por ejemplo, la cognición popular de “vena volcánica” elude a una serie de ramificaciones volcánicas sub- terráneas que se extienden bajo cualquier lugar, la cual se ha usado y se usa todavía para explicar el origen de las fuentes termales o bien el origen de los sismos. También se utilizó en documentos científicos oficiales, tal y como sucedió en 1889, cuando el entonces director del Instituto Físico-Geográfico de Costa Rica, el Dr. Henry Pittier usó el concepto de manera solapada y sugiere que el volcán Poás “…tenía gran parte de la culpabilidad…” por la ocurrencia del Terremoto de Fraijanes (Alajuela, Costa Rica) el 30 de diciembre de 1888. El concepto de “vena volcánica” se le haya mencionado también en Chile, por ejemplo, en escritos científicos como el de Huidobro (1862), quien hace una discusión muy interesante sobre la relación sismos-volcanes y se pregunta si “…La ruptura de una vena volcánica por la fuerza ex- pansiva de los gases, ¿puede ocasionar un movimiento?...” a lo cual responde negativamente. Sin embargo, en sus conclusiones deja entrever diferencias entre la sismicidad percibida en Chile y su relación o no con las erupciones volcánicas, al indicar que “…no puedo dejar de admitir que aquellos temblores que preceden las erupción de los volcanes i que se circunscriben su reducido espacio, sean producidos por ellos; pero de ninguna manera los que se estienden a tanta distancia i los que nos asaltan en Chile.” Podemos ver cómo el autor hace una di- ferencia entre la sismicidad que ocurre por los procesos de subducción y que generalmente es de gran magnitud y es percibida en una gran área, de la que tiene lugar próxima o en los volcanes y que actualmente entendemos que es generada por fallamientos corticales y rupturas en 12 el interior de los macizos volcánico, muchos de los cuales son en efecto, volcánicos, o bien disparados por el esfuerzo diferencial del magma en el sistema tectónico. El concepto de vena volcánica se utilizó también en crónicas no especializadas de épocas pasadas como la de Wilhelm Marr, quien en su “Viaje a Centroamérica” en 1863, describe que “...La Revista Nuestro Sur Historia, Memoria y Patrimonio ISSN 2244-7091 Giovanni Peraldo Huertas - Mauricio M. Mora Fernández Procesos sísmicos y volcánicos en los siglos XVII y XVIII: casos específicos de América Central situación o la dirección de las aberturas de los cráteres en los países del sur de Centroamérica señalan, por lo tanto, exactamente el curso de la gran vena volcánica que rodea el mar Caribe por las Antillas.” En este caso en particular, la descripción posee un trasfondo más realista por cuanto el autor describe con ese concepto una génesis común para los volcanes de América Central, lo cual, entre los años 50 y 60 del siglo XX se vendría a entender como una zona de subducción dentro del pa- radigma de la Tectónica de Placas. En los casos anteriores el trasfondo del concepto de vena volcánica es más ficticio. El objetivo de este trabajo es mostrar cómo el encuentro entre la Historia y la Geología abren conjuntamente una ventana hacia una mejor comprensión de las implicaciones de las manifestaciones geo- lógicas, tales como el volcanismo y la sismicidad, en la cosmovisión de la sociedad, ya que se involucra al ser humano como actor principal de ese complejo marco geológico y social existente en América Central, tal y como lo señalan Peraldo y Mora (1995). Nos enfocaremos en la compleja relación que existe entre los procesos sísmicos y eruptivos en el contexto de ambientes volcánicos activos, y para ello se revisarán las erupciones del volcán San Salvador (El Salvador) en 1658, la del volcán de Fuego (Guatemala) en 1717, la del volcán Pacaya (Guatemala) en 1775 y la del volcán Irazú (Costa Rica) en 1723. Estas erupciones fueron analizadas por Peraldo y Mora (1995) desde un enfoque de la amenaza volcánica y la influencia que tienen los procesos volcánicos en el desarrollo sociocultural, y por Peraldo y Montero (1999) desde un enfoque de la sismología histórica. La erupción del volcán San Salvador de 1658, particularmente, ha sido relatada por Lardé (1960), Feldman (1994) y recientemente por Peraldo (2014). La erupción del volcán de Fuego de 1717 y la sismicidad ocurrida ese mismo año es analizada por Peraldo y Montero (1996) y Hutchison et al. (2014). Se incluye además, el caso de la historia reciente de la erupción del volcán Arenal (Costa Rica) en 1968, a partir de información de Sáenz (1977), Alvarado (2011), Alvarado et al (2006) y fuentes hemerográficas de la época, la cual provee un marco de referencia para comparar la actividad volcánica y sísmica histórica analizada ya que se cuenta con datos más precisos 13 de ella, y además presenta similitudes interesantes, desde el punto de vista del proceso eruptivo, con los casos de los volcanes San Salvador y Pacaya. La figura 1 muestra la ubicación de los volcanes así como las poblaciones que se citan en el texto. Revista Nuestro Sur Historia, Memoria y Patrimonio ISSN 2244-7091 Giovanni Peraldo Huertas - Mauricio M. Mora Fernández Procesos sísmicos y volcánicos en los siglos XVII y XVIII: casos específicos de América Central Fig 1: Ubicación de volcanes y poblaciones que se citan en el texto. Historia, geología y sismología A inicios de la década de 1990, la Escuela Centroamericana de Geología de la Universidad de Costa Rica fue sede de una investigación sobre sismicidad histórica en América Central, que representaba la opor- tunidad única de construir el conocimiento a partir de fuentes docu- mentales primarias ubicadas en el Archivo General de Indias (Sevilla, España), el Archivo General de Centro América (Guatemala) así como otros archivos eclesiásticos y hemerográficos en Costa Rica. En ese entonces, la historiadora Claudia Quirós Vargas, quien participó en esa pesquisa documental, decía que “En el marco, tanto de la co- 14 yuntura social, que con carácter de catástrofe origina la ocurrencia de terremotos, como el de la consecuente búsqueda de soluciones a dichos problemas sociales, se produjo un necesario encuentro entre la Historia y la Geología.” (Quirós, 1992). La historia aporta, entonces, la Revista Nuestro Sur Historia, Memoria y Patrimonio ISSN 2244-7091 Giovanni Peraldo Huertas - Mauricio M. Mora Fernández Procesos sísmicos y volcánicos en los siglos XVII y XVIII: casos específicos de América Central metodología inicial necesaria para una investigación que usa fuentes documentales primarias y extrae evidencias que se pueden denominar “no tradicionales en geología” que permitan a la geología interpretar los procesos sísmicos. La incursión desde la geología en la sismicidad histórica implica el desarrollo de habilidades tales como saber buscar, leer e interpretar en función del momento histórico en el que se originó el documento y extraer la información de interés geológico que se requiere. También se debe aprender a confrontar diversos discursos docu- mentales con el fin de extraer los aspectos que a veces no son evidentes o bien eliminar las distorsiones producidas por las percepciones, interés o política. Es acá donde debe intervenir la persona especialista en historia. Mediante una metodología adecuada se pueden conocer datos ex- plícitos tales como daños, percepción del evento, área de impacto y de percepción, y efectos colaterales en la sociedad impactada, a partir de los cuales se hacen cálculos empíricos de magnitud, profundidad e in- tensidad sísmicas. Adicionalmente se puede rescatar información im- plícita dentro del discurso documental, como por ejemplo información sobre daños o sobre el proceso sísmico que pudieron ser manipulados al servicio de intereses particulares. Es por ello que, en este punto, Quirós (1992) reflexiona y advierte: “…los geólogos y sismólogos no se limitan a registrar fríamente cada evento sísmico, su origen, área epicentral, intensidad, etc., como si se tratara de un fenómeno aislado de la sociedad; precisamente aquí radica la importancia que tiene la Sismicidad Histórica para el científico social, al insertar a la sociedad como protagonista del drama que genera cada terremoto o cada evento sísmico.” Siguiendo a Quirós (1992), Peraldo (2013) define sismicidad histórica como el estudio de la evolución de los escenarios de riesgo sísmico desde el enfoque teórico de sistemas abiertos, en otras palabras sistemas que interactúan y se modifican. Realmente no podemos separar el estudio del sismo de la comprensión del escenario de riesgo histórico, pues ambos elementos están íntimamente relacionados, en tanto debemos entenderlos como espacios sociales en constante 15 evolución, lo que significa que si analizamos la sociedad actual, debemos hurgar en su pasado para comprenderla dentro de esa di- mensión temporal. Revista Nuestro Sur Historia, Memoria y Patrimonio ISSN 2244-7091 Giovanni Peraldo Huertas - Mauricio M. Mora Fernández Procesos sísmicos y volcánicos en los siglos XVII y XVIII: casos específicos de América Central Fuentes de información utilizadas y método de trabajo Para este artículo se utilizaron las fuentes documentales pro- cedentes de información primaria localizada en los fondos Audiencia de Guatemala del Archivo General de Indias (Sevilla, España) y en el Archivo General de Centroamérica (Ciudad Guatemala, Guatemala), extractados por Claudia Quirós y Giovanni Peraldo en 1992. Los do- cumentos provenientes de estos archivos son, en general, ricos en detalles, lo que refleja la aguda observación de las personas que se interesaron profundamente por lo que describían. La información para cada volcán se organiza en el Apéndice 1 y la información contenida en él soporta la descripción de los procesos que se analizan, información referente al inicio y la evolución de los procesos sísmicos o volcánicos, sus características, entre otros. También se investigaron en fuentes se- cundarias (relatos, crónicas de viajeros, recopilaciones de información sísmica y volcánica, documentación científica, entre otras) que hacen referencia a información relativa a las erupciones y los eventos sísmicos. Sisniega Muñoz (2006) provee una valiosa y completa trans- cripción de testimonios recabados por el notario Don Joseph Garín para los eventos de 1717 y que están contenidos en el legajo 305 del Archivo General de Indias de Sevilla, España y de la cual extraemos algunos pasajes importantes. La primera parte del trabajo consistió en extraer y poner en orden cronológico los pasajes que hacían referencia a la actividad sísmica y volcánica. En ese punto es que surgen las fuentes de incertidumbre, las cuales conviene aclarar. La primera consiste en la determinación de las horas en que ocurría cada proceso, por cuanto se debe considerar que: 1) los documentos históricos corresponden con comunicados que hacían los escribanos a las autoridades superiores, ya sea políticas o eclesiásticas, sobre los acontecimientos y no necesariamente eran testigos de esos procesos, sino fuentes secundarias (algunas ela- boradas por escribanos alejados del sitio de actividad geológica); 2) las dificultades de comunicación de la época, donde generalmente grandes áreas afectadas estaban casi deshabitadas; 3) la poca precisión en la 16 medición del tiempo, por ejemplo medido en avemarías o credos; 4) problemas inherentes a las percepciones de los actores, entre otros. La segunda fuente de incertidumbre proviene de la reconstrucción de la geografía histórica, donde: 1) La ubicación de algunas poblaciones se torna complicada porque ya no existen o fueron trasladadas, 2) las Revista Nuestro Sur Historia, Memoria y Patrimonio ISSN 2244-7091 Giovanni Peraldo Huertas - Mauricio M. Mora Fernández Procesos sísmicos y volcánicos en los siglos XVII y XVIII: casos específicos de América Central referencias a la nomenclatura de rasgos geográficos esenciales como los volcanes o poblados, mismos que no corresponden a como se conocen hoy en día, 3) errores generados por los escribanos, 4) errores provenientes de la transcripción de los documentos originales por parte de la persona investigadora, entre otros.También juega un papel importante el manejo de las distancias, lo cual se hacía antiguamente por medio de la “legua” que generalmente rondaba entre los 4 y 7 km. La RAE (2014) define la legua en 5572,7 m según el sistema antiguo español. La segunda parte de la investigación consistió en la reconstrucción e interpretación de los procesos geológicos a la luz del conocimiento actual y según el contexto histórico en que fueron descritos los eventos. Reconstrucción histórica de las erupciones. Erupción del volcán El Playón en 1658 Actividad volcánica La erupción inicia el 3 de noviembre de 1658, pero no hay claridad en la hora, por cuanto de los documentos solo es posible establecer un rango entre las 11 a.m. y las 2 p.m. de la tarde. La erupción tuvo lugar en el cerro El Playón (ver figura 1) cercano al volcán San Salvador, y se interpreta a partir de la documentación que esta fue antecedida por un desprendimiento de una parte del flanco noreste que generó una avalancha cuyo flujo, según se indica, se habría dirigido cerca de Opico. Este evento había sido interpretado por Peraldo y Mora (1995) como la destrucción del cono producto de las erupciones, lo cual no es muy preciso. Geomorfológicamente, el cerro El Playón se encuentra despor- tillado hacia el noreste, lo cual denota que hubo un gran deslizamiento de ese sector. Por lo tanto, no es claro que la avalancha producto del desprendimiento del flanco del volcán se haya dirigido al nor-noroeste tal como las fuentes refieren, hacia donde se encuentra Opico con respecto a El Playón. Esta incongruencia tampoco es posible resolverla por cuanto solo un texto hace referencia a ese suceso. La actividad eruptiva continuó entre las 10 p.m. del 3 de noviembre y 17 la medianoche del 4 de ese mes. Para entonces ya se habrían formado, al menos, 6 nuevos cráteres, aunque los documentos no precisan en cuánto tiempo sucedió. Estos cráteres se formaron en dirección sur- sureste del cerro El Playón, es decir, en dirección a la cúspide del volcán Revista Nuestro Sur Historia, Memoria y Patrimonio ISSN 2244-7091 Giovanni Peraldo Huertas - Mauricio M. Mora Fernández Procesos sísmicos y volcánicos en los siglos XVII y XVIII: casos específicos de América Central San Salvador. De ellos solo quedaría uno activo, que se interpreta que sería la “boca” que alcanzó la mayor altitud sobre el flanco nor-oeste del volcán, por cuanto se veía activa desde varios puntos. Es posible que la actividad alcanzara el cráter cuspidad del volcán San Salvador, pues se decía que “la llama” se podía observar desde la ciudad de San Salvador, lo cual no sucede con el cerro El Playón (figura. 2 a). Un tercer pulso eruptivo, se habría dado el 4 de noviembre entre las entre las 10 a.m. y las 11 a.m., el cual no habría sido tan explosivo como los anteriores, ya que la población de Opico no se percató sino hasta que salió de la iglesia. La actividad eruptiva se habría prolongado hasta mediados del mes de diciembre según se desprende de los documentos. Uno de los principales procesos asociados con esta erupción y descritos en los documentos es el flujo de lava que avanzó bifurcada en dos direcciones: la primera hacia el Noreste, hacia el pueblo de Nejapa y la segunda hacia el Noroeste, en dirección al pueblo de Opico. En Peraldo y Mora (1995) así como en Lardé y Larín (1978), se indica que el pueblo de Nejapa fue rodeado por esta colada de lava. Sin embargo, en el análisis de los documentos se desprende una descripción inte- resante que deja entrever que la colada de lava habría podido impactar Nejapa directamente, aunque no queda claro tampoco si la destruye por completo: “Luego sucesivamente vino labrando por toda la falda del volcán cogiendo para abajo pasó diez leguas dejando las sabanas en mal país; de tal suerte que llegó a la orilla del Río Nejapa, y de tal suerte que pasó todo el camino real del pueblo de Nejapa pasó el río y serró el camino…”(Archivo General de Centroamérica, A1.1, Exp.2, Leg. 1). Otro efecto secundario producto de la colada de lava fue el repre- samiento del “Río Nejapa”, actual río Sucio, lo que formó posteriormente una laguna (Lardé y Larín, 1978; Ferrés et al., 2011). Actividad sísmica De los documentos se desprende que durante la mañana del 3 de no- viembre de 1658 hubo actividad sísmica precursora de la erupción volcánica que luego aumentó. Empero, no es posible elucidar si el aumento fue en el número de eventos sísmicos, en su magnitud o en 18 ambos. Los documentos nos hablan también por un lado, que hubo un sismo importante que acompañó el inicio de la erupción entre las erupción entre las 11 a.m. y el mediodía del 3 de noviembre, en tanto que otros pasajes de los documentos se refieren a uno o varios temblores entre la 1 y las 2 pm. Uno de ellos es más específico e indica que luego Revista Nuestro Sur Historia, Memoria y Patrimonio ISSN 2244-7091 Giovanni Peraldo Huertas - Mauricio M. Mora Fernández Procesos sísmicos y volcánicos en los siglos XVII y XVIII: casos específicos de América Central Fig. 2: Perfiles de los volcanes descritos en el texto Muestra la distancia a las poblaciones citadas. 19 de un sismo grande a eso de la 1 pm se suceden otros, así como la ac- tividad eruptiva. Se desprende de ello una incertidumbre de unas cuatro horas en torno al inicio, tanto de la erupción, como del evento sísmico concomitante. Revista Nuestro Sur Historia, Memoria y Patrimonio ISSN 2244-7091 Giovanni Peraldo Huertas - Mauricio M. Mora Fernández Procesos sísmicos y volcánicos en los siglos XVII y XVIII: casos específicos de América Central Seguidamente en los documentos se habla de un terremoto a las 10 p.m. de la noche del 3 de noviembre, sin que se asocie actividad eruptiva alguna. Al respecto habrían dos posibilidades: 1) la hora está equivocada por ser una fuente basada en un testigo no presencial y por lo tanto corresponda con la erupción de la medianoche; 2) cabe la po- sibilidad de que se tratara de un sismo volcano-tectónico de magnitud moderada (se desprende del texto que fue corto, pero fuerte) y que pudiera ser precursor de la fase eruptiva reportada a eso de la me- dianoche que acompañaría la segunda erupción y generaría daños en la ciudad de San Salvador. En cuanto al impacto de la sismicidad en la ciudad de San Salvador, es interesante que en las descripciones no se le dé tanta importancia al primer sismo ocurrido entre las 11 y las 3 pm, lo cual sugiere que la primera erupción no habría sido tan grande, lo que representaría una ruptura parcial del conducto. Es posible, eso sí, que el sismo pudiera haber generado daños parciales en la ciudad de San Salvador. A esto se agrega también la poca claridad sobre los daños generados por el segundo sismo ocurrido a las 10 la noche, el cual es descrito que ocurrió de manera instantánea y que si hubiese durado más tiempo (“un credo mas”) hubiese derribado templos y casas. En contraste, para el evento de la medianoche se indica que habría derribado edificios y casas. Cabe la posibilidad, en suma, que los daños en la ciudad de San Salvador podrían haber sido severos y parciales, de manera que eventualmente algunas estructuras como casas cayeran pero no al punto de destruir completamente la ciudad. Asimismo, por la descripción de los hechos, la hipótesis de que el sismo de las 10 de la noche fuera diferente y un precursor de la actividad de la medianoche es más probable. Erupción del volcán de fuego en 1717 Actividad volcánica En los documentos se reporta que desde la ciudad de Santiago (ac- tualmente Antigua Guatemala) durante la mañana del 27 de agosto de 1717 el volcán empezó a “humear” más de lo que lo venía haciendo pre- viamente, lo cual sugiere que desde hace algún tiempo ya había desga- sificación y que esta iba en aumento (figura 2 b). Más tarde, a eso de las 20 7 de la noche del 27 de agosto de 1717 se habría iniciado la erupción, la cual va in crescendo hasta que entre la medianoche y la 1 a.m. del 28 de agosto de 1717 alcanza un clímax. Posteriormente, la actividad eruptiva disminuye, pero se mantiene todo el día 28 de agosto hasta que un nuevo pulso eruptivo, posiblemente mayor que el inicial, tiene lugar Revista Nuestro Sur Historia, Memoria y Patrimonio ISSN 2244-7091 Giovanni Peraldo Huertas - Mauricio M. Mora Fernández Procesos sísmicos y volcánicos en los siglos XVII y XVIII: casos específicos de América Central después de las 6 p.m. y seguidamente continúa con altibajos hasta la media noche. De los textos se desprende que la actividad continuó hasta el día 29 de agosto de 1717, por lo menos durante la mañana. Los testimonios recogidos en la época por el notario Joseph Garín, con- tenidos en el Legajo 305 del Archivo General de Indias (Sevilla, España) y transcritos por Sisniega Muñoz (2006) contienen una riqueza des- criptiva que permite confirmar esta secuencia eruptiva. De estos do- cumentos se extrae el testimonio don Joseph González Batres, vecino de la ciudad de Guatemala, quien describe lo siguiente: “…que la noche del dia veinte y siete de Agosto passado de este año vio desde la Ciudad de Guatthemala donde se hallaba, que desde prima (sic) noche empezó uno de los volcanes de fuego a-ercharlo lentamente, y a la una de la medianoche tanto que parecía querer consumir el anvito que tiene la Ciudad y toda su comarca, que como a las tres de la madrugada paró, y se mantubo todo el dia con obscuridad de nubes y humo hasta que puesto el sol a-veinte y ocho de d.ho mes de Agosto se descubrió el fuego con mas orror, y abundancia que la noche antessedente, pues del que arrojava para avajo en ruedo piedras y llamas, que-enderezaba para la Región parecia un volcan sobre otro todos de insendios los que pasaron a-las diez oras dela noche, interpu- estas oraciones, patente en ambas noches…volviendo dicho volcan a-el arrojo de-sus llamas con mas fuerza cerca de las cinco de la mañana del día Domingo veinte y nuebe de dicho mes…”(Archivo General de Indias, Gobierno de Guatemala, Legajo 305). En forma más resumida, pero contundente, el capitán don Miguel de la Barrera también vecino de la ciudad de Guatemala describió: “…Dijo que vio echar fuego el volcan de-este nombre, las noches de-vein- te y siete y veinte y ocho de Agosto passado de-este año, y la madrugada del dia veinte y nueve con-tal violencia en tres ocaciones que juzgaron todos acavaria con la Ciudad…”(Archivo General de Indias, Gobierno de Guatemala, Legajo 305). Las descripciones sobre actividad volcánica durante el mes de sep- tiembre sugieren que esta habría disminuido considerablemente, lo cual es soportado por uno de los textos que describen que todavía para el 19 de septiembre el volcán seguía “echando humo” pero que agradecían a Dios por haberlos librado del fuego. Sin embargo, en el 21 siguiente extracto es posible también suponer que la actividad volcánica y sísmica se habría prolongado hasta el mes de noviembre de 1717, según el testimonio del mismo capitán don Miguel de la Barrera el cual indica lo siguiente: Revista Nuestro Sur Historia, Memoria y Patrimonio ISSN 2244-7091 Giovanni Peraldo Huertas - Mauricio M. Mora Fernández Procesos sísmicos y volcánicos en los siglos XVII y XVIII: casos específicos de América Central “…y hasta oy seis de Noviembre se-an-ido repitiendo tres espacies de movimientos de la tierra una de temblores ordinarios, otra de Bramidos del volcan que tambien hazen mover la tierra y causan grande orror a- los havitadores…” (Archivo General de Indias, Gobierno de Guatemala, Legajo 305) y más adelante agrega: “…que hizo el de fuego con su vora- sidad despidiendo de si inexplicable porcion de-matheria, a aviendo cons- sumido con su fuego por espacio de mas de dos meses, quanta matheria es capaz de quemarse…” (Archivo General de Indias, Gobierno de Gua- temala, Legajo 305). Actividad sísmica La riqueza descriptiva plasmada en los documentos permite distinguir diferentes tipos de sismicidad durante el mismo periodo en que ocurre la actividad eruptiva del volcán de Fuego. En primera instancia, de forma concomitante con los episodios eruptivos, se describen vibraciones continuas y lentas, acompañadas de estruendos, que estremecían las puertas y ventanas, incluso las casas y la catedral. Los reportes relativos a estas trepidaciones continuas se extienden hasta el 18 de agosto de 1717. Para el día 5 de septiembre de 1717 se describen varios temblores desde antes de las 04 de la madrugada y hasta la noche de ese día. Estos temblores se describen como largos y no hay actividad eruptiva que se haya reportado simultánea con ellos. Posteriormente, la actividad sísmica disminuyó. El 29 de septiembre se describen tres sismos sucedidos en un intervalo de unos 15 minutos. Los primeros dos no son tan fuertes con respecto al tercero, al cual atribuyen los daños más importantes en la ciudad. Para el domingo 3 de octubre de 1717 se describe un sismo largo que generó movimientos hacia los lados. Erupción del volcán Irazú en 1723 Actividad volcánica Esta erupción la estudia Alvarado (1993) en su tesis doctoral. En este artículo se hará un extracto de lo que fue esta erupción, pués es im- portante su reseña por la actividad sísmica asociada. La erupción empezó 22 el día 17 de febrero, cuando a las 3 de la tarde desde la ciudad de Cartago se observó en las alturas del volcán un “plumaje muy fecundo” que en la noche ya se observaban fenómenos de incandescencia que en el do- cumento redactado por el gobernador Diego de la Haya Fernández, se les denomina “llamas” (Fig 2 e). Durante la actividad del volcán Turrialba Revista Nuestro Sur Historia, Memoria y Patrimonio ISSN 2244-7091 Giovanni Peraldo Huertas - Mauricio M. Mora Fernández Procesos sísmicos y volcánicos en los siglos XVII y XVIII: casos específicos de América Central (Costa Rica) entre octubre de 2014 y mayo del 2015, se reportaron esos efectos de incandescencia que corresponden con el flujo de gases a alta presión y temperatura, que son observados en la noche como si fueran llamas que salen del cráter del volcán. Aun cuando no se descarta que las “llamas” observadas en 1723 correspondieran con magma durante las erupciones estrombolianas que podían ser observadas desde la ciudad de Cartago. De las narraciones sobre la erupción se pueden diferenciar dos tipos de sonidos: 1) Retumbos que la población asociaba a la erupción y 2) Un sonido diferente que es descrito como un rumor sordo por debajo de toda la ciudad durante la noche del día 19 de febrero. Hacer la diferencia entre si ambos sonidos constituyen procesos volcánicos per se o que pudiera tratarse de enjambres de sismicidad volcano-tectónica que podría haberse generado a diferentes profundidades no es fácil. Lo más plausible podría ser lo segundo en vista de la distancia entre el volcán y la ciudad de Cartago (15 km en línea recta aproximadamente). En la mañana del día 20 de febrero, seguía el sonido descrito líneas arriba. Todavía en abril de 1723 continuaba la actividad eruptiva, con eyección de material piroclástico de todo tamaño. El documento consultado llega hasta diciembre de 1723, sin conocerse hasta cuándo se extendió la ac- tividad. No obstante, Peraldo (1996) refiere un documento de la Curia Me- tropolitana, fechado el 23 de junio de 1724 en que se describen corrientes de lodo (lahares) que transitaron por el río Reventado debido a “…las muchas arenas que dimanan del volcán…” (Archivo Eclasiástico de la Curia Metropolitana, caja 11, folios 283 y 290, 23 de junio de 1724) lo que se interpreta que la erupción continuaba aún a mitad del año 1724. Actividad sísmica El día 20 de febrero a las 4 de la mañana se sintió en la ciudad un temblor grande que no provocó daños. Este sismo coincidió con el sonido sordo que se empezó a escuchar desde el día 19 de febrero. Luego en el documento se describe un efecto curioso ocurrido a las 6 de la mañana, que lo asocian con un retumbo grande, posiblemente porque se escuchó pero que “…estremeció toda la ciudad abriendo las puertas y ventanas de viviendas de la ciudad…”. 23 Revista Nuestro Sur Historia, Memoria y Patrimonio ISSN 2244-7091 Giovanni Peraldo Huertas - Mauricio M. Mora Fernández Procesos sísmicos y volcánicos en los siglos XVII y XVIII: casos específicos de América Central Erupción del volcán Pacaya en 1775 Actividad volcánica Si bien sobre esta erupción hay cierta riqueza descriptiva, la in- formación que se desprende de ella genera muchas dudas cuando se trata de reconstruir los eventos. En primera instancia, si bien en los documentos se señala que la erupción inició el 2 de julio de 1775, no hay referencias en cuanto a la hora y únicamente es posible conocer que ocurrió durante la noche. Seguidamente se indica que la erupción ocurrió en el cerro conocido como “Los Humitos”, el cual no es fácil de ubicar, al menos, directamente de los documentos. En el “Croquis del Bolcán de Pacaya en el Reino de Guathemala y Terreos adiaccentes, Rebentaron en Fuego, Humo y Pedras el dia 2 de de Jullio de 1775” del Archivo General de Centroamérica, que encuentra reproducido en Feldman (1993), no hay referencia alguna a “Los Humitos”, solo se señalan dos bocas, la primera que se formó (mostrada con la letra F) y que se ubica en la parte inferior del volcán Pacaya (indicado en el croquis con la letra C) y la segunda denominada como “Gran Boca” (señalada con la letra H, ubicada más cercano a la cima del Pacaya). Sobre ese documento existen varias versiones de la época, con algunas variaciones, como la que se encuentra en Peraldo y Mora (1995). Por otra parte, únicamente se pudo encontrar una referencia en Sapper (1925) donde narra: “En la falda NO del cráter encontré en 1892 ligeras fumarolas (“Los Humitos”) nacidas en 1891”. Lo interesante del caso es que más adelante Sapper se refiere a la erupción de 1775 con base en datos de Montessus de Ballore (1884) y de la obra Kosmos Vol. IV de Alexander von Humbolt, con una fecha errónea del 11 de julio de 1775, y en ningún momento hace una conexión entre “Los Humitos” y la erupción. No es claro, entonces, si por coincidencia Sapper nombra el lugar donde ve las fumarolas como“ Los Humitos” o bien si ya conocía ese topónimo para ese lugar. Actualmente ningún cono anexo al volcán Pacaya lleva ese nombre y el único cerro existente en el flanco noroeste del volcán Pacaya es el cerro Chino. En cuanto al desarrollo de la erupción se describe que se formaron nueve “bocas”; sin embargo queda la duda sobre cómo habría sido la 22 dinámica eruptiva que las generaron y cómo evolucionaron. Se habla que se habrían formado por lo menos nueve bocas y que algunas de ellas fueron cubiertas. En las que permanecen abiertas se describe una ac- tividad profusa al mismo tiempo que se habla de una boca principal, que es la que está permanente y se acerca lentamente al volcán Pacaya. La Revista Nuestro Sur Historia, Memoria y Patrimonio ISSN 2244-7091 Giovanni Peraldo Huertas - Mauricio M. Mora Fernández Procesos sísmicos y volcánicos en los siglos XVII y XVIII: casos específicos de América Central descripción es confusa y contradictoria con respecto a la actividad de las bocas. Por otro lado, en uno de los textos se hace referencia a que las “nueve bocas” y “respiraderos” ocupan un espacio de “legua y media de largo y cincuenta varas de ancho”. El “largo”, equivaldría a unos 6 a 7,5 km, lo cual significa que las bocas habrían llegado hasta el sector suroeste del valle del río Michatoya donde se asienta la ciudad de Amatitlán (Fig 2 c), lo cual no parece plausible. Incluso se habla que al cabo de 30 días se van “descubriendo mayores bocas” por lo que queda la duda si se trata de nuevos cráteres o es que los existentes se han hecho más grandes. La literatura volcanológica actual atribuye repetidamente al cerro Chino la erupción de 1775. Sin embargo, esta relación no es clara, al menos, en la literatura consultada. Kitamura y Matías (1995), por ejemplo, no asocian ninguno de los niveles de tefra de caída que estudiaron a la erupción de 1775. Dichos autores describen una unidad de depósitos de tefra (que denominan Pc-Pt12) y una colada de lava (dirigida hacia el Oeste) que provendrían del cerro Chino, pero sugieren que corresponderían con una erupción ocurrida en el año 1565 con base en dataciones radiométricas. La erupción de 1565 es citada por Sapper (1925) y por Paniagua (2002). Adicionalmente encuentran que el depósito de tefra siguiente (unidad Pc-Pt13) tiene muy poco espesor para justificar la magnitud de la erupción de 1775 y además no tiene una colada de lava asociada. Los datos y re- sultados de Kitamura y Matías (1995), no parecen ser suficientes para elucidar cuál depósito podría estar asociado con la erupción de 1775. En su trabajo no se explica dónde se tomaron las muestras para carbono 14 ni su contexto volcanológico, además, la cantidad de dataciones no es suficiente para resolver la posición temporal de los depósitos de tefra. Por otro lado, en la descripción de los depósitos de tefra no se valoran aspectos tales como el retrabajo del material que puede llevar a con- fusiones, entre otros aspectos importantes a considerar en los estudios tefroestratigráficos. Por lo tanto, la posibilidad de que eventualmente los depósitos de tefra y la colada de lava del nivel Pc-Pt12 puedan estar asociados a la erupción de 1775 queda abierta. Actividad sísmica En los documentos se hace referencia a sismicidad percibida antes y 23 después de que ocurriera la erupción del cerro “Los Humitos”. En uno de los textos contabilizan “7 u 8 temblores” con “una especie de ruido subterráneo o hervidero” en la ciudad de Antigua Guatemala a la cual se refiere como “arruinada”. Asimismo en “Amatitan” se reporta que “en Revista Nuestro Sur Historia, Memoria y Patrimonio ISSN 2244-7091 Giovanni Peraldo Huertas - Mauricio M. Mora Fernández Procesos sísmicos y volcánicos en los siglos XVII y XVIII: casos específicos de América Central un solo día se sintieron setenta temblores”. Sin embargo, es interesante, que en los documentos no se haga tanto énfasis en la sismicidad. Esto se discutirá en el apartado respectivo. Discusión En este artículo se lleva a cabo una reconstrucción histórica de cuatro erupciones volcánicas que tuvieron lugar en la época colonial de América Central, a partir de fuentes primarias, secundarias y literatura volcanológica existente. Esto permite poner en evidencia cómo, desde una asociación Historia-Geología y, particularmente desde la Sis- mología Histórica, es posible obtener información valiosa que permite analizar procesos sísmicos y volcánicos, así como su relación, a la luz del conocimiento actual. Actividad volcánica Las erupciones descritas en los documentos y otras fuentes las podemos dividir en dos grupos: el primero que corresponde con las erupciones ge- neradas en focos centrales y el segundo aquellas generadas en conos ubicados en los flancos. En el primer grupo tenemos las erupciones de los volcanes Fuego (1717) e Irazú (1723) y en el segundo tenemos las erupciones del cono El Playón en 1658 (asociado al volcán San Salvador) y el cerro “Humitos” en 1717 (conocido así durante la colonia y que está asociado al volcán Pacaya). Nos extenderemos principalmente en este segundo grupo, cuyas erupciones tuvieron la particularidad de formar varios cráteres en contextos geológicos muy diferentes. El volcán San Salvador y los conos volcánicos asociados como el Playón, estarían po- sicionados dentro de una zona de fallamiento NO-SE (Major et al., 2001; Lexa et al., 2011; Ferrés et al., 2011). Las descripciones de las fuentes primarias dejan con claridad que hubo una migración de la actividad eruptiva en dirección a la cúspide del volcán San Salvador (no se sabe hasta qué altura llegaría). Esta erupción generó una colada de lava tipo a’a bastante extensa de composición basáltico-andesítica (Ferrés et al., 2011). El caso del cerro “Humitos”, en el volcán Pacaya, es más complejo por cuanto no es claro si este correspondería con el actual cerro Chino, aunque 24 las descripciones históricas los acercan y la literatura volcanológica actual así lo ha establecido. Partiendo del supuesto de que en efecto son los mismos, la posición de este foco dentro del macizo del volcán Pacaya sugiere que podría estar asociado a una zona de debilidad remanente de un colapso del flanco SW del volcán Pacaya (Vallance et al., 1995). Revista Nuestro Sur Historia, Memoria y Patrimonio ISSN 2244-7091 Giovanni Peraldo Huertas - Mauricio M. Mora Fernández Procesos sísmicos y volcánicos en los siglos XVII y XVIII: casos específicos de América Central La diferencia de composición del magma y, consecuentemente de viscosidad, así como otros factores como la cristalinidad condiciona la manera en que este elige la ruta a seguir para llegar a la superficie. Es por ello que, en general, los magmas basálticos (de poca viscosidad) asciendan a lo largo de las fallas (sin cortarlas), en tanto que magmas un poco más viscosos como los basáltico-andesíticos pueden moverse a lo largo de fallas, aunque también pueden cortarlas (Zobin, 2003). Aunque claramente el mecanismo y ruta de ascenso del magma es muy complejo, en general vemos que el tipo de magmatismo asociado a la erupción del cerro El Playón, así como del volcán Pacaya (típicamente basáltico, según Vallance et al., 1995) es bastante concordante con lo observado en las erupciones descritas en los documentos. Actividad sísmica En las erupciones estudiadas resaltan las descripciones sobre la ac- tividad sísmica que ocurría en diferentes estadios de actividad, con di- ferentes grados de detalle y matices. La sismicidad en los volcanes tiene muchas particularidades por cuanto refleja procesos complejos que tienen que ver con la dinámica interna de transporte de fluidos (gases, magma y otros fluidos) así como los procesos asociados con ellos y, por otro lado, con el estado de los esfuerzos a nivel local y regional. Tenemos entonces un primer conjunto de señales sísmicas generadas en los volcanes que es el resultado directo de las vibraciones generadas por la circulación de los fluidos dentro del macizo. Son movimientos que pueden ser transitorios o pueden llegar a durar minutos a horas y gene- ralmente no son percibidos. Otro conjunto de señales sísmicas en los volcanes está asociado con las explosiones volcánicas, una vez que la erupción está en curso, y se generan por la descompresión y des- gasificación del magma producto de la fragmentación. Es común que estas señales contengan una fase que tiene que ver con la energía de la explosión que se propaga en el aire, en forma de ondas sonoras y de choque (Ibáñez y Carmona, 2000), las cuales generan trepidaciones y pueden hacer vibrar las ventanas, por ejemplo. El tercer conjunto de señales que podemos encontrar en los volcanes, son conocidas como sismos volcano-tectónicos y son generados por la ruptura del medio 25 rígido y consecuente movimiento a lo largo de los planos de ruptura. En estos últimos, lo más complejo de determinar es la fuente, ya que en un volcán activo la sismicidad volcano-tectónica puede resultar de: 1) la transmisión de energía como dinámica de una tectónica regional (incluso local) y 2) la transmisión de energía debido a la interacción Revista Nuestro Sur Historia, Memoria y Patrimonio ISSN 2244-7091 Giovanni Peraldo Huertas - Mauricio M. Mora Fernández Procesos sísmicos y volcánicos en los siglos XVII y XVIII: casos específicos de América Central con la dinámica de los fluidos dentro del sistema volcánico (Ibáñez y Carmona, 2000). De cuatro casos históricos analizados, hay mayor certeza de que únicamente para el caso de la erupción del cerro El Playón en 1658 se habrían generados daños de importancia en la ciudad de San Salvador por causa de los procesos magmáticos asociados con ella. La se- cuencia sísmica la comprende un conjunto de sismos precursores, un primer sismo asociado con el colapso del flanco NE del cerro El Playón y la consecuente erupción, un evento premonitor de la segunda ex- plosión asociada con la formación de los otros cráteres y que estaría acompañada también por un sismo, el de mayor magnitud, que habría generado los daños más importantes en la ciudad. El sismo principal habría sido percibido a una distancia de hasta 15 km del centro eruptivo. Peraldo y Montero (1999) calculan una magnitud de 6,0 (a partir de la máxima intensidad, la cual estiman en VIII), la cual es razonable con base en Zobin (2001), quien señala que la magnitud (Mw) de los sismos volcano-tectónicos significativos varía entre 4,5 y 6,0 en caso de erupciones fisurales o en flanco de los volcanes. Es probable incluso, que eventualmente la magnitud pudiera ser menor, considerando la baja calidad de las construcciones de la época, así como even- tualmente otros efectos tales como amplificación de ondas sísmicas en el área bajo la ciudad. El hecho de que la sismicidad fuese conco- mitante con las erupciones sugiere que sea volcano-tectónica ligada a los procesos de ascenso y salida de magma a la superficie, por lo que se concuerda con la tesis de Peraldo y Montero (1999). En este sentido también se esperaría que esa sismicidad fuera somera (< 5 km). En el caso del volcán Arenal (Costa Rica), vemos que el evento sísmico más significativo antes de la erupción lateral del 29 de julio de 1968 ocurrió el día 17 de julio y tuvo una magnitud Mw 5,1 según reporta Zobin (2001) con base en datos del International Seismological Center. Melson (1977) con base en datos de T. Matumoto y T. Minakami indica que la magnitud máxima alcanzada durante el enjambre horas antes de la erupción no habría sido mayor a 4,5. La primera explosión ocurrió el 29 de julio a las 07:30 hora local y formó tres cráteres alineados E-O, aunque no es posible saber si se formaron simultánea 26 o secuencialmente (Alvarado et al., 2006 y referencias allí citadas). Queda destruida la población de Pueblo Nuevo (figura 2 f). Este primer momento fue acompañado simultáneamente por un temblor que, según un testigo, movía fuertemente su casa (ver Apéndice 1). El 30 de julio a las 2:30 pm una nueva explosión, al parecer más fuerte que la primera Revista Nuestro Sur Historia, Memoria y Patrimonio ISSN 2244-7091 Giovanni Peraldo Huertas - Mauricio M. Mora Fernández Procesos sísmicos y volcánicos en los siglos XVII y XVIII: casos específicos de América Central volvió a producir un sismo que estremeció las viviendas, y posiblemente corresponde con la apertura de otro cráter. El Castillo, población donde se encontraba el testigo que narró los sucesos (ver Apéndice 1, figura 1) estaba a una distancia de 5 km del volcán Arenal. Esta distancia es la tercera parte de la distancia entre el foco eruptivo de El Playón y la ciudad de San Salvador, no obstante, este macizo volcánico es mucho más grande y con una historia eruptiva mucho más compleja y violenta que el Arenal. Las perturbaciones generadas por el movimiento de magma desde una cámara magmática de mayor tamaño se traducirían en una sismicidad volcano-tectónica que puede generarse en un área mayor, en superficie y profundidad,y tener mayor impacto.También queda abierta la posibilidad de que hubiera existido perturbación en fallamientos corticales cercanos al volcán como lo describen Schmidt- Thome (1975), quien propone una serie profusa de fallas que cortan el área donde se asienta la ciudad de San Salvador y que tienen un rumbo NO, son verticales a subverticales; o Lexa et al. (2011) quienes proponen una estructura en graben de rumbo ONO – ESE para el centro de El Salvador en donde se enmarcan los volcanes San Salvador, El Playón y la caldera de Ilopango y un fallamiento secundario de rumbo NNO - SSE casi paralelas a una zona de debilidad cortical que incluye al volcán San Salvador. En el caso de la erupción del volcán de Fuego, las narraciones nos permiten poner en evidencia diferentes tipos de sismicidad. En primera instancia se describen vibraciones continuas que acompañaban la ac- tividad eruptiva y es claro cómo en ningún momento hay referencias a explosiones súbitas, tal y como se plasma en la siguiente descripción: “…causando siempre que con fuerza las echava, movimientto continuo de tierra, aunque no mui grande pero capaz de hacer menear puerttas, ventanas y aldabas, que se oian…” (Archivo General de Indias, Gobierno de Guatemala, Legajo 305). La actividad eruptiva se acompañó de enjambres de sismos vol- cano-tectónicos que alcanzarían un máximo de magnitud el 5 de sep- tiembre cuando se describen 2 eventos durante el día y otro en la tarde que llamaron la atención. Ya para el 16 de septiembre esta actividad sísmica iba disminuyendo. El 29 de septiembre de 1717 se generan tres sismos después de las 6 de la tarde, de los cuales el tercero destruye 27 la ciudad de Santiago de los Caballeros (Antigua Guatemala). Peraldo y Montero (1999) asignaron a este último sismo una magnitud Ms 6,5. Las descripciones contenidas en las fuentes documentales de la época no dejan dudas sobre carácter local de los sismos. El testimonio don Revista Nuestro Sur Historia, Memoria y Patrimonio ISSN 2244-7091 Giovanni Peraldo Huertas - Mauricio M. Mora Fernández Procesos sísmicos y volcánicos en los siglos XVII y XVIII: casos específicos de América Central Joseph González Battres, vecino de la ciudad de Guatemala, describe lo siguiente sobre los temblores: “…que la noche de San Miguel poco despues de las oraciones se expe- rimentó un grande temblor con expantoso ruido, y saliendo el declarante huiendo al patio de su casa empessaron a caer Texas de-que se escapó por la prestreza que tubo en la salida a dicho patio, en-el que luego ex- perimentó segundo temblor, y espentoso ruido tan grande o maior que-el primero y de-suerte que el texado despedia las Texas, y unos arboles frutales, la fruta que tenían y cessado que-fue dicho segundo temblor, no huvo valor en ninguno como en otras ocaciones lo avía avido para entrar a la vivienda dela casa mantiniendose en el atio hasta que como a-la me- dia ora poco menos. Vino el tercer temblor tan desmedido en la duración, y movimiento de tierra que causaba, que fue preciso por la necesidad ten- der el cuerpo en el suelo esperando por instantes les tragase la tierra…” (Archivo General de Indias, Gobierno de Guatemala, Legajo 305). Por otra parte el capitán don Miguel de la Barrera narra lo siguiente: “…dia de S.n. Miguel veinte y nueve de septiembre, poco despues de anocheser, cerca de las siete de la noche con movimientos tan grandes y extraordinarios que-era levantada la tierra de avajo para arriba que- parece-que-el fuego del volcan reprimido de la tierra…”(Archivo General de Indias, Gobierno de Guatemala, Legajo 305). Los testimonios contenidos en el legajo 305 también son con- sistentes en reportar varias decenas de réplicas luego de los sismos del 29 de setiembre de 1717, tal y como lo describe el testimonio del don Félix de Castro presbítero promotor fiscal de la Curia Eclesiástica y administrador del Hospital de San Pedro de la ciudad de Guatemala: “…experimentando aquella noche los que quedaron vivos mas de treinta, o quarenta temblores...” (Archivo General de Indias, Gobierno de Guatemala, Legajo 305). 28 La información obtenida nos hace soportar la interpretación de Peraldo y Montero (1999) quienes propusieron que una fuente sísmica cortical cercana a la ciudad de Santiago de los Caballeros sería el origen de los temblores del 29 de setiembre de 1717. Sin embargo, queda la duda sobre la naturaleza de la perturbación del campo de Revista Nuestro Sur Historia, Memoria y Patrimonio ISSN 2244-7091 Giovanni Peraldo Huertas - Mauricio M. Mora Fernández Procesos sísmicos y volcánicos en los siglos XVII y XVIII: casos específicos de América Central esfuerzos que habría activado ese fallamiento, por cuanto puede estar ligada directamente con la actividad volcánica o bien puede ser totalmente independiente de ella. Hutchison et al. (2014) sugiere lo primero y plantea que la sismicidad del 29 de setiembre estaría ligada a una intrusión desde el volcán Fuego, quizás en forma de dique. Sin embargo, la discusión sobre este particular queda abierta ya que con la información disponible no es posible evacuar esa duda. Fi- nalmente, la actividad sísmica que se extracta de los documentos durante este periodo culmina con la descripción de un sismo ocurrido el 3 de octubre y que generó movimientos “en olas”, lo cual es típico de una fuente sísmica lejana que no tendría relación con la actividad volcánica. Peraldo y Montero (1999) consideran este sismo asociado a la subducción. La erupción del volcán Irazú en 1723 es muy similar a la del volcán de Fuego, donde la sismicidad es posible que se haya generado por en- jambres de sismos volcano-tectónicos de magnitud moderada (M<4,5) pero descritos como muy frecuentes. La erupción de 1775 del volcán “Humitos”, del macizo del volcán Pacaya, es narrada con menos detalles, por lo que quedan muchas interrogantes. En los documentos se hace referencia a dos tipos de sismicidad: 1) Trepidaciones generadas por la actividad volcánica mencionadas como “palpitación de la tierra” o “especie de ruido sub- terráneo o hervidero”, y 2)enjambres sísmicos generados por fuentes corticales cercanas activadas por el movimiento de magma (actividad volcano-tectónica), según se indica en los documentos: “donde en un solo día se sintieron setenta temblores”. Es interesante, sin embargo, que en los documentos no se haga tanto énfasis en la sismicidad, lo cual sugiere que: 1) Esto refuerce la hipótesis de que la erupción de 1775 hubiese sido un episodio menor, y 2)que haya un sesgo de parte de los escribanos hacia la descripción de la actividad volcánica en detrimento de la descripción de la actividad sísmica con algún fin particular.En este sentido, Peraldo (2014) propone que la erupción del Pacaya, fue en parte usada para tener otro motivo para trasladar la ciudad de Santiago de los Caballeros al Valle de la Ermita, tal como el poder real sugería, al que se oponía el poder eclesiástico. No obstante, aunque también se generó apertura de cráteres, es difícil aportar una hipótesis sobre el tamaño de 29 los sismos, por cuanto el colapso de las casas en San Cristóbal deA- matitán referidas en la información documental (Fig 2 d), también pudo Fig. 6. Plato con imagen de edificación (fotografía Ana Rodríguez, 2004). Revista Nuestro Sur Historia, Memoria y Patrimonio ISSN 2244-7091 Giovanni Peraldo Huertas - Mauricio M. Mora Fernández Procesos sísmicos y volcánicos en los siglos XVII y XVIII: casos específicos de América Central generarse por la caída profusa de ceniza, tal y como se evidencia en el siguiente extracto: “…al de San Cristóbal arruinado con el peso de la arena y movimientos de la tierra.” (Archivo General de Indias, Audiencia de Guatemala, legajo 450). Conclusión general Las erupciones históricas analizadas en este trabajo dejan abierta una serie de preguntas sobre la posible interpretación de los procesos sísmicos y volcánicos ocurridos en la época de la colonia. El análisis a la luz del co- nocimiento actual también pone en evidencia los avances y vacíos que todavía existen en la investigación geológica, geofísica y geográfica de los volcanes estudiados, así como la disparidad en el conocimiento que hay en estos ámbitos en los países de América Central. Los avances que se puedan hacer desde estas disciplinas, en alianza con análisis his- tóricos pertinentes de las diferentes épocas estudiadas que enmarcan los procesos geológicos acá analizados, permitirán reconstruir de la mejor manera los eventos geológicos del pasado con miras a una mejor gestión del riesgo sísmico y volcánico en el futuro. Agradecimientos Esta investigación ha sido parcialmente apoyada por el proyecto de in- vestigación N°113-B4-082 “Patrones sísmicos: una ventana a la com- presión de la dinámica interna de los volcanes activos de Costa Rica”, de la Vicerrectoría de Investigación de la Universidad de Costa Rica. A los editores del presente dossier por habernos invitado a participar en él. Asimismo se agradece la revisión científica y los comentarios del Geól. Gerardo J. Soto, que mejoraron y enriquecieron este trabajo. Fuentes consultadas Alvarado, G.E. (1993). Volcanology and petrology of Irazú Volcano, Costa Rica (Tesis de doctorado). Universidad de Kiel. 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Mora Fernández Procesos sísmicos y volcánicos en los siglos XVII y XVIII: casos específicos de América Central Apéndice 1 Datos históricos de las erupciones de los volcanes: San Salvador (1658), Fuego (1717), Irazú (1723), Pacaya (1775) y Arenal (1968). Volcán - Fecha Hora Actividad volcánica Actividad sísmica Referencias (año/mes/ apróximada día) (*) San Salvador 1658/11/03 Amanecer Primeros sismos (El Salvador) (alrededor sentidos: “…El de las 05:50 domingo pasado tres (1) de la madru- desde el amanecer A.G.C.A.,A1.1, gada) comenzaron algunos Exp.2, Leg. 1 temblores y con el (2) día apretaron…” (1) A.G.C.A.,A1.1, Exp.2, Leg. 1, Folios 4 a 5 Entre las Referencias al inicio de “Reventó domingo 11:00 y las la erupción, en el cerro 3 de noviembre de 2:00 de la El Playón: 1658 a las 11 o las tarde “…El principio de 12 del dia con tem- este fuego fue su blor grande…” (1) reventazón arriba en un cerro que esta junto al “…pues a la una volcán grande [volcán el día quando esta de San Salvador]. ciudad estava tan Reventó domingo 3 descuidada y los de noviembre de 1658 vecinos della, vino a las 11 o las 12 del un temblor horrible dia... y en la cumbre de y formidable y se dicho serro[El Playón] fueron continuando reventó luego una voca otros muchos que grande echando nueva obligaron a todos ceniza que hasta hoy religios y vecinos a continua… dicha boca desamparar casas y de fuego tiro por el conbentos…” (2) serro abajo…” (1) “…Domingo entre la “…Domingo entre la una una y dos de la tarde y dos de la tarde que se que se contaron tres contaron tres de este pre- de este presente mes sente mes de noviembre de noviembre de mil de mil seiscientos cin- seiscientos cinquenta quenta y ocho años….y y ocho años hubo 34 estando en medio de este tan grande temblores conflicto dio un trueno o sucesivos que causa- traquido tan grande que ron mucho grimo y no se puede encarecer espanto…” (1) Revista Nuestro Sur Historia, Memoria y Patrimonio ISSN 2244-7091 Giovanni Peraldo Huertas - Mauricio M. Mora Fernández Procesos sísmicos y volcánicos en los siglos XVII y XVIII: casos específicos de América Central Volcán - Fecha Hora Referencias (año/mes/ apróximada Actividad volcánica Actividad sísmicadía) (*) el ruido y estruendo que “…y mas los brami- hizo y sucesivamente dos que insesante- se fue continuando este menteesta causando ruido cuando se vido que con esto ordinarios en medio del volcán hacia temblores unos mayo- la parte del pueblo de res que otros…” (1) Nejapa había reven- tado levantando tanta humareda que al parecer llegaba hasta el cielo despidiendo de si el humo y lloviendo tanta máquina de arena…” (1) Referencias al despren- dimiento de una parte del flanco del cerro El Playón: “…reventó un cerro grande en agua y con tal violencia que en mas de una legua de tierra llana hizo una inundacion hasta cerca del dicho pueblo de Opico…”(1) Entre el Entre las Referencias a la forma- Ocurre un segundo 1658/11/03 10:00 pm y la ción de nuevos cráteres: terremoto: “…a las y el medianoche “…y como a una legua doce de la noche del 1658/11/04 poco mas a los doce dicho diarevento otra de la noche del dicho que causo el terremo- día reventó otra…y con to en esta ciudad… esto se abrieron otras derribando templos, seis bocas grandes sin conventos y casas de muchas pequeñas y todos los vecinos…”(1) solo han quedado la que causo el terremoto, es confusión berla echar de si tanta maquina de fuego y piedra para arriba que parecen aves remontadas por la region encendidas...las bocas que se apagaron son tan 35 orrendas que llegado a la orilla no ay vista…”(1) Revista Nuestro Sur Historia, Memoria y Patrimonio ISSN 2244-7091 Giovanni Peraldo Huertas - Mauricio M. Mora Fernández Procesos sísmicos y volcánicos en los siglos XVII y XVIII: casos específicos de América Central Volcán - Fecha Hora Referencias (año/mes/ apróximada Actividad volcánica Actividad sísmicadía) (*) La actividad eruptiva “…y mas los bramidos fue: “...el fuego desde que insesantementeesta estas bocas fueron causando con esto ordi- labrando el volcán narios temblores unos por la cumbre arriba, mayores que otros…” ya está la llama en la (1) cumbre que se puede ver desde la ciudad de San Salvador...”. (1) “…el Volcán con todo está lleno de bocas por esta parte la llae visto que baja acia San Salvador…” (1) Referencias a la “…El mesmo día como formación de nuevos a las diez de la noche cráteres: “…y como a vino otro temblor que una legua poco mas a aventajó a los ante- los doce de la noche riores tan instantáneo del dicho día reventó que a durar un credo otra…y con esto se mas, puciera por tierra abrieron otras seis bo- templos y cassas pero cas grandes sin muchas quedaron tan arruina- pequeñas y todos solo das que son inhabita- han quedado la que bles…” (1) causo el terremoto, es confusión berla echar Esta referencia se de si tanta maquina incluye por cuanto de fuego y piedra para parece ser contradic- arriba que parecen toria con los reportes aves remontadas por la de daños más severos region encendidas...las indicados en los re- bocas que se apagaron portes anteriores: “…y son tan orrendas que mañana 8 del corriente llegado a la orilla no ay se hace otra procesión vista…”(1) de sangre de niños que con aber sido tan La actividad eruptiva espantoso el terremoto fue: “...el fuego desde pasado como lo testifi- estas bocas fueron can algunos ancianos 36 labrando el volcán que hoy viven no llega por la cumbre arriba, al extremo que al pre- ya está la llama en la sente y pruebase señor cumbre que se puede que el convento de ver desde la ciudad de Santo Domingo de San Salvador...”. (1) Revista Nuestro Sur Historia, Memoria y Patrimonio ISSN 2244-7091 Giovanni Peraldo Huertas - Mauricio M. Mora Fernández Procesos sísmicos y volcánicos en los siglos XVII y XVIII: casos específicos de América Central Volcán - Fecha Hora Referencias (año/mes/ apróximada Actividad volcánica Actividad sísmicadía) (*) “…el Volcán con todo dicha ciudad no llegó está lleno de bocas a partir y maltratar los por esta parte la llae arcos de las iglesia que visto que baja acia San son de notable fortale- Salvador…” (1) za…solo decimos que el daño presente no se puede reparar con veinte mil pesos…” (1) 1658/11/04 10:00 – 11:00 Referencia a un nuevo Se mantiene la actividad de la mañana pulso eruptivo: “… sísmica sentida: “… Cantada ya la misa y tantos temblores y acavada la procesión terremotos como desde antes de salir de la el tres del corriente an iglesia que sería como continuado…” (1). a las diez u once del día, se vido que una “…y desde el mesmo nube congelada de punto que sucedió el pri- arena se venía caiendo mer temblor hasta hoy sobre todo el pueblo y siete del corriente no an todo el valle del curato faltado ni faltan…” (1) de los vecinos de dicho pueblo [Opico]…? (1) Este pulso habría durado varias horas: “…que duro esto mas de dos oras…y luego fue sesando el riesgo y quiso Dios como tan misericordioso, amaneciese el dia con- vertido en noche” (1) Volcán de 1717/08/27 Desde la Referencias al inicio No hay referencia de Fuego mañana de la erupción: actividad sísmica. (Guatemala) “…el viernes veinte y siete de agosto desde (3) A.G.I., por la mañana empezó Gob. Guat., unos de los quatrobol- Leg. 305 canes que cercan la 37 ciudad de Guathemala a echar más humo del que regularmente echa...” (3). Revista Nuestro Sur Historia, Memoria y Patrimonio ISSN 2244-7091 Giovanni Peraldo Huertas - Mauricio M. Mora Fernández Procesos sísmicos y volcánicos en los siglos XVII y XVIII: casos específicos de América Central Volcán - Fecha Hora Referencias (año/mes/ apróximada Actividad volcánica Actividad sísmicadía) (*) Entre el Entre Referencias al clímax Se percibe actividad 1717/08/27 las 07:00 eruptivo: sísmica que acompaña y el pm hasta la “…comenzó el volcán el inicio de la erupción: 1717/08/28 1:00 de la a echar fuego, como “…el estruendo de dicho madrugada desde las siete de la bolcán era con temblor noche llegando a tal contínuo que movía augmento a la una de las cassas, y la Iglesia ella, que la voracidad Cathedral como el más del mismo fuego, u recio temblor que, tal otro algún efecto del sería?” (3). volcán hacia hizo tan grande y tremendo “…y tremendo bramido bramido continuo…” continuo y sin cesase en (3). seis horas, que la ciudad se estremecía, aunque “…este fue creciendo con lentitud, las puertas [se refiere al humo] y ventanas temblaban y hasta que a la media los habitadores (…) tan noche empezó a echar grande horror…” (3). tanto fuego, con tan gran estruendo y rui- do que se percibió por algunas partes en cien leguas de distancia y por otras partes en doscientas leguas… y entendimos los havi- tadores de Guathema- la quedar consumidos y aniquilados con la gran cantidad de fue- go, y rios de el y de la piedra encendida que despedia…” (3). 1717/08/28 Durante la Referencias a la “…y se celebraron madrugada disminución en la muchas missas en actividad eruptiva: las puertas de dicha “…con lo cual se iglesia por el temblor serenó esta tormenta continuo que causaba a la madrugada el dia el estruendo y ruido 38 veinte y ocho…” (3) del Bolcán…” (3). Revista Nuestro Sur Historia, Memoria y Patrimonio ISSN 2244-7091 Giovanni Peraldo Huertas - Mauricio M. Mora Fernández Procesos sísmicos y volcánicos en los siglos XVII y XVIII: casos específicos de América Central Volcán - Fecha Hora Referencias (año/mes/ apróximada Actividad volcánica Actividad sísmicadía) (*) De las 06:00 Referencias a un Se mantiene la acti- pm hasta la incremento en la vidad sísmica: “…y medianoche actividad eruptiva: “… el contínuo temblor este diasavadoprosiguio de tierra…” (A.G.I., todo wel bolcán echan- Gob. Guat., Leg. do gran cantidad de 305). humo, ceniza, y arena y a la oración bolvió con mayor horror el ruido originado de los bramidos que dava,...ya despedía mas fuego que la noche antecedente, y los rios de fuego y pie- dra encendida en maior abundancia…Iglesias y cassas por dichos bramidos ya despedía mas fuego que la noche anterior” (3). “…hasta el dia siguien- te, [28 de setiembre] en que ceso el rumor, aun- que no el fuego, y humo, el cual se augmentó a las cinco de la tarde volviendo el estrepito hasta las diez horas de la noche en cuio tiempo se volvieron suscitar los lamentos…” (3). Referencias a los altibajos en la actividad eruptiva: “…y al signar el obispo con el pectoral en el conjuro se entro el fuego en el bolcanzezo el ruido y de correr el rio de piedras y fuego, que todo duro hasta la medianoche…” (3). 39 Revista Nuestro Sur Historia, Memoria y Patrimonio ISSN 2244-7091 Giovanni Peraldo Huertas - Mauricio M. Mora Fernández Procesos sísmicos y volcánicos en los siglos XVII y XVIII: casos específicos de América Central Volcán - Fecha Hora Referencias (año/mes/ apróximada Actividad volcánica Actividad sísmicadía) (*) 1717/08/29 Durante la “…en cuio tiempo se mañana volvieron suscitar los lamentos, confessiones, procesiones conjuros, absoluciones y exor- taciones y lo mismo sucedio la mañana del dia siguiente veinte y nueve de agosto siendo estos tres días en esta ciudad símbolo del juicio final…” (3) 1717/09/05 Antes de las Los documentos no “…el dia cinco de 04:00 de la proveen información setiembre, domingo, madrugada explícita sobre la antes de las cuatro de actividad eruptiva. la mañana ubo temblor mui grande…” (A3). 05:00 am Ídem comentario “…y a las cinco de la anterior mañana ubo otro tam- bién mui largo…” (3). Durante Ídem comentario “…ese mismo dia es- la tarde, anterior tando en el sermón de aunque no la tarde en la catedral se precisa la ubo otros dos y se fue- hora ron continuando de dia y de noche…” (3). 1717/09/16 11:00 y Referencias a una La actividad sísmica las 12:00 disminución de la disminuye: “…el día mediodía actividad eruptiva: diez y seis entre once “…los temblores y doce del día conjuró hasta el dicho día el obispo el volcán… siempre venían con dicho día zesaron los bramidos o retumbos temblores con el conju- que daba el volcán ro…” (3). que estremecían la tierra con movimien- tos para arriba, que según Aristóteles son 42 los peores y los más peligrosos…” (3). Revista Nuestro Sur Historia, Memoria y Patrimonio ISSN 2244-7091 Giovanni Peraldo Huertas - Mauricio M. Mora Fernández Procesos sísmicos y volcánicos en los siglos XVII y XVIII: casos específicos de América Central Volcán - Fecha Hora Referencias (año/mes/ apróximada Actividad volcánica Actividad sísmicadía) (*) 1717/09/19 De las 06:00 Para este día se indica Para este día se indica pm hasta la que la actividad eruptiva que ya había un cese medianoche había disminuido con- en la actividad sís- siderablemente desde mica desde el día 16: el día 16: “…aunque “…El domingo diez siempre echando y nueve de setiembre, humo el volcán, fue la ya sin temblores des- procesión general de penitencia…por avernos de el diez y seis…” librado de fuego del (3) volcán, del río de fuego y piedras, ceniza, arena, y temblores…” (3). 1717/09/29 6:07 pm No hay referencias a la Primer temblor: “… actividad eruptiva aquel día [29 de sep- tiembre] después de la oración, sobrevino el primer temblor que duraría medio quarto de hora, aunque este no hizo estrago…” (3) 6:15 pm Segundo temblor: “…y aviendo pasado por otro medio quarto de hora, sobrevino el segundo…” (3). 6:20 pm Tercer temblor: “…y como le sacaron a conjurar el bolcán sobrevino el tercer temblor, este y los demás causados de dicho volcán, viniendo todos y cada uno con tal ruido por debajo de la tierra que parce se funde ya esta, y mas cuando todos an traído los movimientos para arriba…” (3). 43 Revista Nuestro Sur Historia, Memoria y Patrimonio ISSN 2244-7091 Giovanni Peraldo Huertas - Mauricio M. Mora Fernández Procesos sísmicos y volcánicos en los siglos XVII y XVIII: casos específicos de América Central Volcán - Fecha Hora Referencias (año/mes/ apróximada Actividad volcánica Actividad sísmicadía) (*) Referencias a una fuente sísmica diferente:“…hasta los principios de la noche del 29 de setiembre del mismo, en que vol- vieron a empezar con tanta furia, y fortaleza y movimientos extra- ños, que destruyeron mucha parte de los edificios públicos, y de particulares.”(3). 1717/10/03 Entre las No hay referencias a “…el domingo 3 de 11:00 pm y la la actividad eruptiva octubre día del Rosario medianoche entre once y dosse de la noche ubo otro temblor tan largo como el último día de San Miguel pero este no causó nuebo estrago, porque aunque tan grande como el otro, no tuvo los movimien- tos para arriba, sino a los lados, pues parecía la tierra en largo es- pacio y tiempo un mar con olas…” (3). Referencia a un sismo de una fuente más lejana: “…habiendo avido la noche del dia tres de octubre uno maior que los primeros, en que la tierra se movia como las olas del mar, o como cuando la nao cabecea en el…” (3). 44 . Revista Nuestro Sur Historia, Memoria y Patrimonio ISSN 2244-7091 Giovanni Peraldo Huertas - Mauricio M. Mora Fernández Procesos sísmicos y volcánicos en los siglos XVII y XVIII: casos específicos de América Central Volcán - Fecha Hora Referencias (año/mes/ apróximada Actividad volcánica Actividad sísmicadía) (*) 1717/10/14 No hay referencias a la “…Desde el día 30 actividad eruptiva de setiembre hasta oi catorce de octubre no anzesado los temblores, ni los bramidos del bolcán con que regularmente vienen experimen- tándose desde el día de San Miguel hasta oy otro modo de es- truendo del bolcán, y temblores que ya no son bramidos, sino un ruido como si se desplomara del volcán al centro de la tierra alguna cosa mui pesada quedando el golpe en el centro ocaciona grande etruendo, y tal que se percibe ser mui cuan- tiosa la máquina que cae por dentro, esta ocasionando el ruido de caer causa el tem- blor de toda la tierra y con otro modo irregular de temblar, son continuos estos movimientos, y temblores de día y de noche…” (3) Volcán Irazú 1723/02/17 4:00 am Retumbos fuertes No hay referencias (Costa Rica) continuos y fenómenos sobre la actividad (4) González incandescentes en la sísmica (1910) cima, vistos desde la ciudad de Cartago Durante la Nuevos efectos de noche incandescencia (el 45 documento se refiere a “llamas” (4)). Fragmentos incandes- centes vistos desde la ciudad de Cartago Revista Nuestro Sur Historia, Memoria y Patrimonio ISSN 2244-7091 Giovanni Peraldo Huertas - Mauricio M. Mora Fernández Procesos sísmicos y volcánicos en los siglos XVII y XVIII: casos específicos de América Central Volcán - Fecha Hora Referencias (año/mes/ apróximada Actividad volcánica Actividad sísmicadía) (*) 1723/02/18 Entre Se nota un cambio No hay referencias sobre las10:00 y morfológico en la la actividad sísmica 11:00 de la cima, por la formación mañana de una pequeña loma . de acumulación de material piroclástico 3:00 pm Aparece una exhala- ción que el documen- to refiere un “plumaje blanco” (4) 5:00 pm Disminución de los truenos y retumbos Durante la Aumentó la actividad noche eruptiva 1723/02/19 6:00 am Se interpreta actividad No hay referencias so- menor según el con- bre la actividad sísmica texto de documento Durante la “…Rumor sordo por noche debajo de la tierra por toda la ciudad…” (4). También destaca que se observaba un au- mento de las “…bolas y piedras encendidas con mayor abundancia que anteriormente…” (4). Para que este material se observara desde la ciudad, signi- fica que el tamaño ser métrico. 1723/02/20 Durante la “…Rumor sordo por 46 mañana debajo de la tierra por toda la ciudad…” (4). 4:00 am Temblor grande aunque no provocó daños Revista Nuestro Sur Historia, Memoria y Patrimonio ISSN 2244-7091 Giovanni Peraldo Huertas - Mauricio M. Mora Fernández Procesos sísmicos y volcánicos en los siglos XVII y XVIII: casos específicos de América Central Volcán - Fecha Hora Referencias (año/mes/ apróximada Actividad volcánica Actividad sísmicadía) (*) 6:00 am Retumbo enorme que estremeció toda la ciudad abriendo las puertas y ventanas de viviendas de la ciudad (¿temblor?)) Durante la Temblor tarde 1723/02/20 Medianoche Temblor al 1723/02/21 1723/02/21 1:00 am Temblor mayor con respecto a los ante- riores. 5:00 pm Temblor. Se repitieron los retumbos en lo que al mismo tiempo abrían puertas y ventanas 10:00 pm Retumbo grande y salida de bombas vistas desde la ciudad de Cartago. 1723/02/24 4:00 am Retumbos grandes 1723/02/26 4:00 am Nuevos retumbos 1723/02/27 01:00 am Caída abundante de ceniza en Cartago 1723/03/14 Por contexto se infiere Hasta este día han que el volcán seguía su ocurrido temblores actividad eruptiva con “tenues”. intermitencias entre máximos y mínimos de actividad 1723/04/03 Entre las Inmediatamente al tem- Temblor grande 10:00 y blor grande el volcán sentido más en los 11:00 pm aumentó el ruido que techos de las casas y según el documento se patios de ellas, según 47 parecía a “…cincuenta el documento. fraguas estuvieren ma- nejando sus fuelles…” (4) Revista Nuestro Sur Historia, Memoria y Patrimonio ISSN 2244-7091 Giovanni Peraldo Huertas - Mauricio M. Mora Fernández Procesos sísmicos y volcánicos en los siglos XVII y XVIII: casos específicos de América Central Volcán - Fecha Hora Referencias (año/mes/ apróximada Actividad volcánica Actividad sísmicadía) (*) Luego el fuego aumen- . tó lanzando el volcán fragmentos a tanta altura que “…mientras subían y bajaban á la misma candelada, se podían rezar cuatro credos…” (4) 1723/12/11 Hasta la fecha hay días que se sienten entre cuatro y ocho temblores Volcán 1775/07/02 Durante la Referencias al inicio Referencias a daños por Pacaya noche de la erupción en los temblores: “…al de (Guatemala) cerro anexo al volcán San Cristóbal arrui- Pacaya: nado con el peso de la (5) A.G.I., “…En la noche del dia arena y movimientos de Audiencia de 2 del corriente, y si- la tierra…” (5) Guatemala, guientes hasta la fecha Leg. 450 se ha distinguido una “…Se han perdido los prodigiosa erupción de frutos de la cercanía, fuego a distanacia de cuyos moradores llenos 11 leguas de este pro- de pavor, han buscado visional establecimien- abrigo en la distancia, to…en un cerro que no huyendo de aquella se conocía por volcán, lobreguez y frecuen- y está inmediato al te palpitación de la nombrado Pacaya… tierra…” (5) ilumina toda la circun- “…Digalo en el ferencia despidiendo Amatitan distante de como unas exalaciones tres a cuatro leguas encendidas, o fuegos de la boca del fuego, volantes que eleván- donde en un solo día dose a considerable se sintieron setenta altura corren la region temblores…” (5). vecina con diversidad de apariencias…” (5). “…En la arruinada ciu- dad se observaron en el “…Con la noticia, que día de la reventazón 7 u tuve el 2 del que acaba 8 temblores, y repetidos de haber reventado un antes, y después de ella, cerro cerca del volcán con aquella especie de de Pacaya, hechando ruido subterráneo o 48 un tronco grueso de hervidero…” (5). fuego, y ramage de humo, que se observa desde este estableci- miento [la Hermi- ta]…” (5) Revista Nuestro Sur Historia, Memoria y Patrimonio ISSN 2244-7091 Giovanni Peraldo Huertas - Mauricio M. Mora Fernández Procesos sísmicos y volcánicos en los siglos XVII y XVIII: casos específicos de América Central Volcán - Fecha Hora Referencias (año/mes/ apróximada Actividad volcánica Actividad sísmicadía) (*) La actividad ocurre en el cerro Los Humitos: “...el estrago que causó el cerro nombrado Los Humitos, inmediato al Volcán de Pacaya, con el fuego y materiales que han expedido por tres bocas que se abrieron la noche del dia dos de julio...” (5). Luego migró hacia la parte cuspidal del volcán: “...que se han abierto en el citado cerro tres bocas más y se han cerrado otras con la piedra de cuyo número no se hace especificación, que la principal está perma- nente y acercándose aunque con lentitud al nominado Volcán de Pacaya, subsistiendo sin incremento ni disminución del rio de fuego que gira al Sur...” (5) Referencias a la forma- ción de otros cráteres: “...descubriéndose nueve bocas profundí- simas, y distintos res- piraderos, que ocupan el espacio de legua y media en lo largo, y con cincuenta varas de ancho. En estas bocas se notan como unas tempestades contínuas, según el estruendo y 49 frecuente centelleo, despidiendo muchas piedras...” (5) Revista Nuestro Sur Historia, Memoria y Patrimonio ISSN 2244-7091 Giovanni Peraldo Huertas - Mauricio M. Mora Fernández Procesos sísmicos y volcánicos en los siglos XVII y XVIII: casos específicos de América Central Volcán - Fecha Hora Referencias (año/mes/ apróximada Actividad volcánica Actividad sísmicadía) (*) En el “establecimien- to provisional” de La Hermita, sólo se escucharon las explo- siones: “…En este establecimiento no se ha sentido el más leve temblor, y solo algunos estallidos como tiros de cañon, que se perciben al desprenderse sin duda las materias que arrojan las bocas…” (5). Del mismo modo se confirma que no hubo daños: “… Por la piedad del Altísimo no se ha notado en este establecimiento el menor efecto sensible de tan prodigioso fenómeno…” (5). Referencias a la posible duración de la erupción: “…que después de 30 días registra con mayor incremento, y extensión: pues sucesivamente se van descubriendo mayores bocas…” (5) Referencias a la colada de lava: “…Este rumbo sigue un caudaloso río de fuego, que se forma de las materias sufureas del volcán, que derreti- das se registran corren 50 lentamente 2 leguas hasta que lo oculta una profunda quebrada… (5) Revista Nuestro Sur Historia, Memoria y Patrimonio ISSN 2244-7091 Giovanni Peraldo Huertas - Mauricio M. Mora Fernández Procesos sísmicos y volcánicos en los siglos XVII y XVIII: casos específicos de América Central Volcán - Fecha Hora Referencias (año/mes/ apróximada Actividad volcánica Actividad sísmicadía) (*) 1775/08/12 Se reporta todavía Retumbo enorme que actividad eruptiva: “… estremeció toda la acompaño a VE el ciudad abriendo las certificado adjunto que puertas y ventanas de contiene substancial- viviendas de la ciudad mente las noticias que (¿temblor?)) se me han comunicado hasta el 12 del que acaba, reducidas a que las bocas continúan hechando considerable porción de fuego…y subsistiendo sin aumen- to ni disminución el rio de fuego que gira hacia el sur…” (5) Volcán 1968/07/26 El volcán Arenal estuvo lan- (Costa Rica) zando fuertes Melson retumbos (9) (1977) (6) Alvarado (2011) (7) La Nación, miércoles 31 de julio de 1968, págs 30 a 32 (8) La Nación, 4 de agosto de 1968, pág 100 (9) 1968/07/28 Entre las 11 Sismos sentidos y de la noche que alarmaron a la 1968/07/29 del 28 y población. Los sismos las 06 de la no habrían superado mañana del los 4,5 grados de 29 (6,7) magnitud. (6,7, 9) 1968/07/29 07:30 de la Erupción peleana que Datos de testigo para mañana (6,7) inicia en el cráter “A” la erupción del 29 de en la mitad del flanco julio a las 7:30 am: oeste del cono. La “…y al asomarme erupción generó flujos por una ventana de la y oleadas piroclásticas, casa [se encontraba así como un intenso en la población de El bombardeo de bloques. Castillo] que en ese 51 (6,7) momento se movía fuertemente vi como se elevaba a gran altura la gran cantidad de arena…” (9) Revista Nuestro Sur Historia, Memoria y Patrimonio ISSN 2244-7091 Giovanni Peraldo Huertas - Mauricio M. Mora Fernández Procesos sísmicos y volcánicos en los siglos XVII y XVIII: casos específicos de América Central Volcán - Fecha Hora Referencias (año/mes/ apróximada Actividad volcánica Actividad sísmicadía) (*) Datos de testigo: “…el lunes a eso de las 7:30 amoyó algo así como una flota de aviones viendo al instante que del cerro Arenal salía gran cantidad de humo negro . De seguido la explosión como de bombas y en el instante vi como salía gran cantidad de llama- radas que el volcán lanzaba hacia el W oscurecienciendo todo. A las 11:30 la segunda explosión más fuerte y de más duración que la primera, oímos como se desprendía el montón de materia …” (9) 1968/07/29 Se forman tres nuevos La actividad sísmica al cráteres en el flanco posterior a la explo- 1968/07/31 oeste. La mayoría de los sión no fue sentida y materiales provenía del se estima que habría cráter “A”. (6,7) tenido magnitudes inferiores a los 3,5 La erupción que se grados. (6,7) produjo ayer martes (30 de julio) a las cinco de lamañana formó sobre Las labores de rescate el cono del Arenal un se dificultaron por los inmenso hongo como contínuos temblores deexplosión atómica quese produjeron en que se elevó hacia el la localidad de San cielo hasta unos veinte Cristóbal, Fortuna y mil Las Palmas. (8) pies de altura a la vez que expulsaba y Un reporte de las once esparcio a gran distan- y cuarenta y cinco ciacientos de toneladas minutos de ayer (30 de cenizas y rocas de junio) da cuenta de incandescentes. (8) que temblores en los caceríos Las Palmas, A las cuatro de la ronadora, Arenal, La mañana de ayer (30 de Fortuna, Aguas Zar- 52 julio) hubo una fuerte erupción de ceniza y cas, al tiempo que se una arena húmeda. Hay escuchaban pavorosos fuertes retumbos que rugidosque a modo producen una vibración de truenos produce el que se ha confundido volcán que continua con temblores. (8) en erupción. (8) Revista Nuestro Sur Historia, Memoria y Patrimonio ISSN 2244-7091 Giovanni Peraldo Huertas - Mauricio M. Mora Fernández Procesos sísmicos y volcánicos en los siglos XVII y XVIII: casos específicos de América Central Volcán - Fecha Hora Referencias (año/mes/ apróximada Actividad volcánica Actividad sísmicadía) (*) Para el día 30 datos de Para el día 30 datos testigo: “…El señor de testigo: “…El Peralta Hernández señor Peralta Her- relata que el martes [30 nández relata que el de julio] a las 2:30 de la martes [30 de julio] tarde sintieron un fuerte a las 2:30 de la tarde estremecimiento de la sintieron un fuerte casa…” (9) estremecimiento de la casa…” (9) 1968/07/31 Periodo de calma rela- al tiva(6,7) 1968/08/03 1968/08/03 Emisión de cenizas, al lapilli y vapor de agua, 1968/08/10 seguido de actividad fumarólica de los tres nuevos cráteres. (6,7) 1968/08/14 Fuertes explosiones al seguidas por efusión de 1968/08/19 coladas de lava desde el cráter “A” (6,7) 53 Revista Nuestro Sur Historia, Memoria y Patrimonio ISSN 2244-7091