Dibujos de Enrique Echandi Iván Molina JiménezIván Molina Jiménez Eugenia Zavaleta OchoaEugenia Zavaleta Ochoa Editores Instantes Instantes de lo cotidianode lo cotidiano Colección Identidad Cultural CC.SIBDI.UCR - CIP/3980 Nombres: Echandi, Enrique, 1866-1959, artista. | Molina Jiménez, Iván, 1961- , editor. | Zavaleta Ochoa, Eugenia, editora. Título: Instantes de lo cotidiano / dibujos de Enrique Echandi ; Iván Molina Jiménez, Eugenia Zavaleta Ochoa, editores. Descripción: Primera edición digital. | San José, Costa Rica : Editorial UCR, 2023. | Colección Identidad cultural. Identificadores: ISBN 978-9968-02-083-1 (PDF) Materias: LEMB: Dibujos costarricenses. | CC.SIBDI: Echandi, Enrique, 1866-1959 – Trabajos pictóricos. Clasificación: CDD 741.097.286--ed. 23 Edición aprobada por la Comisión Editorial de la Universidad de Costa Rica. Primera edición impresa: 2002. Primera edición digital (PDF): 2023. © Editorial Universidad de Costa Rica, Ciudad Universitaria Rodrigo Facio. San José, Costa Rica. Apdo.: 11501-2060 • Tel.: 2511 5310 • Fax: 2511 5257 administracion.siedin@ucr.ac.cr www.editorial.ucr.ac.cr Todos los derechos reservados. Prohibida la reproducción de la obra o parte de ella, bajo cualquier forma o medio, así como el almacenamiento en bases de datos, sistemas de recuperación y repositorios, sin la autorización escrita del editor. Hecho el depósito de ley. Las opciones de resaltado del texto, anotaciones o comentarios dependerán de la aplicación y dispositivo en que se realice la lectura de este libro digital. Prólogo Entre el Escándalo y el Silencio Iván Molina Jiménez Desde una Perspectiva Fugaz Eugenia Zavaleta Ochoa Enrique Echandi, dibujante Ana Mercedes González Kreysa El movimiento cotidiano de la historia Steven Palmer Dibujos de Enrique Echandi vii 1 7 11 15 acErca dE los EditorEs 149 l poeta y educador Roberto Brenes Mesén, en un artículo publicado en el periódico El Fígaro en noviembre de 1900, señalaba: “en el ‘santoral’ de los pintores desgraciados el nombre de Enrique Echandi [1866-1959] tiene un lugar. Por fortuna las olas de las sombras se van alejando y su figura comien- za a destacarse como un velamen sobre la llanura del golfo. Es un ejemplo de rebeldía contra la conjuración del silen- cio. Su voluntad tenaz va triunfando de las dificultades del medio y llegará a imponerse.”1 La desgracia a que aludía Brenes Mesén se vinculaba con lo que fue el escándalo plástico de finales del siglo XIX en Costa Rica. El Poder Ejecutivo, con vistas a la Exposición Cen- troamericana a efectuarse en Guatemala en 1897, convocó a un concurso para escoger las pinturas y esculturas que represen- tarían al país, las cuales fueron exhibidas en el Edificio Metá- lico en enero del año indicado. El joven Echandi –todavía no cumplía los 31 años– participó con varias obras, una de las cua les vii Pró­lo­go Entre­el­Escándalo­y­el­Silencio Iván Molina Jiménez Escuela de Historia/CIICLA Universidad de Costa Rica E 1. Cabrera Padilla, Roberto, “Enrique Echandi, pintor de historia. Una aproximación icono- gráfica y referencial”. Foro La quema del mesón. Pintura centenaria de Enrique Echan- di (Alajuela, Museo Histórico Cultural Juan Santamaría, 1996), pp. 45-46. era el célebre óleo “La quema del mesón”, excepcional no solo por su tamaño (1,9 x 2,58 metros), sino por su enfoque de la Batalla de Rivas, librada el 11 de abril de 1856, en la que perdió la vida el futuro héroe nacional, Juan Santamaría. La guerra de 1856-1857, emprendida por Costa Rica contra las fuerzas encabezadas por William Walker que dominaban el sur de Nicaragua, se convirtió, treinta años más tarde, en el eje de la invención de la nación costarricense. Los políticos e inte- lectuales liberales, que lideraron tal proceso, encontraron en Santamaría al héroe perfecto: caído en territorio extranjero por defender el orden existente en su suelo natal.2 La recuperación de esta figura por la cultura oficial implicó blanquearlo, ya que era de origen mulato, y representarlo como un bravo soldado, para lo cual el Poder Ejecutivo contrató la fabricación de una estatua con el artista francés Aristide Croizy, la cual fue inaugu- rada en Alajuela el 15 de septiembre de 1891.3 La propuesta de Echandi transgredía completamente la vi - sión que la cultura oficial procuraba difundir: el Santamaría que aparece en el óleo viste como un campesino y es visible su fi- sonomía mulata, y lejos de adoptar una postura heroica, se le ve sangrante y demacrado. La molestia que provocó esta pintura se evidencia en el comentario que Juan Vicente Quirós publicó en el periódico La República del 25 de enero de 1897, en el cual consideró que tal obra era Instantes de lo cotidiano viii 2. Palmer, Steven, “Sociedad anónima, cultura oficial: inventando la nación en Costa Rica (1848-1900)”. Molina, Iván y Palmer, Steven, eds., Héroes al gusto y libros de moda. So - ciedad y cambio cultural en Costa Rica (1750/1900) (San José, Plumsock Mesoamerican Studies, 1992), pp. 169-205. 3. Lemistre Pujol, Annie, Dos bronces conmemorativos y una gesta heroica. La estatua de Juan Santamaría y el Monumento Nacional (Alajuela, Museo Histórico Cultural Juan Santamaría, 1988), pp. 29-47. Fumero, Patricia, “La celebración del santo de la patria: la develización de la estatua al héroe nacional costarricense, Juan Santamaría, el 15 de se - tiembre de 1891”. Molina, Iván y Enríquez, Francisco, Fin de siglo XIX e identidad na - cional en México y Centroamérica (Alajuela, Museo Histórico Cultural Juan Santa maría, 2000), pp. 403-435. “…merecedora de las llamas, reprochable desde el punto de vista artístico… Una caricatura que se burla sacrílegamente del héroe y pone en triste ridículo al país entero.”4 El impacto que la descalificación de su pintura y los ata- ques contra su visión de “la quema del mesón” tuvo en la carre- ra de Echandi es un tema por investigar; sin embargo, es signifi- cativo que, cuando se abrió la Escuela de Bellas Artes en 1897, no se le invitara a unirse a ella, y que tal desdén se repitiera en 1940, cuando dicha institución fue reformada bajo la dirección de Teodorico Quirós.5 El pintor, en esas circunstancias, debió dedicarse a la enseñanza en distintos colegios, un quehacer que no le facilitó formar discípulos; a su vez, el reconocimiento ofi- cial que tuvo fue muy tardío: en 1950, el Museo Nacional orga- nizó una exposición de sus cuadros junto con los de Tomás Po - vedano; y en marzo de 1956, una retrospectiva de sus óleos y dibujos fue inaugurada por la Casa del Artista.6 La valoración sistemática y creciente de la obra de Echan- di –y en particular de “La quema del mesón”– es un fenómeno que se remonta a las dos últimas décadas del siglo XX, vincu- lado con investigaciones que, desde diversas ópticas, empezaron a explorar el origen de la identidad nacional. Los estudios de Ál varo Quesada sobre la literatura del período 1880-1914, los trabajos de Steven Palmer acerca de la inven- ción de la nación, y otros textos similares, permiten compren- der mejor el contexto en el cual los escritores y artistas de la Costa Rica liberal co menzaron a publicar y a exponer sus obras, algunas de las cua les transgredieron los límites de lo que la cul- tura oficial definía como apropiado, patriótico y aceptable.7 Dibujos de Enrique Echandi ix 4. Ferrero, Luis, “La Costa Rica de finales del siglo XIX”. Foro La quema del mesón, pp. 82-83. 5. Echeverría, Carlos Francisco, Historia crítica del arte costarricense (San José, Editorial Universidad Estatal a Distancia, 1986), pp. 43-48. 6. Ferrero, Luis, Sociedad y arte en la Costa Rica del siglo 19 (San José, Editorial Uni- versidad Estatal a Distancia, 1986), pp. 199-201. 7. Para un balance, véase: Molina Jiménez, Iván, “Plumas y pinceles. Los escritores y los pintores costarricenses: entre la identidad nacional y la cuestión social (1880-1950)”. Re - vista de Historia de América. México, No. 124 (enero-junio de 1999), pp. 55-81. * El director del Museo Histórico Cultural Juan Santamaría, Raúl Aguilar Piedra, durante el proceso de edición de un libro sobre la identidad nacional en México y Centroamérica a fines del siglo XIX,8 me informó que el distinguido médico alajue- lense, Bernal Monge Herrera, y su hermano, Ricardo, poseían una valiosa y poco conocida colección de dibujos de Enrique Echandi. El dato despertó mi interés, el cual se acrecentó una vez que, gracias a la gentileza de los coleccionistas indicados, pude observar tales obras: ejecutadas en los materiales más insó- litos, de trozos de papel para envolver pan a envolturas de ci ga- rrillos, representan un variado conjunto de figuras y am bien tes, por lo que constituyen una fuente iconográfica de ex cepcio nal valor para aproximarse a la vida cotidiana costarricense del pe - ríodo anterior a 1950.9 Lo que ocurrió luego tuvo por base una feliz colaboración personal e institucional. Los hermanos Monge Herrera autori- zaron que su colección, compuesta por unos 600 dibujos, fuera rastreada electrónicamente. La dirección del Museo prestó el equipo necesario para realizar tal proceso, y el Centro de Inves- tigación en Identidad y Cultura Latinoamericanas (CIICLA) aportó un asistente, Verónica Ríos, quien se encargó de efectuar el trabajo. La historiadora del arte, Eugenia Zavaleta, seleccionó las 150 obras de Echandi aquí reproducidas, y bajo su dirección, María José Monge elaboró las cédulas correspondientes. La Vi - cerrectoría de Investigación de la Universidad de Costa Rica, por último, financió la publicación del presente libro. El rastreo de los dibujos de Enrique Echandi (de los cuales, y gracias al apoyo del profesor Juan José Marín, se hizo una ex posición, en octubre del 2001, en la página en la red de la Instantes de lo cotidiano x 8. Molina y Enríquez, Fin de siglo XIX e identidad nacional. 9. Sobre las posibilidades de este tipo de material como fuente histórica, véase: Grew, Ray- mond, “Picturing the People: Images of the Lower Orders in Nineteenth-century French Art”. Journal of Interdisciplinary History. XVII: 1 (Summer, 1986), pp. 203-231. Es cuela de Historia)10 ha convertido al CIICLA en el deposi- tario y curador de una extraordinaria base de datos iconográfi- ca, in valorable desde el punto de vista cultural y documental. La consulta de este material por investigadores nacionales y extranjeros ojalá que se traduzca, a corto plazo, en un mejor conocimiento de la Costa Rica de la primera mitad del siglo XX, y del artista que, durante sus paseos cotidianos, no perdía ocasión para dejar constancia, en lo que tuviera a mano, de lo que la vida urbana y rural, sobre todo en su dimensión más po - pular, ofrecía gene rosamente a su voluntad creadora. Dibujos de Enrique Echandi xi 10. “Exposición de dibujos Enrique Echandi”. http://ns.fcs.ucr.ac.cr/~historia/echandi.htm. Véase también: Fernández, Rocío, “El creciente valor inédito Echandi”. Áncora. La Na - ción, 14 de octubre del 2001, p. 4. l artista costarricense Enrique Echandi (1866-1959) ha si - do conocido –sobre todo– por su labor pictórica, especial- mente por sus retratos al óleo. Sin embargo, su interés hacia otros campos artísticos fue más diversificado. A lo largo de su vida, la música ocupó un lugar importante, así como su vasta producción de dibujos. El dibujo fue una de las primeras expresiones artísticas so - bre las que se impartieron lecciones en Costa Rica. En 1857, el alemán D. F. Schellsinger fundó una Academia de Bellas Artes en San José, en donde se enseñaba dicha manifestación. Ade- más se introdujo la asignatura de dibujo en el programa de estu- dios de los colegios de entonces. Años más tardes se contaba con un grupo de profesores que impartían sus conocimientos plásti- cos en los colegios y en sus residencias. Entre estos se encon- traban Achiles Bigot, Enrique Twight, Enrique Etheridge y José Rojas Sequeira. Justamente, Twight y Etheridge fueron profe- sores de Echandi; el primero impartía clases de pintura y el se gundo enseñaba dibujo de figura, adorno y paisaje, así como pastel y óleo. Con estos cursos Echandi se preparó para su pos- terior educación artística en Alemania. En 1886, inició sus estudios en la Academia de Pintura y Dibujo de Leipzig; y, entre 1888 y 1891, los prosiguió en la Escuela de Bellas Artes del Ins- tituto Real de Estudios de Munich. Esta formación convirtió a 1 Desde­una­Perspectiva­Fugaz Eugenia Zavaleta Ochoa MINCI-CIICLA Universidad de Costa Rica E Enrique Echandi en uno de los primeros artistas profesionales costarricenses.1 Con este bagaje, Echandi desarrolló su quehacer artístico, en donde el dibujo tuvo una presencia significativa. De acuerdo con la colección de los hermanos Bernal y Ricardo Monge He - rrera, el artista no sometió el dibujo a su formación académica; en vez de normas rígidas de composición y diseño, buscó la espontaneidad y libertad de trazos ágiles para captar escenas momentáneas y fugaces. En sus andazas por el campo y la ciu- dad, se detenía a plasmar escenas de la vida cotidiana. En algu- nos casos, la fugacidad de la imagen lo inducía a realizarla con trazos rápidos, los cuales en ocasiones no guardaban los cáno- nes de proporción. Ese desacierto hubiera sido intolerado por el artista en sus retratos al óleo. Sin embargo, esto no importaba en los dibujos, pues lo relevante era apresar un momento que no se volvería a dar. Otros trabajos fueron realizados sin tanto apremio, ya que la escena permitía una observación más deteni- da antes de que desapareciera. Aquí los trazos son más mesura- dos y minuciosos. Y, en otras oportunidades, su interés era sólo insinuar la visión que tenía ante sí, por lo que simplificaba las formas en modo extremo. De esta manera, en los dibujos de Echandi van apareciendo los diferentes personajes que poblaban el paisaje rural costa- rricense. Al boyero se le encuentra con su atuendo diario junto a los bueyes. Una campesina recorre un sendero con sus niños. Las vacas pastan en los potreros. Y, por supuesto, el fiel com- pañero no podía faltar, es decir, el perro que camina alegre- mente junto con su amo. Además, se puede apreciar la gente que transita por la calle de un pueblo o se dirige a la iglesia; como también simplemente se puede disfrutar de un paraje soli- tario, en donde la naturaleza es la protagonista. Instantes de lo cotidiano 2 1. Ferrero, Luis, Cinco artistas costarricenses (pintores y escultores) (San José, Editorial Universidad Estatal a Distancia, 1985), pp. 27-28. Ferrero, Luis, Sociedad y arte en la Costa Rica del siglo 19 (Editorial Universidad Estatal a Distancia, 1986), pp. 48 y 54. Echeverría, Carlos, Historia crítica del arte costarricense (San José, Editorial Uni ver- sidad Estatal a Distancia, 1986), p. 43. En este ambiente rural, Echandi se fascinó con los caballos y sus jinetes, quienes representan a diferentes sectores de la so - ciedad. Así se contempla a la dama de alcurnia, que da un paseo montada en su caballo. Mientras que esta se luce al disponerse en posición frontal con respecto al espectador, solitarios y hu - mildes campesinos dan la espalda, y se alejan por senderos con perspectivas que pierden el camino en la lejanía. De este modo, se crea –en algunos casos– una atmósfera de abatimiento y so - ledad, que lleva a pensar en el agobio del duro trabajo diario y en las penurias económicas del campesino. Igualmente, en al- gunas marinas, Echandi dispuso pequeñas figuras abstraídas en la contemplación del inmenso mar. Tanto las figuras solitarias como la atmósfera silenciosa que se percibe en estos dibujos, evocan al pintor alemán Caspar David Friedrich (1774-1840). Este acostumbraba plasmar figu- ras insignificantes que se enfrentaban a distancias y espacios naturales exagerados. De esta forma, enfrentaba al ser humano, al individuo con la naturaleza sublime, que –en realidad– sim- boliza la abrumadora e incomprensible inmensidad del univer- so, en otras palabras, los grandes enigmas espirituales.2 En menor medida, Echandi se interesó por el paisaje urba- no. La ciudad también le brindó la posibilidad de captar las imágenes fugaces y triviales de la vida cotidiana. Posiblemente, mientras se desplazaba por la ciudad, captaba las escenas comu- nes que llamaban su atención en ese momento. Así se aprecia a la gente caminando por las calles, los carruajes en movimiento y los niños jugando. Estas visiones amables de la vida en una ciudad pequeña no lo cegaron para plasmar un punto de vista más sórdido de la urbe. En una esquina, un joven se detiene para decirle algún improperio o –tal vez– hacerle una proposición a la prostituta que espera por un cliente. O muestra la mendiga enajenada que detiene a dos niños para hacerles alguna solicitud. Dibujos de Enrique Echandi 3 2. West, Shearer, The Bulfinch Guide to Art History (London, Bloomsbury Publishing Plc, 1996), pp. 448-449. Rosenblum, Robert. La pintura moderna y la tradición del romanti- cismo nórdico (Madrid, Alianza Editorial, 1993) , pp. 18-19. Echandi no podía obviar el estudio de la figura humana en sus dibujos. También con una sentido plástico diferente al de sus óleos, dibujó a distintos sectores de la sociedad. En estos se pueden apreciar las diferentes actitudes de los personajes, se gún su condición social. Está la mujer con gesto arrogante, que vuelve a ver sobre su hombro, así como la dama sentada de per- fil, que evidencia una posición privilegiada con su vestido largo y su sombrero de ala grande. En contraste, aparece la mujer de extracción popular, que se sienta a fumar un cigarro mientras descansa un poco de sus labores, el pequeño vendedor ambu- lante, y el hombre encorvado por la carga que lleva al hombro. Y, como aspecto poco común en el arte costarricense, dibujó una pequeña figura de una mujer de origen afrocaribeño que carga en brazos a una niña.3 Dentro de la figura humana, un tema que Echandi trató fue el de los niños. También, en este caso, se pueden apreciar los diferentes grupos sociales y los entornos –rural o urbano– a que pertenecían los niños. Un aspecto que disfrutó fue obser- var la pandilla de amigos que se reunían a conversar en el filo de la acera, a hacer piruetas o a resolver sus rencillas a punta de golpes. Los dibujos de Enrique Echandi son una faceta poco cono- cida del artista. El carácter plástico de estos permite descubrir otra perspectiva en su labor creativa. Estos trabajos muestran una frescura y espontaneidad que sus óleos no traslucen, pues su intención en la pintura era realizar un estudio minucioso y contenido dentro de los cánones académicos. Así hoy podemos apreciar un grafismo nervioso, pero seguro, trazos delicados que sugieren formas, acentos en los lugares indicados y for- mas certeramente simplificadas. Además de su valor plástico, estos dibujos tienen otra trascendencia: son una fuente que nos Instantes de lo cotidiano 4 3. Con respecto a la exclusión de la figura de la población negra e indígena en el arte costa- rricense, véase: Zavaleta, Eugenia, “Las Exposiciones de Artes Plásticas en Costa Rica (1928-1937)” (Tesis de Maestría en Arte, Universidad de Costa Rica, 1998), pp. 276-281. des cribe la vida cotidiana y –sobre todo– popular costarricense de la primera mitad del siglo XX. Definitivamente, el patrimo- nio cultural del país se enriquece con esta colección de dibujos de Enrique Echandi. Dibujos de Enrique Echandi 5 uando nos adentramos en el espacio íntimo de un creador plástico, de inmediato nuestros sentidos se reafirman y concientizan en torno al trazo que se plasma sobre una ho ja de papel, es decir, lo que formalmente conocemos como un di bujo. Fundamento de todo proceso creador, el dibujo, en sí mis mo se convierte, para el artífice, en una de sus vetas más íntimas, en donde se desnuda su propia personalidad e identidad, donde se devela, sobre todo, una preocupación centrada en la correcta representación del mundo exterior, así como su forma- ción y habilidad, que le hacen un creador y conformador de “universos privados”, fundamentados más en el deleite personal y senso rial que en el de la aprobación y exigencias del público. Sin embargo, tal es su intimismo y calidad reveladora, que el dibujo, por sí mismo, se transforma en una manifestación identitaria propia, que sabe captar y mostrar con mayor certeza la personalidad y la sensibilidad de aquel que se arma del lápiz o la pluma para trazar, cual grafismo caligráfico, una o dos lí - neas, que jamás serán exactamente iguales a las de otro artista que intente trazar el mismo tema del primero. Este aspecto tan íntimo, es lo que va a particularizar el arte del dibujo, y conver- tirle en uno de los medios más cálidos y honestos para el artista, sobre todo si él mismo no pretende nada más allá que un gesto espontáneo, un trazo, una línea... que van a expresar tan solo eso, un dibujo cuyo protagonismo no hace más que deleitar y 7 Enrique­Echandi,­Dibujante Ana Mercedes González Kreysa Escuela de Artes Plásticas Universidad de Costa Rica C reforzar el sentido de la observación de lo cotidiano y objetual, por sobre el ejercicio de lo no figurativo y fantasioso que tras- ciende el mundo de lo natural. En este sentido, el redescubrimiento del Enrique Echandi dibujante, es un acontecimiento de real importancia para la his- toria del arte costarricense, ya que este viene a constituirse en un esfuerzo más por redescubrir a un artista polémico y estig- matizado en su propio país, en vida, y no tan estudiado seria- mente, luego de su muerte. Viene a ser, a su vez, una oportu- nidad única que nos permite conocer al pintor en una actividad menos formal, y también menos comprometedora como lo sería su propuesta pictórica, y por el contrario, dicha oportunidad nos permite acceder a un universo más íntimo del creador, hecho que lo humaniza aún más ante nuestros ojos. Ya desde su regreso de Europa, Echandi, obligado por cir- cunstancias ajenas a su real aspiración, se vio en la obligación de trabajar para diversas instituciones educativas del país, para las cuales preparó todo un tratado de cómo debían impartirse las clases de artes plásticas en esas entidades pertenecientes al Estado costarricense. Este documento posee una gran importan- cia histórica para el estudio y comprensión de la postura de Enrique Echandi con respecto al dibujo, ya que, en el mismo, encontramos un sinnúmero de perspectivas y comentarios que se constituyen en una herramienta eficaz para acercarnos aún más a los trabajos como dibujante de Echandi. Al respecto seña- la en su tesis titulada “Del dibujo y su pedagogía en los plante- les de primera y segunda enseñanza”, redactada en el año de 1916, basada en su experiencia de quince años como profesor de dibujo en colegios, lo siguiente: “la línea es al conjunto lo que la producción al arte, la belle- za, la estética: es decir, toda desproporción está necesaria- mente fuera del concepto de lo bello, de lo estético; natu- ralmente, en lo que respecta a la plástica, porque aquí en la enseñanza del dibujo, no tiene ningún papel la ética, y así, Instantes de lo cotidiano 8 las impresiones subjetivas y objetiva que recibe el educan- do, tendrán que ser indudablemente del carácter sensorial. Toda vez la atención del maestro debe ser dirigida al desa- rrollo de las facultades intelectuales del discípulo”.1 De formación académica, Enrique Echandi siempre de- fiende en estos documentos la primacía de la línea por sobre el color, cuyos rudimentos, según afirma, deberían ser impartidos solo en los últimos niveles de la secundaria. Este punto clarifi- ca la calidad intrínseca de sus dibujos, en los cuales la línea adquiere una importancia fundamental por sobre algún tipo de trabajo de contrastes con sombras. Dentro de todo el conjunto de esta colección de dibujos en estudio, notamos de qué forma la línea se constituye en el componente gráfico de las aspira- ciones expresivas del pintor. Para Echandi no es necesario el trabajo del sombreado, ya que la línea viene a poseer valores in - trínsecos, como por ejemplo su interacción dentro de lo que de - nominaríamos el plano y la dimensión. Por otra parte, desde un punto de vista conceptual, en el pintor sobresale una profunda empatía por las formas de la na- turaleza, con la cual siempre se compenetró profundamente en un sentido espiritual y estético. Este último aspecto queda pa tente de forma definitiva en el rescate tanto plástico como iconográfico que hace de la naturaleza costarricense y de aque- llos y aquellas que lo pueblan. De igual forma, Echandi consi- deraba al dibujo, y en este caso específicamente el trabajo del boceto, inacabado, como un ejercicio tanto de la memoria como de la mano, ya que, según testimonios expresados por personas cercanas a él, gustaba de llevar a cabo este tipo de ejercicio, en la soledad de su estudio, luego de los paseos hechos por las Dibujos de Enrique Echandi 9 1. “Anales del Ministerio de Educación Pública, corroborados por los archivos del Colegio de Señoritas y del Liceo de Costa Rica”. Fournier, Cristina, “Datos para una biografía y semblanza de Don Enrique Echandi” (Tesis de Licenciatura, San José, Escuela de Artes Plásticas, Universidad de Costa Rica, 1960), pp. 26-31. diversas localidades que visitaba en la zonas rurales, incluyen- do su finca ubicada en Heredia denominada “El Gallito”.2 En síntesis, podemos advertir, dentro de esta colección de dibujos, la soltura con que logra captar el gesto y el movimien- to de las figuras y su gusto por la representación tanto de caba- llos como de jinetes; de igual forma, sobresale su habilidad en plasmar para la posteridad la expresión de las personas, y en particular la pericia y gracia con que capta la ingenuidad y be - lleza de los niños. Resulta interesante destacar el carácter íntimo y espontáneo de estos trabajos, sobre todo cuando los enfrenta- mos con sus pinturas, sujetas, por sí mismas, a toda una serie de convenciones que le limitaban e imposibilitaban la frescura y fuerza de estos trabajos realizados, en su mayoría, a plumilla, uno de los productos más íntimos del verdadero padre de la pin- tura costarricense. Instantes de lo cotidiano 10 2. Ibid, pp., 35-36. a primera vez que vi el óleo de Enrique Echandi “La que- ma del mesón”, inmediatamente recordé “Los desastres de la guerra” de Goya, una serie de grabados que documenta el lado oscuro de la heroica resistencia española a los sueños imperiales de Napoleón. De nuevo, evoco ahora a Goya, a medi- da que observo los ricos estudios de Echandi sobre la sociedad costarricense de las primeras décadas del siglo XX. De la misma forma que los retratos de Goya acerca de la so ciedad española en un período crucial de la transición hacia la modernidad cap- turaron las complejidades de las relaciones de clase, así los dibu- jos de Echandi trascienden el costumbrismo para sugerir las rela- ciones sociales presentes en la Costa Rica de la época indicada. Los esbozos de Echandi son bellamente momentáneos, y su natu- raleza efímera (incluidos los materiales sobre los cuales fueron trabajados) es un reflejo perfecto de los fugaces momentos de la vida cotidiana que tales dibujos procuran capturar. Pese a esto, tienen profundidad, poder y verdad, de una índole que no es fre- cuente en las corrientes dominantes de la plástica costarricense durante este período. Los esbozos de Echandi no solo capturan a las clases en acción, sino a un pueblo entero en movi miento; y al hacerlo así, sitúan lo costarricense y a los costarricenses dentro de la historia más que fuera de ella. Estos dibujos contrastan agudamente con el arte acade- micista, impulsado por Tomás Povedano desde finales del siglo 11 El­Movimiento­Cotidiano­de­la­Historia Steven Palmer Departamento de Historia Universidad de Windsor L XIX, y con el paisaje nostálgico, que fue el núcleo de la visión de los artistas que surgieron con las Exposiciones de Artes Plás- ticas (1928-1937), una visión que, especialmente en su obsesión con la casa de adobes, tendió a retratar el campo como idílico. La serie de Echandi subvierte completamente este enfoque na - cionalista dominante y estrecho, sobre todo por el movimiento que anima cada pieza. Para Echandi, los costarricenses están trasladándose, moviéndose, yendo a lugares. Los jinetes galopan furiosamente a destinos urgentes. Los niños juegan de manera impetuosa, parándose de manos acrobáticamente. En un dibujo particularmente interesante, un anciano camina por las calles, y el bastón que usa acentúa esta perentoria necesidad de moverse. Él va de la mano con dos niñas pequeñas, presumiblemente sus nietas: el movimiento abarca así ambos sexos y todas las edades. Este tema es enfatizado todavía más por un carruaje conducido por un caballo, que va delante de ellos, mientras un niño trata lo - camente de alcanzarlo. El sentido de velocidad y movimiento que ha definido la modernidad en las décadas de 1910 y 1920 es capturado en su forma peculiarmente costarricense: aunque ni especialmente urbano ni industrial, este es un pueblo moderno. Aun los dibu- jos de Echandi que recrean momentos sedentarios implican mo - vimiento: el esbozo de una partida de ganado descansando en los campos durante el día evoca el sudor y el trabajo más allá de su reposo; la visión de un ebrio inconsciente al pie de su quie- to caballo supone la algarabía que precedió al instante retratado y el desagradable final de la borrachera que le espera a su fami- lia y a la comunidad donde vive. Por último, y obviamente, los dibujos de Echandi están por sí mismos en movimiento: ejecu- tados rápidamente, por supuesto, en un esfuerzo por capturar un momento fugaz, son, por decirlo así, lanzados al aire. En relación con lo anterior, y de nuevo en contraste con la curiosa ausencia de figuras humanas (y asimismo, de actividad productiva) en los clásicos paisajes de casas de adobe, Echandi retrata a Costa Rica en su plena extensión humana: rural, urba na y marina; masculina y femenina; clases altas y bajas; ancia nos, Instantes de lo cotidiano 12 adultos y jóvenes. También las prácticas sociales son docu- mentadas: ir a la iglesia, beber, la adopción diferenciada de la moda. Un agudo sentido de la diferenciación social está siem- pre presente en sus dibujos, así como la actividad productiva. Una mujer de la elite, bien vestida y cubierta por un velo, cabal- ga sobre una silla de montar femenina, todo un modelo de ocio ecuestre. En contraste, un campesino lleva una canasta en una mano y una gallina en la otra: movimiento, trabajo, sustento. Un muchacho pregona bienes en la calle; una muchacha es dibuja- da con algo recogido sobre su falda, quizá algunos productos horneados para la venta o tal vez víveres con los que ella regre- sa del mercado. La presencia de perros en los esbozos de esce- narios rurales también desafía una nostalgia idílica, al suge rir su función en el trabajo agrícola y su papel como protectores con- tra el peligro. En un dibujo, la construcción rural presente no es una casa de adobe, sino la vivienda de un gran propietario, vista desde la distancia a través de una gran porción de tierra: así, el énfasis está puesto no en el pequeño agricultor independiente, que era el pilar de la mitología nacional costarricense, sino en el crecimiento de la hacienda a expensas del pequeño productor rural. Si hay una expresión en particular que podría definir el tra- bajo de Echandi en esta serie informal, sería “exuberancia dis- persa”. En mi opinión, estas palabras describen no solo la natu- raleza del trabajo mismo –su simplicidad y carácter efímero imbuido a la vez con riqueza de visión y espíritu–, sino también su temática. La visión de Echandi de los sectores populares tie- ne la gran virtud (rara para la época) de no moralizar acerca de su pobreza, de apartarse de la mirada vigilante de la elite y de no adscribir la deficiencia espiritual que dicho grupo suponía en sus inferiores sociales. Más bien Echandi captura la energía y el gozo de la gente, y quizá no más bellamente que en uno de mis esbozos favoritos, en el cual varios muchachos se ocupan en acro bacias tan extrañas y perturbadoras como placenteras. Echandi nos dice: aquí está la gente de Costa Rica, y allí va. Dibujos de Enrique Echandi 13 Dibujos­de­Enrique­Echandi 17 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre cartón. 1918. 14,52 x 8,1 cm. Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre cartón. Sin fecha. 14,07 x 8,14 cm. Instantes de lo cotidiano 18 Instantes de lo cotidiano 18 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre cartón. Sin fecha. 8,57 x 14,61 cm. Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre cartón. Sin fecha. 5,55 x 9,81 cm. 19 Dibujos de Entique Echandi 19 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. Sin fecha. 9,35 x 16,88 cm. Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre cartón. Sin fecha. 5,55 x 9,81 cm. Instantes de lo cotidiano 20 Instantes de lo cotidiano 20 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. Sin fecha. 7,13 x 13,24 cm. 21 Dibujos de Enrique Echandi 21 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. Sin fecha. 13,88 x 6,17 cm. Instantes de lo cotidiano 22 Instantes de lo cotidiano 22 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. Sin fecha. 10,95 x 8,63 cm. 23 Dibujos de Enrique Echandi 23 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. Sin fecha. 8,34 x 13,81 cm. Instantes de lo cotidiano 24 Instantes de lo cotidiano 24 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre cartón. Sin fecha. 15,59 x 9,86 cm. 25 Dibujos de Enrique Echandi 25 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre cartón. Sin fecha. 9,2 x 12,23 cm. Instantes de lo cotidiano 26 Instantes de lo cotidiano 26 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. Sin fecha. 11,77 x 10,91 cm. 27 Dibujos de Enrique Echandi 27 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. Sin fecha. 7,26 x 11,92 cm. Instantes de lo cotidiano 28 Instantes de lo cotidiano 28 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre cartón. Sin fecha. 14,97 x 9,53 cm. 29 Dibujos de Enrique Echandi 29 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre cartón. Sin fecha. 14,99 x 9,69 cm. Instantes de lo cotidiano 30 Instantes de lo cotidiano 30 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre cartón. Sin fecha. 8,93 x 8,31 cm. 31 Dibujos de Enrique Echandi 31 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. Sin fecha. 7,13 x 11,07 cm. Instantes de lo cotidiano 32 Instantes de lo cotidiano 32 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. Sin fecha. 9,87 x 11,78 cm. 33 Dibujos de Enrique Echandi 33 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre cartón. Sin fecha. 10,4 x 15,35 cm. Instantes de lo cotidiano 34 Instantes de lo cotidiano 34 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. Sin fecha. 11,91 x 13,35 cm. 35 Dibujos de Enrique Echandi 35 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre cartón. Sin fecha. 6,99 x 12,88 cm. Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. Sin fecha. 7,7 x 9,7 cm. Instantes de lo cotidiano 36 Iinstantes de lo cotidiano 36 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. 1936. 17,33 x 26,38 cm. 37 Dibujos de Enrique Echandi 37 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. Sin fecha. 12,81 x 11,7 cm. Instantes de lo cotidiano 38 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. Sin fecha. 12,77 x 11,95 cm. 39 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. 1932. 7,03 x 13,79 cm. Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. Sin fecha. 11,46 x 12,68 cm. Instantes de lo cotidiano 40 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre cartón. Sin fecha. 5,24 x 8,9 cm. Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. Sin fecha.13,31 x 17,59 cm. Dibujos de Enrique Echandi 41 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre cartón. Sin fecha. 16,63 x 10,25 cm. Instantes de lo cotidiano 42 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. Sin fecha. 9,81 x 15,38 cm. Dibujos de Enrique Echandi 43 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. 1932. 15,51 x 19,96 cm. Instantes de lo cotidiano 44 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. Sin fecha. 11,14 x 7,23 cm. Dibujos de Enrique Echandi 45 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. Sin fecha. 11,41 x 7,6 cm. Instantes de lo cotidiano 46 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre cartón. Sin fecha. 15,06 x 10,19 cm. Dibujos de Enrique Echandi 47 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. Sin fecha. 15,95 x 8,86 cm. Instantes de lo cotidiano 48 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre cartón. Sin fecha. 13,68 x 17,62 cm. Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. Sin fecha. 13,36 x 26,55 cm. Dibujos de Enrique Echandi 49 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. Sin fecha. 17,7 x 17,63 cm. Instantes de lo cotidiano 50 Enrique Echandi. Sin título. Lápiz sobre papel. Sin fecha. 11,42 x 17,81 cm. Enrique Echandi. Sin título. Lápiz sobre papel. Sin fecha. 12,94 x 18,42 cm. Dibujos de Enrique Echandi 51 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. Sin fecha. 13,51 x 9,03 cm. Instantes de lo cotidiano 52 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. 1919. 10 x 14,99 cm. Dibujos de Enrique Echandi 53 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre cartón. Sin fecha. 14,81 x 11,86 cm. Instantes de lo cotidiano 54 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. Sin fecha. 11,54 x 26,57 cm. Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. Sin fecha. 4,5 x 6,62 cm. Dibujos de Enrique Echandi 55 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre cartón. Sin fecha. 13,94 x 10,44 cm. Instantes de lo cotidiano 56 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre cartón. Sin fecha. 8,8 x 5,35 cm. Dibujos de Enrique Echandi 57 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. Sin fecha. 13,3 x 8,7 cm. Instantes de lo cotidiano 58 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. 1939. 23,46 x 14,62 cm. Dibujos de Enrique Echandi 59 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. Sin fecha. 17,65 x 17,8 cm. Instantes de lo cotidiano 60 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. Sin fecha.11,13 x 7,15 cm. Dibujos de Enrique Echandi 61 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. Sin fecha. 13,38 x 26,77 cm. Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. Sin fecha. 13,38 x 27 cm. Instantes de lo cotidiano 62 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. Sin fecha. 11,55 x 13,02 cm. Dibujos de Enrique Echandi 63 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. Sin fecha. 7,31 x 12,59 cm. Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre cartón. 1919. 8,48 x 14,73 cm. Instantes de lo cotidiano 64 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. Sin fecha. 13,51 x 17,68 cm. Dibujos de Enrique Echandi 65 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre cartón. 1932. 9,97 x 7,7 cm. Instantes de lo cotidiano 66 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre cartón. 1935. 14,48 x 12,01 cm. Dibujos de Enrique Echandi 67 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre cartón. Sin fecha. 8,17 x 12,91 cm. Instantes de lo cotidiano 68 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. Sin fecha. 15,61 x 9,02 cm. Dibujos de Enrique Echandi 69 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. Sin fecha. 16,68 x 13,17 cm. Instantes de lo cotidiano 70 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. Sin fecha. 9,53 x 11,79 cm. Dibujos de Enrique Echandi 71 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. Sin fecha. 12,2 x 8,7 cm. Instantes de lo cotidiano 72 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. Sin fecha. 13,03 x 12,46 cm. Dibujos de Enrique Echandi 73 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. Sin fecha. 15,23 x 11,9 cm. Instantes de lo cotidiano 74 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. Sin fecha. 11,24 x 7,26 cm. Dibujos de Enrique Echandi 75 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. 1927. 14,51 x 9,06 cm. Instantes de lo cotidiano 76 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. 1932. 14,29 x 7,64 cm. Dibujos de Enrique Echandi 77 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. Sin fecha. 13,29 x 9,34 cm. Instantes de lo cotidiano 78 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre cartón. Sin fecha. 7,18 x 13,08 cm. Dibujos de Enrique Echandi 79 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. Sin fecha. 10,11 x 11,61 cm. Instantes de lo cotidiano 80 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. Sin fecha. 13,46 x 10,66 cm. Dibujos de Enrique Echandi 81 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. Sin fecha. 11,79 x 15,72 cm. Instantes de lo cotidiano 82 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. Sin fecha. 11,1 x 7,12 cm. Dibujos de Enrique Echandi 83 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre cartón. 1933. 11,89 x 14,21 cm. Instantes de lo cotidiano 84 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. Sin fecha. 11,79 x 13,29 cm. Dibujos de Enrique Echandi 85 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. Sin fecha. 13,58 x 17,65 cm. Instantes de lo cotidiano 86 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. 1939. 13,4 x 17,87 cm. Dibujos de Enrique Echandi 87 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. Sin fecha. 13,29 x 17,7 cm. Instantes de lo cotidiano 88 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre cartón. 1935. 9,09 x 5,53 cm. Dibujos de Enrique Echandi 89 Enrique Echandi. Sin título. Lápiz sobre cartón. Sin fecha. 11,6 x 13,67 cm. Instantes de lo cotidiano 90 Enrique Echandi. Sin título. Lápiz sobre cartón. Sin fecha. 11,46 x 18,34 cm. Dibujos de Enrique Echandi 91 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. Sin fecha. 11,18 x 7,33 cm. Instantes de lo cotidiano 92 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre cartón. Sin fecha. 10,61 x 16,43 cm. Dibujos de Enrique Echandi 93 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. Sin fecha. 11,21 x 13,28 cm. Instantes de lo cotidiano 94 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. Sin fecha. 13,61 x 12,19 cm. Dibujos de Enrique Echandi 95 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre cartón. Sin fecha. 7,73 x 11,29 cm. Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. Sin fecha. 9,68 x 15,74 cm. Instantes de lo cotidiano 96 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. 1936. 10,14 x 7,76 cm. Dibujos de Enrique Echandi 97 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre cartón. Sin fecha. 15,87 x 10,53 cm. Instantes de lo cotidiano 98 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre cartón. 1937. 15,07 x 12,18 cm. Dibujos de Enrique Echandi 99 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. 1932. 15,79 x 9 cm. Instantes de lo cotidiano 100 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre cartón. Sin fecha. 9,25 x 13,99 cm. Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. Sin fecha. 7,19 x 16,3 cm. Dibujos de Enrique Echandi 101 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. Sin fecha. 7,61 x 14,16 cm. Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. Sin fecha. 7,19 x 14,69 cm. Instantes de lo cotidiano 102 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. Sin fecha. 7,79 x 13,89 cm. Dibujos de Enrique Echandi 103 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. Sin fecha. 11,68 x 7,88 cm. Instantes de lo cotidiano 104 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre cartón. Sin fecha. 10,09 x 10,01 cm. Dibujos de Enrique Echandi 105 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre cartón. Sin fecha. 10,3 x 14,88 cm. Instantes de lo cotidiano 106 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre cartón. Sin fecha. 12,79 x 8,19 cm. Dibujos de Enrique Echandi 107 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre cartón. Sin fecha. 12,56 x 8,22 cm. Instantes de lo cotidiano 108 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre cartón. Sin fecha. 7,36 x 15,04 cm. Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre cartón. Sin fecha. 10,26 x 14,61 cm. Dibujos de Enrique Echandi 109 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre cartón. Sin fecha. 10,25 x 12,82 cm. Instantes de lo cotidiano 110 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre cartón. Sin fecha. 10,01 x 14,62 cm. Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. Sin fecha. 8,21 x 11,46 cm. Dibujos de Enrique Echandi 111 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre cartón. Sin fecha. 8,75 x 5,31 cm. Instantes de lo cotidiano 112 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre cartón. Sin fecha. 10,36 x 11,61 cm. Dibujos de Enrique Echandi 113 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre cartón. Sin fecha. 10,3 x 7,51 cm. Instantes de lo cotidiano 114 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre cartón. Sin fecha. 12,33 x 8,19 cm. Dibujos de Enrique Echandi 115 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre cartón. Sin fecha. 10,46 x 8,28 cm. Instantes de lo cotidiano 116 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre cartón. Sin fecha. 8,16 x 12,46 cm. Dibujos de Enrique Echandi 117 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre cartón. Sin fecha. 10,15 x 10,01 cm. Instantes de lo cotidiano 118 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre cartón. Sin fecha. 10,23 x 9,01 cm. Dibujos de Enrique Echandi 119 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre cartón. 1919. 14,82 x 8,25 cm. Instantes de lo cotidiano 120 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre cartón. Sin fecha. 8,18 x 4,81 cm. Dibujos de Enrique Echandi 121 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. Sin fecha. 18,73 x 7,28 cm. Instantes de lo cotidiano 122 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre cartón. Sin fecha. 7,9 x 4,49 cm. Dibujos de Enrique Echandi 123 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre cartón. Sin fecha. 8,45 x 5,01 cm. Instantes de lo cotidiano 124 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre cartón. Sin fecha. 15,23 x 7,53 cm. Dibujos de Enrique Echandi 125 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre cartón. Sin fecha. 11,73 x 7,78 cm. Instantes de lo cotidiano 126 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. Sin fecha. 18,35 x 8,86 cm. Dibujos de Enrique Echandi 127 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre cartón. Sin fecha. 9,75 x 14,94 cm. Instantes de lo cotidiano 128 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre cartón. Sin fecha. 8,72 x 5,21 cm. Dibujos de Enrique Echandi 129 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. Sin fecha. 9,8 x 5,44 cm. Instantes de lo cotidiano 130 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre cartón. Sin fecha. 9,76 x 10,07 cm. Dibujos de Enrique Echandi 131 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre cartón. Sin fecha. 13,37 x 8,97 cm. Instantes de lo cotidiano 132 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre cartón. Sin fecha. 12,85 x 8,03 cm. Dibujos de Enrique Echandi 133 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre cartón. Sin fecha. 12,74 x 8,48 cm. Instantes de lo cotidiano 134 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre cartón. Sin fecha. 9,58 x 9,64 cm. Dibujos de Enrique Echandi 135 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre cartón. Sin fecha. 7,93 x 4,44 cm. Instantes de lo cotidiano 136 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. 1932. 15,78 x 8,6 cm. Dibujos de Enrique Echandi 137 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre cartón. Sin fecha. 9,92 x 10,51 cm. Instantes de lo cotidiano 138 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. Sin fecha. 13,34 x 11,75 cm. Dibujos de Enrique Echandi 139 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. Sin fecha. 13,35 x 11,49 cm. Instantes de lo cotidiano 140 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre cartón. Sin fecha. 8,83 x 15,87 cm. Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre cartón. Sin fecha. 9,97 x 15,26 cm. Dibujos de Enrique Echandi 141 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. Sin fecha. 9,36 x 15,33 cm. Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. Sin fecha. 7,75 x 14,11 cm. Instantes de lo cotidiano 142 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. Sin fecha. 12,77 x 9,07 cm. Dibujos de Enrique Echandi 143 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. Sin fecha. 14,29 x 8,96 cm. Instantes de lo cotidiano 144 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. Sin fecha. 6,16 x 10,09 cm. Dibujos de Enrique Echandi 145 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre cartón. Sin fecha. 12,89 x 8,3 cm. Instantes de lo cotidiano 146 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre cartón. Sin fecha. 10,75 x 15,35 cm. Dibujos de Enrique Echandi 147 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. Sin fecha. 9,5 x 13,07 cm. Instantes de lo cotidiano 148 Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. Sin fecha. 12,25 x 10,02 cm. AcercA de los editores Iván Molina Jiménez Nace en 1961. Catedrático de la Escuela de Historia e investi- gador del CIICLA (UCR). Autor de numerosos estudios sobre la historia de Centroamérica en general y de Costa Rica en par- ticular. Sus últimas publicaciones son: Yolanda Oreamuno: del mundo elegante costarricense a la república internacional de las letras (1916-1956) (San José: EUNED, 2020); y El héroe de la discordia. Juan Rafael Mora Porras y la cultura costarricense (San José: EUCR, 2021), editado junto con David Díaz Arias. Eugenia Zavaleta Ochoa Obtuvo su doctorado en Estudios Latinoamericanos de la Uni- versidad de Helsinki. Además, tiene una maestría en Artes y una licenciatura en Historia del Arte de la Universidad de Costa Rica. Es investigadora del Centro de Investigación en Identi- dad y Cultura Latinoamericanas y profesora de la Escuela de Estudios Generales de la Universidad de Costa Rica. Además, es directora del Museo de la Universidad de Costa Rica (Museo UCR). Las publicaciones que ha realizado han versado sobre la historia del arte costarricense. Actualmente, investiga sobre el paisaje costarricense a principios del siglo XX. Diseño interno y portada: Juan Carlos Fallas Z. Ilustración de portada: Enrique Echandi. Sin título. Tinta sobre papel. Realización del libro digital: Alban Guerrero C. Control de calidad de la versión digital: Hazel Aguilar B. Editorial UCR es miembro del Sistema Editorial Universitario Centroamericano (SEDUCA), perteneciente al Consejo Superior Universitario Centroamericano (CSUCA). Edición digital de la Editorial Universidad de Costa Rica. Fecha de creación: agosto, 2023. La licencia de este libro se ha otorgado a su comprador legal. Adquiera más de nuestros libros digitales en la Librería UCR Virtual. Valoramos su opinión. Por favor comente esta obra. https://libreriaucr.fundacionucr.ac.cr/ https://libreriaucr.fundacionucr.ac.cr/index.php?route=product/product&keyword=amenazantes&product_id=466 https://libreriaucr.fundacionucr.ac.cr/index.php?route=product/product&keyword=instantes&product_id=78 https://libreriaucr.fundacionucr.ac.cr/index.php?route=product/product&keyword=instantes&product_id=78 https://libreriaucr.fundacionucr.ac.cr/index.php?route=common/home https://libreriaucr.fundacionucr.ac.cr/index.php?route=product/product&keyword=instantes&product_id=78 https://libreriaucr.fundacionucr.ac.cr/index.php?route=common/home Cubierta Contenido Prólogo: Entre el Escándalo y el Silencio Desde una Perspectiva Fugaz Enrique Echandi, dibujante El movimiento cotidiano de la historia Dibujos de Enrique Echandi Acerca de los editores